—¡Jesse! —Francisco, su padre, escuchó la puerta de su casa desde su sillón e inmediatamente pensó en su hija.
La chica entró hasta la pequeña sala de estar y miró al otro. Bajó la cabeza con vergüenza, miró sus manos mientras las movía nerviosamente y suspiró.
—Me esperabas, ¿cierto?
Francisco solamente se levantó, caminó hacia su hija y la envolvió en sus brazos. Fue hasta ese momento en que la castaña soltó el llanto que llevaba guardando.
Se había hospedado en el hotel desde hacía una semana y realmente no pensaba salir. No tenía la valentía que hacerlo. Tampoco había contestado llamadas de nadie y no había ido a trabajar. Había estado viviendo de los ahorros que había estado guardando para un viaje con Aiden que ahora se veía imposible.
Miró detrás de su padre, en medio del abrazo, y pudo ver a unos cuantos pasos la habitación que le perteneció cuando era menor. Y en ella pudo distinguir un montón de cajas amontonadas que seguramente eran sus pertenencias que antes ocupaban lugar en la casa de Aiden... en la vida de Aiden.
—Lo siento, papá. En verdad.
—No tienes nada por qué disculparte Jesse —su padre habló en el oído de su hija, con voz rasposa y cariño impregnado en sus palabras—. No sé lo que pasó, pero si no quieres hablar de eso está bien.
—Lo arruiné. Ya no me voy a casar. Toda mi relación se fue a la basura.
—Tranquila, tranquila —la chica se alejó un poco de su padre y sonrió con tristeza. Se soltó de él y caminó hacia su habitación.
Miró las cajas, con etiquetas de nombres en ellas, anotadas probablemente por Aiden.
Abrió la primera que se interponía en su camino y unas cuantas lágrimas más se depositaron en sus ojos al ver una foto de ella y su ex prometido. Había sido la última que se habían tomado juntos, hace unos cuantos días atrás. Le dolió, le dolió hasta el alma, pero ella sabía que era más por la culpa que por cualquier otro sentimiento.
—Papá —musitó Jesse sabiendo que su padre estaba apoyado en el marco de la puerta, éste sólo hizo un sonido de afirmación para que su hija continuara—. ¿Hablaste con él?
—Él vino con la mudanza, estuvo aquí una hora metiendo todo —Jesse suspiró, mirando la foto—. No me dijo nada, solamente me agradeció, me dijo que esperara a que tú quisieras hablarlo conmigo. Te tomaste tu tiempo.
—Siempre lo hago —susurró ella, mirando a su padre. Éste último entró y se sentó en la cama de Jesse. Ella ocupó un lugar a su lado, con la foto aún entre sus manos.
—Recuerdo cuando eras una niña, tan alegre y feliz, enamorada de la vida. Nada de hombres, ¡qué horror! —dijo con desagrado fingido y la castaña río, después de unos días, al fin, con naturalidad—. Hombres feos que quisieran arrebatar a mi pequeña de mi lado.
—Extraño tanto ser una niña y no tener que sentir esto —dijo Jesse, al fin mirando a su padre, y con la ayuda de esa mirada, recordó—. Espera...
Se levantó y caminó hacia un mueble que se ubicaba al lado de su cama, y del primer cajón sacó un pequeño sobre, que su padre tardó unos pocos segundos en reconocer.
—Aún lo tienes, ¿eh? —río levemente y miró a su hija sentarse a su lado nuevamente—. Creí que lo habías abierto ya.
—Siempre creí que podría ser más fuerte —dijo Jesse, desdoblando al fin ese sobre—. Pero ha llegado un punto en el que siento que debería de abrirlo.
—Jesse —la castaña miró a Francisco—. Yo pienso que puedes ser más fuerte aún.
—Yo definitivamente no —ambos rieron burlescos y ella terminó de sacar la carta que su padre le envió hace ya varios años.
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Space | Lukesse | MCSM | #2
Fanfic[Segunda temporada de Sleeping At Last]. Lukas y Jesse terminaron su relación, lograron seguir sus vidas por caminos totalmente distintos, pero inconvenientemente se vuelven a encontrar. Vuelven a sentir. Personajes pertenecientes a Telltale Games...