-Buenos días Señor- digo entrando rápidamente a la tienda.
-Camila, que bueno verte- le dice y me pasa unas revistas.
-Mira que han publicado un nuevo libro- dijo apuntando al enunciado de la revista que lo estaba promocionando.
Estuve leyendo un poco mientras atendía a algunos clientes en el lugar.
-¿Tienes el libro de los records?- pregunta una chica, su gran sonrisa me hace sonreírle.
-Claro ¿Qué año estas buscando?- le pregunto y ella saca un papel.
-Creo el 2016 o 2015 no recuerdo bien- dice ella viendo el papel que al parecer no dice nada que la ayude. Me rio de ella.
-Tenemos ambos- digo y ella asiente.
-Me los llevo- caminamos hacia el mostrador y comienzo a realizar su factura.
-¿Tienen el kamasutra?- pregunta un chico, aquello nos hizo romper en risas.
-Gracias- se despide la chica aun riendo y sale de la tienda.
-Jah, te conozco- lo apunte y el solo me dio una sonrisa.
-Me prometió 1000 dólares si venía a avisarte que estaban esperándote afuera si decía eso- comento con gracia el chofer de Lauren.
Negué por lo que era capaz de hacer Lauren y el chofer también, asentí y camine hacia la salida asegurando que nadie estuviera dentro de la tienda.
-Hola- digo con una sonrisa. Su mirada va hacia el chico que extiende su mano. –Si dijo kamasutra en la tienda- escuche su risa y pasarle el dinero.
-Te lo mereces al fin y al cabo- el chico se retira contando su dinero muy feliz.
-Es raro mandar hacer eso- le digo y ella aun sin bajarse de la camioneta solo responde.
-Estas riéndote mucho con esa chica- alza su ceja.
-Esa chica es un cliente, mientras más ventas mejor- le digo.
-Y te dije que no es necesario trabajar- contraataca ella.
-Pero lo necesito ¿Sabes no?- le respondo y ella resopla.
-¿Leíste el mensaje?- pregunta sin apartar su mirada.
-Si- le respondo.
-Si ¿Qué?- me dice sin inmutarse.
-Sí, señora- asentí aquello.
-¿Y no respondiste porque?- vuelve a preguntar tajante.
-Estaba tarde- le confesé.
-Debes responder siempre a un mensaje mío ¿Entiendes?- dice y asiento –Si ¿Qué?- vuelve a recalcar.
-Sí, señora, debo responderle- le respondí sintiendo mis mejillas ardes.
-Nos vemos en la noche- me dice y asiento.
-Vamos- le dice al chofer y comienza arrancar la camioneta.
Respiro hondo, llevo mis manos a mi cuello y me estiro.
-¿Está cerrado?- me pregunta un chico.
Me giro rápidamente y niego. –No, puedes entrar- digo y abro la puerta de la librería.
Marco el número de mi madre, ella responde unos segundos después.