Capítulo 5

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Mateo se le había acercado en el peor momento, justo cuando los movimientos gráciles de Hernán lo habían inspirado a escribir algo sobre como era más liviano que el viento, pero no podía ser desagradable cuando el chico no había sido nada más que amable con él, no sólo ayudándole a encontrar sus salones de clases y comentándole sobre las personalidades de los profesores para que cayera en su buen lado, sino que también le había presentado a sus amigos, haciendo que Andrei se sintiera un poco menos fuera de lugar, y siempre estaba dispuesto a compartir con él su mesa, por eso le regaló una sonrisa y aunque no lo quería, desvió su mirada de la pareja de bailarines para dedicarle su atención al chico de rizos claros junto a él.

- ¿Estabas componiendo? - le preguntó Mateo al ver como Andrei cerraba su cuaderno - Lo siento si interrumpí, puedo volver más tarde.

- No, está bien, nada estaba viniendo a mi - mintió - ¿no tienes que ensayar algo? En este lugar es todo lo que hacen...

- Lo hice esta mañana, por eso desaparecí tan temprano, me gusta usar las tardes para desconectarme de la exigencia de la semana.

- Eso suena como un plan inteligente.

- ¿Sabes que también es inteligente? - le dijo dedicándole una sonrisa traviesa, la típica sonrisa del niño que sabe que hará una travesura y que se saldrá con la suya, y Andrei no supo como sentirse al respecto - que tú también lo hagas, son tus primeras semanas aquí y tenemos una tradición.

- ¿Ser flojo y no hacer nada hasta que las responsabilidades te alcancen?

- Por supuesto que no - le respondió riendo - hay una fiesta esta noche, debes ir.

- ¿Dónde será? - preguntó más por cortesía, pues la idea no lo convencía del todo, hace mucho que no iba a fiestas.

- Aquí, en la sala común.

- ¿Se pueden hacer fiestas aquí?

- Si, durante el fin de semana somos amos y señores de este espacio, aunque hay algunas reglas, no podemos destrozar nada, no podemos llenar el lugar de gente externa y no podemos traer alcohol, claro que la última regla la ignoramos - Andrei rió ante el comentario - hay que celebrar que estas aquí y todos asisten a la fiesta de bienvenida, no voy a permitir que te quedes en la habitación abrazando tu guitarra o peor, durmiendo; este lugar puede ser muy estresante y con el paso del tiempo cada vez existirán menos momentos para relajarse de este modo, no aceptaré un no como respuesta.

- ¿Así que todos asisten?

- ¿Eso fue todo lo que escuchaste? Pensé que con mi presencia era suficiente para convencerte de ir - le respondió fingiendo estar ofendido - te di el tremendo discurso, podría ser político después de eso.

- Obvio que lo escuché - continuó riendo Andrei, Mateo era muy seguro y en ese momento podía verlo siendo el galán rompecorazones que Felipe había mencionado, porque en esa conversación definitivamente le estaba coqueteando - Pipe ¿tú irás? - preguntó llamando la atención de su amigo que seguía atento a lo mismo que hace un rato.

- Obvio ¿tú no? Pensé que el Hernán ya te lo había dicho.

- No lo hizo - respondió extrañado - pero iré.

- Genial - le dijo Mateo con una enorme sonrisa mientras observaba como Andrei se abrazaba a sí mismo buscando calor, el chico se quitó el polerón y se lo ofreció - toma, tienes frío.

- No, no puedo tomarlo, iré a buscar algo en un rato, no te preocupes.

- No seas tonto, yo ahora voy a la pieza a prepararme para salir a comprar las cosas que faltan para la noche, tomaré otra cosa, después me lo devuelves - continuó poniendo la prenda sobre sus hombros - nos vemos en la noche - le dijo y se retiró.

Caminos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora