déjà vu

1K 127 293
                                    

𝗱𝗲́𝗷𝗮̀ 𝘃𝘂
/𝘥𝘦ʒ𝘢 𝘷𝘺/
(𝘯𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦, 𝘯𝘦𝘶𝘵𝘳., 𝘧𝘳𝘢𝘯.)

"𝗒𝖺 𝗏𝗂𝗌𝗍𝗈 𝖺𝗇𝗍𝖾𝗌"

El suave sonido de una campana encima de la puerta de madera y el olor a chocolate y libros viejos le dieron la bienvenida a la librería

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El suave sonido de una campana encima de la puerta de madera y el olor a chocolate y libros viejos le dieron la bienvenida a la librería. Nada más poner un pie dentro una sensación extraña se apoderó de él por completo y se marchó rápidamente dejándole una sensación de abandono bastante desagradable; unos segundos después se olvidó de que siquiera había experimentado aquella sensación. Dirigió su vista hacia arriba, maravillado por lo enorme que era el establecimiento y por la cantidad de libros que poseía. Acarició con cuidado y mimo los libros apilados encima de las muchas mesas que se encontraban ahí, leyendo los títulos en silencio, ignorando a Aziraphale.

Pasó la mano por la barandilla de madera mientras subía su mirada hacia el segundo piso de la librería, lleno de estanterías oscuras repletas de libros. Pasó debajo de la lámpara de forja rústica que colgaba del techo y se adentró al laberinto que conformaban las enormes estanterías, iguales a las del segundo piso. En esa zona no había libros amontonados en el suelo o en las mesas, ni columnas de mármol que rodearan el espacio abierto hacia la segunda planta. Todos los libros que se encontraban allí eran grandes clásicos, las obras de grandes escritores; logró reconocer varias ediciones de El Retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde, justo al lado de otras tantas ediciones de Lolita de Nabokov.

Despertó de su ensoñación con la sensación de unos suaves y delicados golpes en su hombro izquierdo. Se encontró con los ojos azules de Aziraphale mirándole dulcemente, una igual dulce sonrisa que comprendía cómo se sentía rodeado de todos esos libros plasmada en su rostro. Empezó a caminar entre las estanterías, Crowley siguiéndole por detrás, leyendo algunos títulos de libros rápidamente para no quedarse atrás. Se pararon una vez llegaron a una puerta cerrada con llave estaba escondida entre dos estanterías bastante apartadas del resto de la tienda.

Aziraphale abrió la puerta y le indicó que pasara; entró sigilosamente, como si estuviera a punto de poner un pie en un lugar sagrado. En su campo de visión entraron más estanterías repletas de libros, un sofá, dos sillones y varios muebles con muchos cajones; en una pequeña mesita se encontraba una gramola, al lado de un alto perchero donde Aziraphale dejó su abrigo tranquilamente. El lugar, al igual que el resto de la librería, irradiaba un calor muy agradable, el calor que transmite el abrazo de una madre o el calor que se forma en tu pecho cuando ves reír a la persona que amas. La habitación era bastante pequeña, aunque unas escaleras conducían hacia un segundo piso.

Fue acercándose al sofá oscuro mientras Aziraphale buscaba algo en un pequeño armario y se dejó caer en él, notando lo cómodo que era y pensando en lo bien que estaba ahí sentado sin hacer nada y lo bien que iba a estar en su cama durmiendo esa noche. Mientras acariciaba el respaldo del sofá distraídamente, dos copas y una botella de vino tinto —probablemente francés, aunque no se molestó en leer la etiqueta— fueron posicionadas en una pequeña mesa delante suya. Aziraphale se sentó en uno de los sillones y empezó a servir vino en las copas. Se acomodó en el sofá sabiendo que seguramente estaría ahí bastante tiempo.

inefable     「good omens」 (STAND-BY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora