-Me gusta este.- tomé un vestido amarillo de tirantes, era de corte recto y me llegaba a mitad del muslo.
-Si yo tuviera esas grandes y hermosas piernas, lo usaría.- Sierra hizo una enorme sonrisa.
Revisé la hora en mi celular, 6:00 p.m, tenía un mensaje de Harry en mi bandeja.
Estoy en casa, noté que no están, así que ¿podrías hacer algo por mi y llegar a aquí a las 7:30?, no preguntes. - Recibido 5:45 p.m.
-Harry ya está en la casa, quiere que lleguemos pasadas las siete, no preguntes porque no sé.- informé a Sierra.
-¿Y cómo nos arreglaremos? Vinimos hasta aquí para que pudieras estar linda.- frunció el ceño.
Miré hacia el salón de belleza frente a mi.
-Estamos en Los Ángeles, Sierra. No es muy diferente a Nueva York.- sonreí.
Las chicas en el salón de belleza realizaron un sencillo maquillaje en nosotras y mi fiel labial rojo resaltaba en mi rostro, Sierra eligió llevar el cabello lacio mientras que yo opté por unas ondas naturales, terminando con dos bolsas repletas cada una decidimos que era hora de irnos, las siete en punto marcaba el celular.
Al indicarle al conductor del taxi hacia donde nos dirigíamos nos miró extraño, tal vez pensaba que nos estábamos equivocando de dirección, ¿porque que harían dos chicas de nuestra edad en esas lujosas mansiones?.-Siento que voy a vómitar.- dije en cuánto introduje la llave en el enorme portón de madera.
-Tranquila Bárbara, no es cómo que lo vayas a ver por primera vez.- caminábamos hacia la enorme casa, mis piernas temblaban y no era gracias a los tacones en mis pies.
-Con el siempre es cómo la primera vez que lo vi.- me arrepentí en el momento que me di cuenta de lo que había dicho, Sierra tenía ojos con mirada tierna, sabía que pensaba que me veía tierna sintiéndome así.
-Estaré contigo.- me tomó de la mano.- Aunque sería mejor si estuvieran ustedes dos solos.- rió, nos encontrábamos en la puerta de la casa.
Coloqué la llave en la cerradura, al abrir la puerta música atravesó mis oídos.
-¿Hola?.- hablé fuerte.
Mi celular vibró.
Estoy en la parte de atrás.- Recibido 7:31 p.m.
Comencé a caminar hacia el lugar indicado, Sierra se encontraba detrás de mi, diciéndome que me tranquilizara, mi corazón latía fuerte y rápido.
-¡Bienvenidas!.
Ahí estaba el, sus característicos pantalones negros, camisa blanca y sus gastadas botas chelsea, acompañados de una chaqueta verde militar; Niall se encontraba a su lado, ambos levantando los brazos y sonriendo enormemente.
Estaban parados a un lado de la piscina iluminada por focos de colores dentro de esta, una pequeña mesa se encontraba repleta de comida.-¡Hola!.- dije cuando se acercó a mi y me envolvió en sus brazos, su olor a hierbabuena llenó mis fosas nasales.
Lo apreté con fuerza sintiendo el calor de su cuerpo, mi cabeza apenas y alcanzaba a rozar su cuello, el mantenía su mentón recargado en la coronilla de mi cabeza.
-Estoy muy feliz de tenerte aquí.- dijo despacio.
-Ajam.- Sierra carraspeo.
Ambos nos separamos y miramos a la rubia, al instante caímos en cuenta de que Niall y ella no se conocían.
-¡Oh, cierto!.- dijo Harry.
-Niall, ella es Sierra, mi mejor amiga.- dije después de darle un pequeño abrazo a Niall como saludo.
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¿Quieres venir? - H.S |Editando|
Fanfiction"-Ser alguien con fama no es lo que parece. Me siento realmente solo, digamos que no tengo muchas personas en las que confiar. Te necesito... ¿Quieres venir?. -Pues ahora estás una persona menos solo, Harry. Y si, quiero ir." ______________________...