Caminos cruzados

Capítulo 11

La mañana siguiente se encontraron en el desayuno y aunque ambos estaban algo nerviosos al ver al otro, actuaron como si nada hubiese pasado; Hernán porque luego de como se había ido el castaño pensó que quizás hasta se había arrepentido un poco; y Andrei porque luego del "ok" que le había dicho el moreno cuando le había mencionado que debía irse, pensó que para el lo que había sucedido no había significado mucho, después de todo, el moreno no era quien no había tenido sexo en poco más de dos años.

Por eso ambos sólo siguieron con sus vidas, con la amistad intacta sin mencionar lo que había ocurrido, porque en la cabeza de cada uno para el otro no había sido más que un polvo de celebración entre amigos, y de esa manera también evitaban complicar las cosas.

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Un mes después ya había presentado dos nuevos montajes, Hernán le había dado un par de clases de baile a Andrei y habían explorado montando otro tipo de show con buenos resultados, el castaño seguía pasando algunas noches en la habitación del bailarín, pero no habían vuelto a besarse o dormir juntos de ninguna manera.

Ambos estaban felices de que ese momento de intimidad no había cambiado las cosas entre ellos, aunque los primeros días posteriores ambos sentían que el corazón se les saldría por la boca cuando el otro lo tocaba. Ahora habían aprendido a vivir con el recuerdo y el toque fantasma que acompañaba al mismo.

Hernán continuaba destacando en cada una de sus clases, sin embargo era seguido de cerca y en ocasiones superado por Mateo, lo que lo tenía exigiéndose el doble. Andrei, por su lado, estaba progresando positivamente en técnica vocal, su clase más dura, puesto que en las demás había logrado meterse al bolsillo a los profesores con su carisma y originalidad.

El castaño se sentía más a gusto que nunca estando en la academia, tenía amigos con quienes pasar todos sus ratos y su habitación con Felipe era todo lo que podía pedir de un espacio de descanso, era cómodo y acogedor y se sentía como un pequeño hogar, cómo si lo compartiera con un hermano, que era en lo que Felipe se había transformado para él en tan poco tiempo; y su mejor amiga, que lo conocía mejor que nadie no dejaba de repetirle durante sus llamadas que lo escuchaba más feliz que nunca. 

Scarlette sabía todo lo que había sucedido en ese lugar desde el día uno. Sabía de los nuevos amigos de Andrei lo que la hacía sentir más tranquila, sabía sobre el incidente con Mateo donde además de intentar convencerlo sin éxito de que lo denunciara de alguna manera había amenazado con viajar desde el sur sólo para ponerlo en su lugar y advertirle que no volviera a acercarse a su amigo, y sabía sobre Hernán, sabía de él desde mucho antes de que Andrei ingresara a esa academia y sabía cuanto se habían acercado. Había comenzado a tenerle cariño sin conocerlo, sólo por lo que Andrei le decía de él, como lo apoyaba artísticamente, como lo había salvado de las garras de Mateo, como lo contenía cuando se sentía mal. También sabía que se habían acostado, era la única persona a la que Andrei se lo había dicho, inmediatamente después de que pasara, porque jamás había quedado de estudiar con Felipe, y necesitaba que alguien lo escuchara y ayudara a ordenar lo que estaba sintiendo.

- ¿Qué? - dijo su amiga al otro lado de la línea.

- Me acosté con Hernán, acabamos de tirar, estoy escapando de su pieza en este momento - repitió el castaño mientras corría a su habitación.

- Es lo que pensé que escuché, pero... ¡¿qué?!

- No sé cómo pasó, o sea sí sé, fue como mi culpa, yo lo inicié...

- ¿Te le tiraste encima? ¿cómo esa vez que le pediste dormir en su cama?

- Estás haciendo que me sienta patético...