Kara y Lena llevan seis años casadas y tienen una hija en común. Pero Kara ha cometido algunos errores que han traido consecuencias Terribles.
Ahora, Kara tendrá la oportunidad de cambiar el pasado y corregir sus errores. ¿Podrá hacerlo?
Los días siguieron pasaron y llegamos al tres de marzo, el día en el que se celebraría el juicio contra Maxwell Lord y el hombre que consiguió colar en mi laboratorio.
Nia y Winn estaban citados como testigos. Alex, Sarah, Lillian, Lionel y mi madre habían ido como apoyo, igual que Lena, que no se separaba de mi lado. Katie, Ian y Laurel estaban en el colegio, así que no había problema con eso. Lex había tenido que salir del país por un viaje de negocios, así que no pudo estar.
-Lena: Kara, cielo, cálmate...
-Kara: Estoy muy nerviosa, Lena.
-Lena: No tienes de qué preocuparte. Por culpa de Maxwell murió gente, no creo que le dejen libre tan fácilmente.
-Kara: No me lo recuerdes... - dije, sentándome en un banco con la cara entre las manos.
-Lena: ¿Estás bien?
-Kara: ¿Puedes traerme un poco de agua, por favor?
-Lena: Claro... - dijo alejándose.
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Sí, había muerto gente por culpa de Maxwell. Habíamos contratado a un nuevo científico con un gran currículum y le pusimos a desarrollar mejoras para un medicamente que podían tomar tanto adultos como niños. No tenía ni idea de que había estado trabajando para Maxwell y que, su misión allí, era alterar el medicamento para hundir la reputación de los laboratorios Zor-el. Pero su manipulación hizo que varias personas murieran, varios niños entre ellos. Eso, era algo que incluso un año después de la muerte de Lena, no había conseguido olvidar y solía tener pesadillas sobre el tema. No podía evitar sentirme culpable. A partir de ese momento, siempre pedía a Sarah que investigase a todos los posibles nuevos empleados que fuera a contratar.
Las cosas eran algo diferentes ahora a lo que lo fueron cuando Lena murió. En ese momento, el juicio nunca llegó a celebrarse, porque Maxwell había huido y estaba en paradero desconocido. Así que los laboratorios Zor-el perdieron reputación e inversores y, aunque seguían funcionando, estaba estudiando la posibilidad de cerrarlos para siempre, ya que apenas me llegaba el dinero para pagar a los pocos empleados que quedaban, después de haber tenido que despedir a media plantilla.
Esta vez, Maxwell llevaba varios meses en prisión, al igual que el intruso, y ambos iban a ser condenados. Imaginé que, tal vez, Cat estuviera también detrás de esto, igual que lo estaba de la vuelta de Lena.
Nadie lo sabía, pero cuando me quedaba sola, muchas veces acababa llorando, dándole vueltas a la cabeza. Había noches que me despertaba empapada en sudor, después de una pesadilla. Así que me levantaba y me iba al baño o a tomar un poco el aire. Ahora, con el embarazo, cuando algo de eso pasaba, le decía a Lena que no podía dormir, o que me había dado un calambre en la pierna, algo que también me pasaba a menudo. No quería preocuparla más de lo necesario.
