Capítulo 14

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Andrei había vuelto luego de un rato con comida para ambos, se sirvieron y luego de eso ayudó a Hernán a llegar al baño para prepararse para dormir, el castaño le puso el medicamento en crema que le habían entregado a Hernán en ambas articulaciones lastimadas y las vendó nuevamente.

Al cabo de una hora ambos estaban listos para dormir. Andrei había tomado la cama junto a Hernán como propia habiéndola usado muchas veces desde que había conocido al moreno, sin embargo este tenía otra idea.

- Andrei... ¿puedes dormir conmigo? - el corazón del castaño saltó fuerte en su pecho, era cierto que habían estado besándose por la tarde, pero luego de que saliera por comida no lo habían vuelto a hacer, lo que pensó se debía a que Hernán se sentía mejor, por eso lo sorprendió escucharlo pedirle eso, porque a pesar se haber tenido sexo, en la única oportunidad que habían dormido juntos, había sido cuando Hernán lo había salvado.

- ¿Estás seguro? No quiero incomodarte o pasar a golpearte donde estas lesionado.

- No me incomodas y eres la persona más tranquila para dormir que conozco... - Andrei sonrió levemente, cerrando su cama para dirigirse a la de Hernán y tenderse junto a él.

La última vez que había dormido ahí, ninguno había invadido el espacio del otro, hasta que llegando la mañana, Andrei había tomado del brazo a Hernán, pero no habían llegado más allá. Ahora, Hernán se había acercado a Andrei para acurrucarse contra su cuerpo y el castaño no había dudado ni un segundo en extender sus brazos y recibirlo.

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¿Qué significaba la tarde y noche anterior? No habían vuelto a besarse, habían dormido juntos y abrazados, pero no habían hecho más que eso, y a ambos los confundía, porque querían ver dónde los llevaba eso, pero ahora, tan cerca del final, ya no se trataba sólo de no distraerse, lo que era fundamental, sino del hecho de que existía la posibilidad de que ganarán sus respectivos programas, y eso significaría el separarse, y ninguno de los dos sabía si estaba dispuesto a pasar por esa experiencia, porque una cosa era saber lo que sentían,  pero permitirse vivirlo, para perderlo, era aterrador.

Andrei fue en busca de Hernán en su hora de almuerzo para encontrar la habitación vacía. No lo vio hasta la noche, luego de que el moreno llegase de su control médico, cuando con la excusa de darle espacio a Felipe y Geraldine que seguían avanzando en su relación, había llegado a dormir ahí nuevamente.

A Hernán le habían dado dos semanas de recuperación, donde no tenía permitido exigirse. La Academia le había concedido ese tiempo, sin embargo de no ser suficiente, tendría que abandonar el programa intensivo. Hernán ya esperaba esa resolución pero de todos modos lo angustiaba pensarlo, Andrei lo percibió y lo abrazó dándole ánimo, y esa noche volvió a dormir junto a él.

Luego de tres días con el castaño ahí, su cama se sentía extrañamente vacía cuando no estaba. Andrei se había levantado para ir a clases y habían quedado de verse para almorzar en el casino junto al resto de sus amigos. Hernán no quiso al comienzo, porque para movilizarse estaba utilizando muletas y no quería que Mateo lo viera de ese modo y disfrutara la imagen, sin embargo Andrei lo había convencido de que no podía permanecer esas dos semanas encerrado en su habitación, y si Mateo lo veía, ya encontrarían la forma de arruinarle la diversión.

Cuando llegó al lugar algunos de sus amigos ya estaban ahí. Andrei llegó un par de minutos más tarde sentándose entre Geraldine y él, frunciendo el ceño cuando notó que la bailarina estaba relatando como había sido la caída que había lesionado a Hernán.

- ¿Por qué estas contando eso? Hablemos de algo más alegre - dijo Andrei mientras Hernán lo miraba de reojo con una sonrisa.

- Está bien, algunos no sabían lo que había ocurrido - respondió el moreno tranquilizándolo, tomando su rodilla bajo la mesa, gesto que no pasó desapercibido para Nicole.

Caminos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora