Debo decirte algo

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(Suena "Carne y hueso" de TINI)

(Olivia)

Ya estoy muy harta de toda esta mierda y ya no soporto lo que ocurre en este lugar, siento que no se está pudiendo estar bien o tranquila, también creo que Ramiro se meterá en problemas si continúa investigando... esto terminará muy mal.

Mientras estaba en la biblioteca con mis libros, lo vi investigando mucho más de ello en su laptop y no entiendo cómo es que él es tan terco, en ese momento detuve mis pensamientos y decidí acercarme a él.

— Mirá Ramiro, sé que han pasado cosas que ninguno de nosotros puede explicar y sabes... estoy harta de que sigas investigando, porque de seguro esto va a acabar mal. — manifesté ante él.

— No rompas las pelotas y dejá de decirme lo que debo o no debo hacer, además bastantes problemas tengo además de todo lo que hemos pasado.

Chabón, todos tenemos problemas, sabes.

Él suspiró y se quedó mirándome con fastidio, pero mientras me iba posó sus ojos nuevamente en el computador e intenté ignorarlo pero la curiosidad me mató por dentro y decidí quedarme a su lado aunque por dentro sabía que él no era malo, sus actitudes obsesivas con este misterio en un orfanato en el que vivimos y a pesar de eso estando junto a Ramiro siento miles de mariposas en mi estómago.

Un tal Rodolfo Alfredo Gustó vendió veinte mil acciones a la compañía farmacéutica "Gerreros De otto", una empresa valuada en 140 pesos victorianos o más bien Victorians en cada medicamento y servicios, la suma de todo es lo que equivale a... ¡Tachan! Casi tres millones de pesos victorianos, lo que valía para mis padres biológicos. — me dijo indicando la pantalla.

Bueno... yo no pagaría tanto por tenerte como un leal compañero de vida.

Ambos comenzamos a reír y luego de mirarnos mientras lo hacíamos, me indicó con un gesto amoroso que me sentara a su lado para hacerme la pregunta más insólita de todas.

¿Vos cuanto hubieras pagado?

Sabes... hay cosas que no se compran ni se venden, sos más inteligente que esos bribones malditos. — le sonreí.

Después de reír un momento, fui a recoger mis libros, lo saludé y me marché cargándolos como podía hasta el curso de biología.

(Cemre)

Después de haber visto a ese hombre que luego se desvaneció, entré en duda si quizá era un fantasma que habitaba en el orfanato antes de que este lugar fuese lo que es ahora... corrí hasta la habitación y me encontré con Emma y le conté lo que había hecho... le mostré la foto que encontré de Jannete V. Bellucci.

— Tengo miedo de todo esto, Emma. — le dije aterrorizada.

— Vale, tranquila... aquí pasan cosas inimaginables...

— ¿Por qué lo decís? — le pregunté.

— Porque me han pasado cosas.

— Como los gritos, verdad.

— A Ramiro se le apareció una mujer en el baño, mostrádmela. — me pidió Emma.

— Toma. — le di las fotos.

— ¿Crees que haya sido la mujer que vio él en el baño? — preguntó Emma.

En ese momento cuando le mostré dichas fotos impresas del archivo de investigación de Ramiro nos quedamos heladas al ver que dicha mujer era idéntica a la muchacha del baño.

Misterio En Un OrfanatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora