entre tú y yo ( ticci toby y tú ) [EDITANDO]

~48~

Con los días la salud de Toby fue decayendo de manera dramática, sus movimientos y tics comenzaron a ser aún más fuertes, le costaba recordar palabras y lugares, con dificultad comía y apenas dormía.
Intentaba no olvidar la voz y facciones de ___, la imagen y hábitos de su hermana y el último abrazo que se dio con Leiliet, todo una y otra vez.
Sin embargo cada que lo hacía parecía verse empañado por algo, una estática en su mente que lo distraía de sus pensamientos, de lo único que le quedaba.

Toby no podía dar declaraciones, ya no tenia nada cuerdo que decir, su mente confundía la realidad de lo producido por su cabeza, o al menos eso fue lo que le dijeron.
Por más que intentaba explicar como un ser trajo flotando a ___ hasta su hogar y que después de eso salió de su casa para jamás volver, era algo que solo atribuyeron a esquizofrenia.

No había pruebas que hicieran sospechar de él, aunque las personas del pueblo pensaban en el fondo que un chico tan raro aún sin evidencia era el responsable de todo.

Cony intentaba volver a su rutina normal, cuidaba y arreglaba la casa en las mañanas y se iba a trabajar turno vespertino en un supermercado como cajera, a pesar de que era demasiado cansado seguía intentando salir adelante.

Desde la ultima vez que su esposo golpeó a su hijo pensó en volver a huir, pero ya no tenía dinero para eso, pensó en regresar con su hermana pero sería traerle aún más problemas.
Cada vez su hijo estaba peor, gritaba y lloraba más, ya no comía ni bebía agua con normalidad.

A pesar de que su esposo era un monstruo, él les daba la suficiente solvencia económica como para poder pagar los servicios médicos que requería Toby.
Por más que quería alejarse, Cony sabía que sin esa ayuda no podría sola.

- Hijo, ya me voy a trabajar.- dijo con una voz apagada, la puerta se mantenía cerrada y no hubo respuesta del otro lado de la puerta.
La mujer bajo las escaleras para tomar sus cosas e irse.
Antes de salir de la casa se topo con una figura que tantas veces la daño, su esposo del otro lado de la puerta, sin embargo esta vez se venía sobrio.
- Cony.- ella le miró desconfiada, sabía lo que venía después, tantas veces lo vivió que podía adelantarse a sus palabras si quería.
- ¿Qué quieres?- ella le miró molesta, sabía lo que pediría y lo peor es que ahora no podría negarle su ayuda.
- Podemos iniciar de nuevo, hacer mejor las cosas, quiero intentarlo.- la pobre mujer cansada y con el tiempo en cima dio una respiración onda, ya no quería seguir más deseaba irse y que él no volviera, pero simplemente no podía.
- Podemos, pero no se si tu logres mantener tu palabra.- Su esposo como otras veces lo hizo juro y perjuro no volver a dañar a su familia.
- Cony, te lo prometo.- ella le miró molesta, ignorando sus palabras yendo directo al carro.
- Imbecil.- murmuro antes de arrancar e irse a su trabajo.
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Toby caminaba una y otra vez en círculos, su mente luchaba contra esa molesta sensación que solo podría describir como si le picara por dentro de los ojos, algo que hacía que por primera vez su cuerpo asimilara algo parecido al dolor, sin embargo este era mas desesperante y fastidioso.
Las pisadas hacían que el techo del primer piso retumbara, lo que molestaba al recién perdonado padre de familia.
- ¡Maldito mocoso cállate ya!- gritó fastidiado.
Sin embargo Toby seguía absorto en su mundo, pisando igual o aún más fuerte.
- ¡Que te calles!- grito aún más fuerte mientras subía las escaleras, con brusquedad abrió la puerta y se quedó perplejo ante el desorden que era su hijo y el cuarto del mismo.
Toby lo miró con una mirada perdida, tenía unas ojeras que parecían hundir las cuencas del chico.
- Tengo que encontrarla, tengo que encontrarla.- murmuraba, sus labios estaban resecos  y cortados, pequeñas costras de sangre cubrían las heridas, su piel pálida hacía que las venas de su cara resaltaran aún más.
Por primera vez en mucho tiempo el padre de Toby más que sentir repulsión y rechazo sintió lástima por él.
- Cállate de una vez, estoy harto de ti.- dijo intentando ocultar esos sentimientos.
Toby le miró confundido, él no sabía que su padre se quedaría.
-¿Que mierda haces aquí?- dijo mientras caminaba hacia él, por un momento pensó que era una alucinación más.
- Solo cállate y no fastidies.- su padre pensó en golpearlo a ver si de esa manera entendía pero la lástima que sintió en ese momento lo impidió.
Cuando Toby lo intentó tocar para saber si era real, fue empujado fuertemente por su padre, quien furioso le cerró la puerta en la cara y bajo las escaleras maldiciendo haberlo tenido.