Space | Lukesse | MCSM | #2

3. Jupiter.

—Bienvenida Jesse, no veíamos la hora de tenerte aquí—la mujer de tercera edad, con algunas canas visibles en su rubio cabello, abrazó a la castaña al verla llegar a la gran empresa—. Lo bueno de ti es que vienes con buen historial, créeme cuando te digo que Safe House Corporation está orgulloso de que formes parte de nosotros.

La chica solo sonrió. Era modesta. Tenía por qué serlo.

Jesse había trabajado durante todo ese tiempo en la misma compañía, pero en diferente país: Safe House Corporation. Era un buen lugar para desempeñar sus habilidades de telecomunicaciones y señales ópticas a la perfección, ya que todo esto trataba de un sistema de alarmas para la seguridad de los hogares a los que servía la corporación.

—Me tomé la molestia de escoger tu lugar de trabajo al lado de mi oficina, de vez en cuando tú te encargarás de poner las alarmas que sean solicitadas —la mujer dejó a Jesse en la puerta de la nueva oficina de la castaña, pero se dio la vuelta, pareciendo recordar algo—. Uh, qué tonta, me llamo Elizabeth, y soy tu nueva jefa. Espero que te adaptes a este ambiente, no siempre suele estar tan tranquilo.

—Claro, muchas gracias —la chica sonrió y entró al lugar, era impecable. Simplemente increíble.

Cuando estaba en la carrera, jamás imaginó que su área de trabajo sería así de llamativa e increíble, sabía que eran pensamientos nerds, pero debía decir que amaba lo que hacía, en verdad le encantaba conectar cables y encargarse de sistematizar completos programas para complejos servicios.

Estaba orgullosa de sí misma. De todo lo que había logrado.

Pero eso no le impidió escuchar con claridad el llamado de Elizabeth a un nombre que estaría grabado en su mente por siempre.

—¡Lukas! ¡Muchacho! Gracias por llegar lo más pronto posible, he tenido el peor de los problemas —la chica no pudo evitar asomarse por la puerta al escuchar el nombre.

Era él.

Aquel rubio que a su corta edad se encargó de destrozarle el corazón por completo.

Aquel rubio que la marcó de por vida.

Aquel rubio que ella categorizó en algún momento como el amor de su vida.

¿Acaso tenía alguna relación con su nueva jefa?

Se habían saludado con un fuerte abrazo.

Y Jesse notó por completo, el cómo el rubio ahora lucía como todo un abogado, con su traje negro perfectamente planchado y su maletín café obscuro que sujetaba con su mano izquierda.

Y la chica cerró la puerta.

—Jesse, una regla, no me gusta que mis trabajadores permanezcan con la puerta cerrada —Elizabeth abrió casi enseguida y detrás de ella estaba Lukas.

—Si, lo siento, es que iba a...

—No importa, es tu primer día y tus errores no serán notados, menos por mí —la mujer miró un segundo tras de sí—. Oh, mira, te presento a mi nieto Lukas, vino a arreglar algunos problemas legales que tuve con algún sistema, es abogado y si no mal recuerdo, tienen la misma edad...

—Mucho gusto —Jesse se adelantó a hablar, pues sintió que el rubio diría algo tan estúpido como "ya nos conocíamos". Y no estaba para eso.

—El gusto es mío —ambos extendieron las manos y se "presentaron".

Y Jesse no pudo evitar estremecerse con aquel apretón de manos. Simplemente fue como volver años atrás y recordar el amor tan sincero que ella llegó a sentir por el rubio.