Todos esperaban expectantes al causante de esos pasos, se sentía una tensión extraña entre la adrenalina y el miedo en ___.
Pero los pasos de tacón alto le dio una pista de quien podría ser y entonces el miedo ganó la batalla y esperó a que su madre terminara de subir esas escaleras.
— ¡____!.- se escuchó el llamado desde las escaleras.
La mujer subió las escaleras, estresada y enojada, su cara revelaba los días de arduo trabajo de oficina, el insomnio y el intento por mantenerse en pie con el poder de tres tazas de café encima.
Termino de subir las escaleras y vio a los dos chicos adolescentes consolando a una mujer, se confundió. ¿Qué carajos?(pensó).
Pero su enojo pasó a preocupación
¿Quién era esa mujer? ¿Porqué se veía al borde de las lágrimas? ¿Qué estaba pasando en su casa?
— ¿Qué es todo esto?.- preguntó, mientras terminaba de subir los últimos dos escalones.
Toby y ___ se levantaron del suelo y ayudaron a la señora Margaret, mientras que ella se sacudía el polvo de su vestido con girasoles, un color tan vivo para una cara que se apreciaba tan desecha.
— Mucho gusto, soy Margaret Dhatcher.- le extendió la mano en forma de saludo formal, Greta lo aceptó, pero aún así no podía evitar ver la sonrisa tan triste que le daba Margaret.
— El gusto es mío, soy Greta,Greta Dalas.- ___ no pudo evitar sentir como su pecho se hundió.
Greta le invitó una taza de té a Margaret, quería alejarse del estrés y no enojarse, no tenía ánimos de hacerlo, pero no dudaría en preguntarle directamente a Margaret que era lo que estaba pasando, y eso ___ lo sabía.
La cabeza de ___ se empezó a llenar de dudas ¿Y si le decía la verdad? ¿Sería capaz? ¿Qué pasará cuando vea a leiliet?.
Un sentimiento de incertidumbre recorrió su cuerpo y no pudo evitar mirar a Toby quien estaba dentro de lo que cabía normal, ¿era solo ella? o simplemente solo ella sabía lo que pasaría al final de este día.
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Ya nada importaba incluso si era jueves o viernes, entre las luces fosforescentes y los tragos llenos de alcohol nada podía importar.
Las puertas estaban abiertas a cualquiera que quisiera simplemente olvidarse de todo lo que le rodeaba, por un momento por la noche en el velo de las estrellas todo sería brillante una vez más, la anestesia se brindaba de tantas formas diferentes otros en alcohol, algunos en drogas, y muchos otros en sexo, todo el mundo loco solo esa noche, solo una noche más.
sin embargo una chica resaltaba más que cualquier otra que hubiera en ese lugar, sus ojos color rojo se prendieron como linternas, sus labios rojos pintados por el más carmesí de los labiales, su figura era tan diabólicamente fantástica, Renata Dalas.
Caminaba entre la gente de esa noche buscaba alcohol en las vitrinas de la sala, dos vasos con hielos portaba en sus manos buscando el más fuerte alcohol que hubiese en esa vitrina.
Volteo la mirada un segundo algo la detuvo de su búsqueda, una voz que ella conocía bien.
— Un tragó de absenta no estaría nada mal.
La chica rodó los ojos un poco harta de la situación, sacó la botella y lo dejo en la barra, sirviendo los dos vasos de absenta sola sin compañía termino de servir los tragos, parpadeo una vez y el chico de cabello plateado casi blanco apareció, los ojos verdes iluminados eran algo que tenían en común, el chico tomó su trago y lo balanceo mientras ambos parecían comunicarse con solo las miradas.
— Y ¿Qué tienes en mente ahora kley?.- decía mientras la música sonaba aún más fuerte, mientras las luces iluminaban mucho más.
— Sabes, ahora que lo preguntas iré a visitar a un viejo amigo.- dijo, mientras tomaba su trago ambos parecían tener la misma idea.
— ¿El jefe sabe sabe de ello?.- preguntó la chica, sin ningún interés, pero ya era tan de protocolo hacerlo que le salía natural.
— El jefe solo quiere a esa maldita niña, estoy harto de escuchar sobre ella.
— ¿Quieres hacer una travesura?.
— Eso me gustaría mucho, ¿Qué clase de travesura?.- la chica se levanto del asiento y se acercó a kley, pegando más sus cuerpos. La noche era joven mientras el mundo enloquecía, y ellos dos podía sentir como su cuerpo se calentaba como el infierno.
La noche fue larga para ella mientras se divertía con Henry en una habitación, y al terminar el acto ella comenzó responder a la pregunta pendiente.
— Pronto lo descubrirás kley.- hablo ella entre el silencio de la habitación, mientras acomodaba su tirante caído y salía de la cama llena de sábanas arrugadas casi cayéndose de ella, el cigarro que tenía era su desayuno.
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Un sonido de vidrio rompiéndose se escuchó una vez más.
Las botellas de cerveza se comenzaron a apilar tanto como el dinero que tenía el joven Henrry en su cuenta bancaria.
Una larga noche después de un fin de semana de luces, drogas y alcohol.
Su casa era el punto de partida de obsenidades tan excitantes como quemar dinero, los fogosos y obsenos besos que se daban entre suspiros, tríos y cuartetos de carnalidad prohibida.
Las personas desconocidas ya no eran sorpresa en la casa de Henrry, la casa solo era decente cuando sus padres estaban ahí, muy rara vez lo estaban pero eso no impedía quitarle la clase a la mansión.
El pequeño negocio de Oregón era tan transparente como la enmarañada madriguera de una tarántula que teje pacientemente, tan blanca como la cocaina que circulaba por las millonarias manos de chicos hijos de padres iguales a ellos.
No por algo el pueblo se mantenía en pie, no por algo el pueblo tenía figuras tan ricas y millonarias en sus adentros.
Henrry sentía náuseas por tanto alcohol que había consumido, sentía que en cualquier momento vomitaría billetes de cien dólares, era demasiado rico como para usar billetes de servilletas.
Pero ni las montañas más grandes de dinero podrían regresarle lo que él perdió y él lo sabía tan bien, que lo tenía tatuado en su mente, cada fiesta en su cruda era lagrima tras lagrima, sus lágrimas no paraban de salir hasta que su próximo viernes llegará.
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entre tú y yo ( ticci toby y tú ) [EDITANDO]
FanfictionToby y tú se conocen a finales de segundo grado de la secundaria, comenzarán una historia juntos... Donde estarán destinados al sufrimiento intentando buscar en su miseria la felicidad. Esta historia no pretende más que entretener al lector. Si no...