“¿Sabes, Aletia? Yo no quería hacer esto.”, me confesó, llorando, tomándome del cuello, “No es mi culpa, Aletia, tu padre me dejó pasar... Él acaba de salir, Aletia, no te va a creer. Si no me hubiera dejado pasar, no estaríamos aquí, ¿verdad? Él tiene la culpa. Él abrió la puerta. No debió hacer eso, Aletia, no debió abrir la puerta. Debiste escuchar al gato, debiste escuchar al gato... ¿Sabes qué? Yo no he sido, Aletia, te juro que no. La primera chica, la rubia. Tú la viste, ¿no es así? Pensaste que era mi novia. Ella quería venir. Pasamos un buen rato, ¿Sabes? Después se negó y... Yo no fui, Aletia, te juro que no. Fue ella, ella, ella... Han sido ellas, de verdad, me echan la culpa. ¿Ves cómo te hacen pensar que tengo la culpa? Pero son ellas. Ellas no quieren, Aletia, no me quieren. Y al final... No sé qué pasa, tal vez soy yo. Quizá las sostengo mucho tiempo del cuello, o las lanzo muy fuerte... No quiero hacerles daño, Aletia, son ellas. Ellas, ellas... Pero contigo no es así, Aletia, porque tú me quieres. Tú sí me quieres, ¿verdad? La segunda, o la tercera... No quería, Aletia, tuve que rogarle. Y le dije que guardara silencio... Si hubiera guardado silencio, Aletia. Ay, si hubiera guardado silencio. Y, y, y, la castaña. La castaña estaba llorando, llorando. No podía parar. Le dije que parara. Le supliqué que parara. Pero ellas no querían, Aletia, no me querían. Tú sí, ¿verdad? Por eso te di mi llave. Porque tú me quieres, Aletia, tú sí me quieres. Ojalá las demás me hubiesen querido también... Quiéreme, Aletia. Prométeme que me vas a querer. Promételo, Aletia, aquí y ahora. Repite, Aletia. Repite. Hoy, 26 de septiembre... Que me vas a querer, y te juro que no te haré nada...”
Hoy, 26 de septiembre, prometo que te quiero, Julen. Hoy, 26 de septiembre, no me has hecho nada.
Me besó el cuello, acarició mi cabello y se quedó dormido, con la boca abierta y el olor a cigarro que siempre tiene.
El gato maullaba. El amanecer estaba incendiado. Y yo no podía decir nada.
Hasta que se fue. Se levantó como si nada. Salió de mi cuarto y prometió volver en la noche para cenar.
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Julen
Short StoryEse chico, el del departamento de enfrente, el 6C, parece simpático. No, no estoy enamorada de él. Es muchísimo peor. //Historia corta. Obra original.//