¿Quiénes Somos? Tal Vez Estrellas Perdidas

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Sus ojos estaban cerrados; él dormía muy bien. Traté de pararme de la cama hace más de quince minutos y no pude; su brazos me tenían mi cintura rodeada. Su piel era cálida y suave. Me gustaba demasiado.

Por quinta vez traté de salir de la cama y esta vez lo logré. Cuidadosamente, sin hacer ruido, me dirigí hacia el baño de mi cuarto. Al entrar me cepillé los dientes y me metí a la regadera; el agua estaba caliente, como me suele gustar.

Salí de la regadera a los pocos minutos de haberme bañado, salí con una toalla en mi cintura y procedí a buscar la ropa que me pondría hoy. Rebusqué en los cajones bóxers, calcetines y alguna camisa de mi agrado.

-Listo. -Pensé una ves que me mire de arriba a abajo en el espejo de cuerpo completo.-

Me acerqué a la cama y él seguía durmiendo. Fue demasiado para una sola noche; no quiero pensar ni como esta su papá de preocupado.

Tomé las sabanas que estaban en el piso, las sacudí un poco y las coloqué encima de él; no quiero que tenga frío. Lo besé en la frente y Ethan se removió entre las sabanas. Me dio la espalda y comenzó a roncar.

-Ay Ethan... ¿Qué haré contigo? -Comencé a reírme levemente mientras él seguía acurrucadondocé entre las sabanas.-

Agarré mi teléfono y bajé a la cocina, eran las 10:37 a.m. Ya debería estar el desayuno listo. Me dolía un poco la cabeza, solo quería desayunar y volver a dormir. Sí, solo eso.

-¡Mamá! -grité mientras bajaba las escaleras.- ¿Mamá?...

Nadie respondió y me desesperé.

-¡Ma....

-¡Felicidades! -Gritaron muchas voces interrumpiéndome y a la misma vez sonaban cláxons y caía confeti en mi cara.- Estas son las mañanitas que cantaba el rey David.... -Comenzaron a cantar las voces desde el comedor.-

La había olvidado. No puede ser... No puede ser hoy.

Sí Dylan, sí es hoy.

-¡Muchas felicidades Dylan! -Gritaron todos-

-Gra-acias...

En menos de dos segundos algunos aplaudían y, en menos de otros dos segundos, la mayoría me acorralaron y me abrazaron.

Ahí estaba: mamá, papá, Annie, la tía Terra, los abuelos, mis primos y primas. Todos por mi cumpleaños.

Todos lo habían recordado excepto yo...

Tomé aire y comencé a saludar a cada uno; besos, abrazos y el típico "felicidades".

Seguía un poco en shock. No puedo creer que olvidé mi cumpleaños... ¡MI CUMPLEAÑOS! Ya es suficiente. Creo que comenzaré a tomar vitaminas para retroceder el Alzheimer.

Me senté en la mesa y prendieron una vela con el número XVIII en el pastel. Soplé y pedí el deseo.

Que este sueño no termine; que lo nuestro (la relación entre Ethan y yo) no termine.

-¿Cómo están aquí? -Pregunté.- ¿Solo vinieron hasta acá para felicitarme? -comencé a reír mientras partía el pastel y le daba una rebanada a cada uno de ellos.-

-Mira, da gracias a dios que hemos llegado. -Comentó una de mis primas.- la tía Terra no quería subir al avión -comenzaron a reír todos.-

-Cállate Stephanie, esa madre casi hace que se me salga el corazón y ni comida nos dieron. -Terminó y comenzó a reír.-

-Ya, ya... Lo bueno es que están aquí, que se quedaran unos días y haremos carne para pasar la tarde aquí juntos. -Comentó mi madre.- ¿te parece bien Dylan?

When The Sun Catches UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora