¿Quieres venir? - H.S |Editando|

04.

-Supongo que si.- reí.

-Espero que no seas una asesina o algo así, porque eso sería muy malo.

-Veo que te divierte la situación, no sería así si resultara ser una psicópata.- levanté una ceja.

-Igual sería mejor que estar encerrado en una habitación de hotel.

-Ella es un poco... intensa, ¿no es así?.- dije refiriéndome a Jenna.

-Sólo cuando se encuentra muy atareada, justo cómo hoy. Normalmente es muy divertida, es una gran representante.- sacudía la cabeza divertido.

-¿Tenías planes para hoy?.- me intriga mucho saber que hay en su agenda.

-Algo así, pero Jenna puede decirles que me encuentro enfermo.- se encogió de hombros.

Sonreí por su poco interés.

-No cancelo mi trabajo normalmente, solo que necesito descansar.- dijo como si hubiera leído mi mente.

-No estoy juzgandote, solo que me parece divertido que hagas lo que se supone que nunca deberías hacer; como cancelar tus planes de hoy por un poco de merecido descanso.

Despegó la vista de la ventana y la colocó sobre mi.

-Pienso que será divertido un poco de turistaje.- pareciera que se estuviera afirmando a sí mismo.

-¿Turistaje?.- reí.

-Ni siquiera sé si es una palabra.

Una nueva notificación apareció en mi celular, Sierra:

"¿Ya te lo topaste por ahí en el hotel? Espero que si."

-¿A quien debes de toparte en el hotel?.- rió.

Lo miré, tenía su vista en la pantalla de mi celular.

-A... a mi hermano, no lo podía encontrar.- tartamudeaba nerviosa al pensar que en realidad hablabamos de él.

-Bárbara, ¿has traído bloqueador solar?.

Mamá, me has salvado.

-No mamá, lo he olvidado.- coloqué la cabeza sobre mis brazos cruzados en el asiento de adelante.

-Te pondrás colorada como un tomate y saldrán manchas en tu cara, ya habíamos hablado sobre el cuidado de tu piel.

-Tranquila mamá, unas horas bajo el sol no harán mucho daño.- miré a Harry haciendo muecas por la sobreproteccion de mi madre.

Me sentía realmente cómoda con el, como si nos conociéramos de hace años.

Una leve presión en la cabeza me hizo cerrar los ojos.

-Problema resuelto.- dijo mientras ajustaba su gorra a mi cabeza.

Esbozó una gran sonrisa.

-Pero... ¿tu no la necesitas?.

-Estaré bien, creo que me hace falta un poco de color.- sacudía su ya alborotado cabello castaño.

Lucía guapisimo.

-Creo que si, tu piel parece leche.- reí.

Rodó los ojos.

-Si sigues ofendiendome te quitare esa gorra.

-No te estoy ofendiendo, eres alguien muy pálido, pero me gusta mucho tu tono de piel.- ladee la cabeza teniendo solo la mitad de mi rostro fuera del hueco que formaban mis brazos.

Sonrío.

-A mi igual me gusta tu tono de piel, eres morena, pero jamás había visto un tono parecido al tuyo.- tenía los ojos vueltos una rayita como si me escaneara el rostro.