¿Sangre del baño?

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(Ramiro)

Al día siguiente, estando por ir a la clase de física me dirigí al baño a lavarme la cara antes de entrar al aula, estando allí y me asomé por la ventana rota y creería que al parecer la cambiaron o algo así, porque estaba intacta... creo que me estoy volviendo loco. Al salir del baño, por el pasillo bajé la cabeza y había huellas por doquier, en todo el pasillo, pero opté por no darle importancia, fue entonces que empecé a caminar con normalidad hacia el salón de clase. Cuando entré, me senté al lado de Olivia.

— ¿Qué pasó? — me preguntó susurrando.

— Te lo voy a contar cuando salgamos de acá.

— Bueno.

Al terminar la clase, me dirigí al jardín a tomar aire junto con Olivia, ella sacó un cigarrillo de su mochila y se lo colocó en la boca, acto seguido, tomó un encendedor y lo prendió.

— ¿Desde cuándo fumas vos? — le pregunté.

— Desde que le robo los cigarrillos a la profe de teatro. — me respondió.

— No puedo creer que fumes.

— No puedo creer que ahora te des cuenta.

— ¿Por qué te cagas la vida así, nena?

— Porque la vida querido, es una mierda cuando vivís en un orfanato maldito, lleno de fantasmas... y espíritus, y esa mierda de saber que jamás vas a volver a ver a tus papás. — me explicó.

— Te entiendo, pero, ¿por qué mierda fumás?

— Porque se me canta, Ramiro.

— Que carácter.

Después de la conversación me fui a la biblioteca, al área de las computadoras y me puse a indagar sobre el pasado del orfanato más a fondo, y era un hospital psiquiátrico. Un manicomio en el cuál los médicos experimentaban con los pacientes que tenían internados ahí.

(Emma)

Mientras pasaba por el baño de los chicos, para ir al de las mujeres a bañarme y cargada con mi toallón y mi shampoo, de vista vi a un chico muy lindo, que estaba parado de costado, era alto, de cabello castaño y... su piel entre blanca y morena hacia que se me cayera la baba.

Luego seguí de largo y me fui a bañar como de costumbre y todo estuvo normal, al terminar de bañarme tomé mis cosas y me dirigí a mi habitación. En el camino hacia allá volví a sentir pasos, pero cada vez más fuertes y entonces me di vuelta, pero no había nadie... pensaba que me estaba volviendo loca, de repente en el suelo comencé a ver agua por todo el pasillo y me quedé quieta, poco a poco el agua se volvía roja, y se volvía espesa y entonces reaccioné y comencé a correr como solía hacerlo, hasta que caí y... ahí estaba el chico.

— Te ayudo. — estiró su brazo para ayudarme.

— Sí.

Me ayudó a levantarme y luego se quiso presentar, pero no lo dejé, ya que estaba tan asustada y desesperada que hui.

— ¡Espera! — me gritó.

Yo seguí corriendo como pude y al llegar a la habitación comencé a llorar y a preguntarme a mí misma que me ocurría. Después de unos segundos Cemre vino a mí y me abrazó y me pregunto qué me pasaba y le conté.

— ¿Y si tenés esquizofrenia? — me preguntó.

— No lo sé, lo único que sé es que vi agua que de a poco se volvía roja y espesa. — dije tratando de tranquilizarme y luego continué. — tengo que saber que pasó en este lugar, Cemre.

Misterio En Un OrfanatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora