Secretos a la luz y recuerdos que perduran

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(Mateo)

Mientras todos bailaban, tomé la mano de Emma y la arrastré a un lado conmigo, ella se molestó pero no me importó, me la llevé lejos de la música para contarle la maldita verdad que me había consumido.

— Pero, ¿Que haces, tío? — me gritó.

— Se quién puta mató a tu madre...

— ¿Qué? —preguntó sorprendida.

— Pero tenés que prometerme que no vas a decir ni mierda, ¿sabes? — le advertí.

— Es una broma, verdad.

— No.

— Y como lo compruebas, Mateo.

Intenté decirle que todo era verdad y tuve las agallas de contarle la verdad y sin titubear, para ella todo era confuso así que le expliqué.

— Me fui al laberinto, vi los cadáveres de las preceptoras y además vi a Marcela con Rodolfo.

— Eso no me dice nada, gilipollas. — dijo casi llorando. — Escuchaste su conversación, ¿no es así?

— Vení conmigo...

La llevé adentro y le pregunté en donde quería ir para que habláramos en privado y me respondió inmediatamente, diciéndome que en su habitación. Al llegar ahí, nos sentamos en su cama y comenzó a hacerme preguntas y yo le tuve que confesar algo que nunca pensé que haría.

— Decidme, ¿que habéis oído? — insistió.

— El marido de marcela, mi padre adoptivo, asesinó a tu madre... lo siento.

— ¡No! Esto no puede ser cierto. — dijo Emma llorando.

— Hay más...

— ¿Qué más puedo saber?

— Marcela es tu tía, la hermana de tu madre y lo ocultó todo este tiempo. — le confesé.

Emma me miró y continuó llorando, me abrazó y yo no quise decirle que su tía en realidad era mi madre adoptiva, ya que es una de las mentiras que he cargado durante todos estos años...

— Mateo, prométeme que pase lo que pase estaremos juntos, como cuando éramos niños. — decía mientras me miraba con sus ojos llenos de lágrimas.

— Te lo juro.

Luego Emma prendió la luz del velador y fue por su caja de recuerdos y su caja musical, ella me contaba que su madre se la había regalado en su cumpleaños número seis y que la conservaba hasta el día de la fecha. Me mostró las fotos que guardaba y me mostró una de su abuela y me pareció conocida...

— Tengo que decirte algo... esta foto es de mi abuela, quien escribió un libro que jamás salió a la luz... — me dijo estando un poco más calmada.

— Es... Jannete. — le dije sorprendido.

— Jannete era mi abuela... y yo... comencé a olvidarla, pero creo que aquél día el cual descubrimos su libro... quiso mostrarnos lo que en realidad era este lugar.

— Entonces significa que tu abuela quiere mostrarnos la mierda que fue este lugar antes.

— Así es.

— Mañana por la noche nos vendremos todos y veremos los VHS que faltan, ¿sí?

— Está bien.

Emma y yo nos abrazamos y luego nos besamos, y mientras los demás estaban de fiesta aprovechamos para hacer el amor sin que nadie nos descubriese... y cuando terminamos, me vestí y cuando me dirigí a la puerta Emma me detuvo.

Misterio En Un OrfanatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora