P.D.V Jelly
-¿estas segura? - pregunto como por quinta vez mi amiga.
-lo estoy - dije decidida.
Claro que sabía que ocurría, tantos años a su lado me han hecho una experta en el, las cosas no siguen siendo las mismas, están frías y distantes, eso me hace daño tanto a mi como a mis hijos y hoy luego de pensarlo demasiado he decidido venir a ver a mi amiga, se que no es un buen momento para ella, sin embargo también se que no me defraudaria, así que aquí estoy pidiéndole que lleve mi caso de divorcio con Yael.
-amiga, insisto en que debes hablar con el.
-he tomado una decisión
-bueno, al menos me ayudará a tener la mente en otro lugar.
Salí de su casa después de despedirme y conduje hasta la mía, nada me detuvo hasta llegar a mi cuarto, busque las maletas más grandes que teníamos y comencé a llenarla de las pertenecías de Yael, los más probable es que no me alejé completamente de él puesto que todos su amigos viven en el mismo edificio que y posiblemente se valla con cualquiera.
-¿te encuentras bien mamá? - una voz me hizo sobresaltar
-¿no has tenido clase hoy?
-digamos que me dormí, pero ese no es el caso mamá, ¿sucede algo?, ¿estas bien?
-pensaba decírtelo más al rato, pero creo que el destino quiere que te lo diga ahora, asi que - inhale y exhale pesadamente - le pediré el divorcio a tu padre.
Mi hijo me miró sorprendido, aún no se creía lo que acababa de decir.
-¿por que mamá?
-llevo años conociendo a tu padre para saber que lo nuestro ya no es lo mismo, y aunque no tenga pruebas de nada se que ve a alguien más.
-mamá, papá te ama de una forma inmensa, ¿como puedes creer que te haría algo así?
-toda mujer tiene sexto sentido, y se lo que esta mal, por ejemplo mi matrimonio, lo que menos quiero es que tú o Natie salgan afectados.
-mamá pero...
-Pablo por favor, hoy hable con Paula te quedas esta noche en su casa con tu hermana, hoy hablaré con tu papá.
Y sin más que decir salió de mi habitación, yo seguía guardando las pertenecías de Yael en la maleta.
(...)
Me sentía algo nerviosa claro, para lo que estaba a punto de hacer se meditaba de mucho valor, nunca me hubiese creído capaz, sin embargo hoy lo estoy.
La puerta sonó indicando que Yael había llegado, perfecto, inhale y exhale pesadamente llenandome de mucho más valor para hablar con el, camine hasta la sala el entró cabizbajo.
-hola - hable -¿ que tal tu día? - pregunté aún si perder la calma.
-bien, hoy estuvo algo cansado.
-oh, necesito hablar contigo
-¿que ocurre? - pregunto notablemente confundido, no sé lo esperaba.
-Yael has sido un excelente padre, no me quejo como esposa ya que igual fuiste uno muy bueno, buen amigo y confidente - el me regalo un leve sonrisa y corrí a abrazarlo y el me apretó con tanta fuerza, como si supiera lo que vendría, me separe de él y me aleje de nuevo - pero ambos sabemos que esto ya no es lo mismo - Mierda mi voz comenzaba a quebrarse - ya no hablamos, no tenemos esa confianza de antes y nose si solo yo lo he notado pero ambos estamos demasiado distantes, este... Bueno, lo que sea que tengamos me hace mal, y nuestros hijos se dan cuenta, y ya no quiero seguir así, Yael, por eso de la mejor manera te pido el divorcio y que no me lo niegues.
El estaba sorprendido, sus ojos lo delataban, puede ver como se cristalizaban, o fue mi imaginación, trato de tocarme con una mano pero me aleje un poco negando.
-no hagas esto más difícil por favor, solo acepta, y podrás hacer lo que quieras sin preocuparte por mi, los niños, son tus hijos podras venir a verlos claro, pero esto simplemente ya no va a funcionar nunca.
-pero ustedes son mi familia - dijo en susurro.
-Cariño,los niños ahora son tu familia, no soy tonta, ahora ella es tu familia, la preferiste antes que a mi y eso dice mucho.
El abrió la boca para decir algo, pero la volvió a cerrar al ver que no salió nada.
-tus cosas ya están en las maletas - señale las maletas al lado de la puerta - puedes irte en cuantos antes pero si prefieres hacerlo por la mañana, ya sabes donde estan las mantas y duerme en el sofá, total estas ya acostumbrado.
Me gire para acaminar a mi habitación pero me atrajo con fuerza hacia el y me beso salvajemente, yo lo empuje con fuerza y yo lo mire con desprecio, toque mi labio, me había mordido y ahora este sangraba.
-no te engañes estúpido - dije seria - ya no hay nada y de eso te encargaste tu - presiones mi dedo índice contra su pecho y corri hasta mi cuarto.
Una vez segura ahí, me encerré y mis lágrimas junto a mis sollozos salieron, no se como había soportado tanto tiempo teniendolo de frente sin soltar alguna lagrima, aquel abrazo, tan solo pensar en nuestro último abrazo me hizo llorar más, extrañaría demasiado todo de él, pero debía ser fuerte.
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Venganza [3 Parte]
RomantikHay veces en las que prometemos no cometer los mismos errores, o que simplemente jamás sucederán, Pero nunca digas nunca, ya que la vida tiene una forma divertida de darle la vuelta a las cosas. Los seis chicos tendrán que tomar sus antiguas técnic...