Kara y Lena llevan seis años casadas y tienen una hija en común. Pero Kara ha cometido algunos errores que han traido consecuencias Terribles.
Ahora, Kara tendrá la oportunidad de cambiar el pasado y corregir sus errores. ¿Podrá hacerlo?
El día de nochebuena lo pasamos en el hospital. Lena sólo lloraba, hecha una especie de bola en la cama, y yo sólo podía sentarme a su lado y abrazarla. Pedimos al resto de la familia que celebrase esa noche como si no pasara nada, al menos por Katie, Ian y Laurel, que estaban muy emocionados por los regalos que les dejarían. Dos días después, pusimos la denuncia contra los medios de comunicación.
Una semana después, dejaron que volviéramos a casa. Abrí la puerta y encendí la luz, dejando que Lena entrase primero. Se fue directa al sofá y se sentó allí, en silencio, mirando al suelo. Dejé mi bolso, el de Lena y la bolsa que llevaba con ropa a un lado, y me acerqué a ella.
Se levantó y dejó que le quitase el abrigo, volviendo a sentarse después. Durante los días que pasó en el hospital, Cat mandó a un psicólogo para que hablase con Lena. Pero ella no había querido hablar con él, ni una sola vez.
-Kara: ¿Tienes hambre? ¿Qué te apetece? – pregunté, mirándola. Ella no respondió. Sólo miraba al suelo. Levantó las piernas y las puso contra su pecho, rodeándolas con sus brazos. – Lena, tienes que comer... ¿Una ensalada al menos? Sí, eso te sentará bien – dije caminando hacia la cocina – Llamaré a mi madre para que traiga a Katie esta tarde y a la tuya para que traiga a Caleb y Kayla, ¿qué te parece? – volví a mirarla, esperando una respuesta. De nuevo, sólo silencio. Durante esa semana, Lena no había querido ver a los gemelos ni una sola vez. – Amor... Por favor, di algo. – Me acerqué y me agaché frente a ella, apartando el pelo de su frente. Ella apartó mi mano de un manotazo. Suspiré y volví a la cocina.
Cuando preparé una ensalada para las dos, la llevé al salón, junto con dos platos. Serví un poco en el de Lena y se lo tendí.
-Kara: Cógelo. – dije. Pero ella no se movió – Lena, por favor. Come. Lena....
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Me miró y cogió el plato, comiendo despacio, aunque no demasiado.
-Lena: Me voy a la cama...
-Kara: ¿No quieres ver la tele un rato?
Lena negó con la cabeza y se fue a la habitación. Iba a ser una nochevieja muy larga. Llamé a mi madre y a los padres de Lena para decirles que ya estábamos en casa y pedirles que trajeran a los niños.
Lena no quiso verlos a ninguno, pero Lillian se quedó un buen rato con ella en la habitación, mientras yo intentaba fingir que todo estaba bien para no asustar a Katie.
-Katie: Quiero ver a mami...
-Kara: Ahora no, cielo, mami está malita y tiene que dormir.
-Katie: ¿Qué le pasa?
Miré a mi madre, buscando un poco de ayuda. No sabía cómo explicarle la situación a nuestra hija mayor.
