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1. Sun.

La castaña, de vuelta a su ciudad, no podía negar que los años habían sido difíciles. Después de terminar su carrera, decidió darse un tiempo fuera de su país. Todo lo que había pasado en la Universidad sería una cicatriz que estaría en ella para siempre, y pensó que alejarse un tiempo de dónde provenía todo le haría bien.

Y así fue, vivió en Canadá tres años después de terminar su carrera, se desenvolvió tanto social como económicamente en ese país y había que decir que le sirvió de mucho. Además de que su padre le ayudó para poder conseguir un empleo con una paga decente y poder mantenerse a sí misma mientras estaba ahí.

Jesse había decidido mudarse sin decirle a nadie. Claro que después de todo lo que había pasado con su madre, seguía manteniendo las relaciones amistosas de toda su vida: Axel, Olivia, y no olvidar a la nueva amiga, Nell.

Pero al estar viviendo en Canadá, había conocido a alguien con quién se frecuentaba cuando no tenía nada que hacer, Petra. Una chica pelirroja que lucía como toda una persona temeraria, audaz y muy inteligente.

Ella había estudiado negocios internacionales, y se llevaba muy bien con Jesse. Múltiples veces, la pelirroja intentó hacer que la americana le diera una oportunidad a los miles de amigos que le presentó, para que se diera algo más que una amistad. Pero, aunque Petra no sabía nada de lo que Jesse había pasado amorosamente antes de mudarse, sabía que había algo oscuro que a la castaña no le permitía abrirse en ese ámbito con alguien.

Así que un día, Jesse simplemente volvió. Aunque no quería, su padre se jubilaría en poco tiempo más, y no quería por nada del mundo que estuviera solo. La castaña había pasado un muy mal momento cuando su madre falleció, pero sabía que su padre la había pasado peor, porque no lograba evitar la culpa de no haber podido estar más tiempo con Génesis, y eso la chica lo notaba.

Y lo sentía, tanto. Porque aún después de muchísimo tiempo, Jesse se sentía culpable, y no sabía cómo se libraría de tan terrible sentimiento que la ahogaba poco a poco.

Hasta que alguien, nuevamente llegó a su vida.

Fue inesperado para todos, quizá no la mejor decisión, pero Jesse era una persona inestable desde aquel momento tan traumático, y a la hora de tomar decisiones, era la peor.

Pero no todo iba mal. Tenía un nuevo trabajo, un nuevo puesto, una nueva casa, una nueva (pero conocida) pareja.

Maduró. En pocas palabras.

Pero, ¿cuánto tiempo más podría durar así?