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-¡Al fin lo aceptaron!.- Sierra me abrazó fuertemente, le conté con detalle cómo estuvo el día de ayer con Harry.

-Aún no puedo creer que esto esté pasando.- sonreí.- Es algo muy raro, ¿sabes?... ayer cada vez que me miraba era diferente, nos tocábamos de una forma diferente, y ni hablar de cuándo nos besabamos, es cómo un sueño. - mordí mi labio inferior.

-Lo es, ¿cuántas posibilidades hay de que te suceda algo parecido?.- colocó botas en sus pies.

Me encogí de hombros pérdida en mis pensamientos, me encontraba sentada en la cama de la habitación de Sierra esperando a que terminara de arreglarse.

-Cuando estoy con el siento como  si ya nos conociéramos de años atrás, su toque me resulta muy familiar y su presencia es cálida.- suspiré.

-Hablas cómo toda una romántica, Barbie.- rió.

Negué con la cabeza divertida, era cierto lo que decía, pero era vergonzoso escuchar a otra persona decirlo.

-Yo pienso que tu te sientes igual que yo, ¿cómo estuvo tu día de ayer con Niall?.

Sierra y Niall igual habían pasado el día juntos, pienso que ellos realmente hicieron un click desde el momento en que sus miradas de cruzaron, si algo llega a suceder entre ellos será mucho más rápido que lo mío con Harry.

-¡Fantástico!.- sus ojos brillaron.- ¿Quieres que te lo cuente todo?.- asentí, quería escuchar cada detalle que saliera de la boca de mi amiga.

Entramos en el comedor y de nuevo nos llevamos la agradable sorpresa de encontrar recipientes con deliciosa comida en la mesa.

-¡Buenos días May!.- Sierra y yo dijimos al mismo tiempo, suponíamos que May estaría en la cocina.

-¡Buenos días queridas!.

May salió de la cocina con dos grandes platos blancos, uno para Sierra y uno para mi, su sonrisa lucía cálida y radiante al igual que el día de ayer.

-La comida se ve riquísima.- Sierra tomó lugar en una silla.

-¡Está riquísima!.- recalcó May.

-Apuesto a que si.- Sierra aceptó el plato blanco y comenzó a colocar comida en el.

Escaneé el lugar con la mirada en busca de una mata de cabello ondulado.

-Harry no está aquí, cariño. Salió temprano, dijo que tenía varios pendientes.- Dijo May cómo si hubiera leído mi mente.

Colocó el plato en la mesa delante de una silla, después la recorrió y dio palmaditas en el respaldo de esta dándome a entender que quería que me sentara.

-Oh.- mascullé.

Tomé asiento y serví comida en el plato.

-Deberías acompañarnos a desayunar May.- llevé un gran bocado a mis labios.

-Tengo algunos platos que lavar, cariño.- apretó su delantal rosa.

-¡Nosotras te ayudaremos con eso!.- sugirió Sierra.

-Si May, por favooor.- supliqué haciendo pucheros.

Una sonrisa se formó en su rostro mientras daba golpecitos en el mandil.

-¡Está bien! Pero no puedo hacer esto muy seguido, estoy trabajando niñas.- se sentó a mi lado.

-No creo que Harry tenga algún problema, May.- ladee la cabeza, pensando en que Harry haría lo mismo que nosotras.

-Oh no tengo ningún problema con ese niño, si por el fuera me quedaría todo el día viendo la televisión, pero no me gusta abusar de su amabilidad.- mi corazón se derritió al escuchar a May hablar sobre Harry.

¿Quieres venir? - H.S |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora