Laberinto

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Pequeños rayos de sol atraviesan la ventana y se mantienen en mi cara; los cuales, me hacen despertar. Escucho mi respirar y el crujir de mis huesos mientras me estiro levemente en mi cama.

La verdad no puedo dejar de pensar... ¿Cuánto tiempo ha pasado? Una de las cosas con las que despierto casi todos los días es gracias a Ethan. El tiempo ha volado y una que otra estación igual. Hoy es un día especial, bueno, otro día más. Miro el reloj y son las 9:35 a.m. El tiempo se agota.

Me levanto con movimientos lentos y con pequeños tambaleos me dirijo hacia el baño. Me miro en el espejo, tallo mis ojos y puedo notar mis ojeras y mi cara dormilienta. Lavo mi cara y cepillo mis dientes con calma.
Salgo y noto mi celular vibrar en mi buró. Me acerco y lo tomo. Un mensaje de Ethan...

-¿Listo? Paso por ti a las 3:45 p.m.

Te quiero Dylan.

No puedo evitar reírme por su escrito corto, sencillo y directo. ¡Ojo! Ese Te quiero cambia el mensaje, algo romántico pero a la vez dulce.

-Esta bien don serio, también te quiero. Estaré listo.

Mando el mensaje y corro para alistarme.
Después de "arreglarme" (que solo fue ponerme una manga larga, unos pans y una gorra para cubrir mi cabello) Le pedí a Emma que si me podría llevar aun lugar ya que mis padres no estaban. Ella no rezongó, y aún así en pijamas de corazones, tomó las llaves del carro y nos subimos. El clima era frío y con un poco de viento. Qué rápido ¿no? Ya era diciembre...

Música y unas cuantas risas se hicieron presente en el transcurso del viaje. Ahí iba yo, diciéndole las calles exactas a Emma para poder llegar. Cuando Emma y yo llegamos hacia ese lugar en la cual hice un pedido; me baje por el paquete y le doy las gracias a la señora que me atendió, una dulce anciana de unos 70 años y cacho. Regreso al carro y Emma se me queda mirando.

-¿Venimos por esa cajita? -alzó una ceja-

-Bien, bien. Lo se... Pero es importante. Ahora llévame a casa, necesito arreglarme.

-Como usted diga patrón.

-Eres la mejor ¿lo sabes?

-Aahhh Callate y déjame conducir -me guiñó un ojo y acelero-

En el puro desayuno (antes de ir por la dichosa caja) y el camino hacia ese lugar en el cual pedí la caja, el reloj marcaba que eran las 12:58 p.m. Mierda, se me hará tarde. No se ha donde iremos o que haremos pero lo que si se, es que tengo que entregar esta cajita. Me costo comprar esta cajita, el cual tiene un gran significado para mi. Y espero que para él también...

Unos jeans color negros, unos vans color guinda, una camisa negra, un saco para frío y una bufanda negra es lo que me compone hoy para nuestra pequeña pero gran salida. Ansío las ganas de verlo, poder besarlo y decirle que el tiempo pasa tan rápido...

Ahora, sin molestias, veo la caja que recogí en la mañana junto con Emma. Me quedo apreciándolo un buen rato hasta que un claxon que suena afuera de mi casa me interrumpe drásticamente. Es Ethan.

Bajo corriendo las escaleras, tomo mi teléfono de la mesa y coloco la cajita en el bolsillo de mi saco color gris. Abro la puerta de la casa y ahí está.

Con el poco aire que corría y el clima frío me acerque al carro negro. Con mi mano abrí la puerta, entre y me senté. Bendita sea la calefacción de este carro...

-Hola amor.

-Hola -me acerque y lo bese en la boca sutilmente.- Felicidades

Sus labios, su "Hola amor". Cuanto los extrañaba.

When The Sun Catches UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora