Novem

20 2 0
                                    

POV Josh:
  Después de varias semanas y días enteros trabajando duro sin descanso alguno, finalmente, el gran festival había llegado. Habíamos decidido que se llamaría el "Stay Alive Festival". Los preparativos ya estaban todos listos para esta noche, se podría decir que al fin iba a poder descansar al menos durante la tarde una hora antes de la gran fiesta.
  Pasamos toda la mañana decorando el lugar, revisando que las comidas y bebidas estuviesen preparadas, que los Instrumentos y el sonido funcionarán bien. Realmente sería una noche para el recuerdo. Después de tanto trabajo, valió la pena todo el esfuerzo.
  Era el mediodía, yo me encontraba almorzando junto con mis amigos en la mesa. Cam y Tyler estaban literalmente en su mundo, eran unos tontos enamorados (pero que me llenavan de ternura, para que negarlo), Brendon y Dallon charlaban animadamente sobre lo que harían esta noche, y yo... Bueno, yo disfrutaba de mi comida.

—Josh—Mencionó mi amiga sacándome de mis pensamientos
—Recuerda que debemos ensayar para esta noche—Lo había olvidado, Tyler, Cam y yo nos presentaríamos con un par de canciones durante el festival. Creo que ahora deberé sacrificar mi siesta por el ensayo.

—Claro, no hay problema—Sonreí levemente y seguí con mi almuerzo. Mire de reojo a Brendon y a Dallon, en verdad me preguntaba que era realmente su relación. Hasta donde yo se, no son novios aún... Hay momentos en los que los miro y parecen pareja de hace años, cualquier que los viera podría sentir su amor a kilómetros. Pero también suceden otros días en los cuales se ven más distantes, o simplemente amigos y "buenos compañeros". Como si no se debiesen nada el uno al otro, como si no fueran algo serio, como si cada uno pudiese hacer de su vida lo que quisiera... Y creo que eso a Brendon le molestaba, y mucho. Era obvio que el menor se moría por tener una relación seria con el mayor, pero este aún no se decidía por pedirle que sean novios.

—¿Brendon tu cantarás esta noche verdad?—Pregunto Tyler con una pequeña sonrisa. Brendon rápidamente bajo su cabeza avergonzado y con una
mueca en su rostro.

—N-no lo sé... Aun no me decido—Dallon paso un brazo por sus hombros apretandolo contra el.

—Claro que va a cantar, yo me aseguraré de que lo haga—Mencionó el más alto y todos reímos levemente mientras Brendon se sonrojaba.

—Vamos cariño, ¡Lo haces muy bien! Sería fenomenal poder oírte esta noche, se que todos lo amarían—Cam alentó a nuestro hijo y el solo termino por rendirse aceptando la propuesta.

—Bien... ¡Pero solo una canción! —Todos aplaudimos felicitando y riendo alegremente, amaba este ambiente de tanta felicidad y alegría.

—Yo iré a descansar un rato y ensayamos luego, ¿Les parece?—Pregunté mirando a mis amigos.

—Claro Josh, te buscamos en media hora—Asentí sonriendo levemente y me despedí de todos para luego retirarme hacia mí tienda. Camino a allí, pasé frente a la batería que tocaría esta noche. Un instrumento hermoso decorado con el Logo de Trench en el centro pintado de amarillo.
  La música era algo que me alegraba, me hacía sentir vivo, que tenía un propósito en la vida... Pero al mismo tiempo, me provocaba mucha ansiedad volver a tocar hoy.
  Recuerdo aquella vez, muchos años atrás, cuando apenas era un adolescente. Tendría al rededor de quince años supongo, era de noche y yo había decidido escaparme de mi habitación para poder ir a recorrer las calles de Dema. Necesitaba tomar aire, me sentía muy sofocado de pasar tanto tiempo encerrado. Salí sin hacer ruido, evitando que Cam y Tyler despertarán. Apenas llegué a poner un pie fuera de mi edificio cuando vi a un cuervo pasar volando muy cerca mío. Mi cuerpo quedó paralizado, no quería ser descubierto. Ni siquiera estaba planeando escapar, yo solo necesitaba sentir algo de oxígeno fresco y real. Pero sabía que si me encontraban allí... Estaría muerto. Rápidamente, me aleje corriendo en busca de algún escondite, y así fue como terminé metido en un sótano no muy alejado de donde me encontraba. Baje las escaleras a pura velocidad y cerré la puerta detrás de mi esperando no ser visto. Respiraba agitado, tembloroso y alterado. Sentía mi corazón bombear con rapidez por el miedo que sentía dentro mío. Una vez logré calmarme, mire el extraño lugar. Jamás había estado aquí, había una pequeña luz que iluminaba una parte del ambiente, todo lo demás era oscuridad y bastante espeluznante. Las paredes eran de acero, evitando que cualquier sonido que se produjera allí fuera oído en el exterior. Encontré una linterna tirada en el suelo y la tomé entre mis manos encendiendola para poder ver mejor. Allí habían toda clase de elementos extraños, pero increíbles. Desde libros, hasta instrumentos, era un lugar soñado. Había encontrado donde los obispos escondían toda la felicidad y creatividad que nos rodeaba, los colores, sonidos, aromas... Todo estaba allí dentro. Examine todo objeto que encontraba con intriga y fascinación. En verdad era asombroso. Finalmente, di con algo que llamó aún más mi atención... Una batería estaba parada justo frente a mi. Quedé embobado con el instrumento y me acerque a el lentamente, pase mis manos por encima de los platillos y me senté en un banquito en el cual se encontraban dos baquetas para tocar. La observe por unos largos minutos, dudando en sí debería tocarla o no, pero terminé decidiendome por hacerlo. Que más daba, si de igual forma nadie podría oírme. Esa noche fue perfecta, sentí como todo mi dolor y sufrimiento desaparecía entre más tocaba la batería, me deje llevar por mis sentimientos y el enérgico sonido que este producía. Desde ese día, comencé a ir todas las noches a tocar. Me hacía tan feliz hacerlo, nadie jamás podrá entender lo muy importante que encontrar la música fue para mí, literalmente, salvo mi vida. Pero lo bueno no dura para siempre, y mucho menos en Dema. Fue solo cuestión de tiempo hasta que los obispos me descubrieron. Una noche, me dirigí hacia aquel sótano y cuando llegué, ellos me esperaban allí. Recuerdo que me obligaron a quemar la batería, sufrí mucho al hacerlo... Era como prender fuego mi propia alma. Luego de eso, me torturaron. Yo apenas era un niño, tenía simplemente quince jodidos años. Experimente lo que él dolor realmente era, fue tanto mi sufrimiento que hizo que todo lo otro, se viera tan insignificante frente a aquella tortura. Ellos tomaron las baquetas, las prendieron fuego... Y me hicieron tomarlas. Quemaron las palmas de mi mano, quedaron en carne viva a medida que la piel en ellas iba desapareciendo. Me lavaron el cerebro, me hicieron mierda... Me convirtieron en algo que yo no era. Aquel día, mataron mis sueños.
  Salí de mis pensamientos y para cuando me di cuenta, mis ojos ya estaban llenos de lágrimas. Mire mis manos las cuales con el paso de los años obviamente habían sanado, pero quedaron marcas de aquella noche en ellas. Si prestaba atención, podía notar aquella marca que había quedado, El palo de las baquetas marcado en mis manos en forma de quemadura. Cam y Tyler nunca se enteraron de esto, no quise contárselos. Es un trauma que me persigue a mi desde hace años.
  No se en que momento mi corazón comenzó a latir más rápido a medida que mi respiración se aceleraba. Estaba agitado y podía sentir el temblor en mi cuerpo... Ay no, no otra vez. Corrí hacia mí tienda y me senté en el suelo sollozando angustiado, estaba teniendo un ataque de ansiedad, uno de mis peores enemigos. Jale mis cabellos con desesperación, me sentía sofocado, como si en cualquier momento fuera a morir. Mire hacia todos lados rápidamente, nose porque pero me sentía aterrado por el ambiente. Era un miedo ilógico, sin sentido alguno... Pero típico de mi ansiedad. Comencé a oír aquella voz en mi cabeza que me repetía lo muy inservible que era, aquella típica frase "¿Y si...?" ¿Y si todo sale mal?, ¿Y si olvido como seguía la canción? ¿Y si todos se burlan por cómo toco? ¿Y si mientras estoy tocando comienzo a llorar? ¿Y si mi batería se prende fuego? ¿Y si mis baquetas se incendian? ¿Y si mis manos queman? ¿Y si no soy lo suficientemente bueno? ¿Y si mejor me mato?. Aprete mi cabeza y comencé a golpearla con mis manos intentando callar aquellos pensamientos. Llore con amargura, odiaba sentirme así, no iba a poder con todo esto, iba a fallarle a mis amigos. De pronto, oí unos pasos entrar en la tienda y como luego unas voces se acercaban a mi.

Dema's tattøøDonde viven las historias. Descúbrelo ahora