Caminos cruzados

Capítulo 4

- Mentira...

- Te lo juro - le respondió Hernán a su amiga sosteniéndola mientras elongaba.

- ¿Cómo tanta suerte?

- No sé si es suerte, no sé si la vida me odia o me ama, pensé que me iba a desmayar cuando lo vi, ¿cuál es la probabilidad de que llegara acá? me daba lata dejar de verlo, pero no esperé hoy cuando no lo encontré en el metro que me lo iba a encontrar en clases, menos que cantara tan precioso... 

- Yo creo que la vida te dio un "amigo, date cuenta" porque ya era hora de que le hablaras.

- Funcionó, porque seremos compañeros en espectáculo, así que pasaremos bastante tiempo juntos.

- No puedes decir que la vida no te ama, te puso en bandeja al amor de tu vida.

- A mi amor platónico - la corrigió Hernán - sigo firme en lo que dije antes de que esto pasara, además, Mateo ya lo tiene en su radar y es su compañero de pieza, mis posibilidades disminuyeron de 0 a -100.

- Eres tan idiota a veces Hernán, te juro que me das rabia - le respondió su amiga mirándolo furiosamente - si tú te menosprecias de esa manera obvio que no lograrás que la persona que te interesa se fije en ti.

- No quiero que se fije en mi, tengo que estar concentrado en ganar esa plaza en Broadway.

- Sigue repitiéndote eso, quizás te lo creas - le dijo finalmente.

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Luego de la conversación Nicole había estado algo fría, como cada vez que Hernán hacía ese tipo de comentarios, entendía que a su amiga le molestara, le había dicho cientos de veces no había nada de malo con su apariencia y que era hora de soltar los miedos e inseguridades que había construido con el tiempo, la historia romántica que tenía debía de servir de algo al momento de construir su autoestima, y lo había hecho, pero Hernán continuaba firme con su parada de "realismo", que le decía que algunas personas simplemente no estaban al alcance de otras. No quería decir que sus ex novios no fueran guapos, pero el moreno consideraba que Andrei era una pieza de arte en comparación a cualquiera, el chico lindo que había nacido en el lugar equivocado, porque de ser de otro país, seguramente ya sería famoso.

Estaba solo en el casino del campus pues su amiga se había ido a almorzar con su novio, cuando vio a Andrei caminar en dirección a las mesas buscando un lugar con su bandeja en la mano, era su primer día y probablemente no conocía a demasiadas personas, no era agradable comer solo, él desde el primer día había tenido a Nicole, habían postulado juntos a la academia desde el teatro municipal por lo que nunca tuvo que pasar por esa experiencia. El castaño se veía desorientado, como buscando un salvavidas y a Hernán le pareció que era una buena alternativa para comenzar a familiarizarse con la sensación de tenerlo cerca y de paso conocerlo un poco.

Le hizo una seña con su mano para llamar su atención y los ojos de Andrei de inmediato lo encontraron, se quedó inmóvil por un segundo y luego le regaló una sonrisa al mismo tiempo que Mateo se levantaba de la mesa que compartía con algunos amigos y se acercaba a hablarle al castaño, probablemente para invitarlo a comer con él. El moreno bajó su mano, esperando que lo obvio pasara, pero Andrei luego de hablar brevemente con Mateo continuó caminando en su dirección y se sentó frente a él.

Andrei había dudado por un segundo de unirse a Hernán en su mesa, pero pensó en lo ridículo que sería evitarlo considerando que trabajaría tan íntimamente con él durante todo el año, lo mejor era conocerlo y quitarle esa atmósfera de tensión que tenerlo cerca creaba en él. Se notaba que Hernán era una persona agradable y la idea de tenerlo como amigo no le parecía del todo mala, a pesar de la obvia atracción que sentía por él. Cuando había tomado la decisión, Mateo lo abordó, invitándolo a comer con él y aunque era simpático y crear una buena relación con su compañero de dormitorio era algo inteligente de hacer, algo en aquel chico no lo convencía del todo, probablemente la forma en que lo miraba, estudiándolo, o quizás sólo era él, sobreanalizando las cosas, pero de todos modos no aceptó, porque la idea de conocer un poco a Hernán era demasiado atractiva, incluso si sólo fuera con fines profesionales.