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Desde que empezamos a salir hace unos meses tenemos una dinámica que particularmente me gusta y hace que los momentos que pasamos juntos sean únicos.
Cada semana uno de los dos elegía un restaurante para cenar dentro o fuera de la ciudad, así ambos disfrutamos de buena comida y al mismo tiempo descubrimos nuevos lugares. Esta vez, Stephen eligió un restaurante italiano casero y poco concurrido que me recordó mis raíces e incluso abrió un par de cicatrices.
Stephen no sabe sobre mi pasado, no conoce mi verdadero nombre o los horrores que ha cometido mi familia a través del tiempo pero si eso es necesario para que él no se aleje de mí, me seguiré aferrando al engaño.
—¿Qué piensas de conocer a mi familia?—Stephen toma mi mano acariciándola levemente.
—Hemos salido por varios meses así que ¿por qué no?— me encojo de hombros sonriendo
—Sé que mi familia te va a amar, mi mamá está ansiosa por conocerte—
—Por Dios, si antes estaba nerviosa ahora saber esto me pone más presión—
—No tienes que ponerte nerviosa, todo va a salir bien ya verás—sus palabras no logran tranquilizarme pero intento que crea que si—Ahora que aceptaste conocer a mi familia ¿Cuándo conoceré a la tuya?—pregunta pero no siento que haya una doble intención en ella—Nunca hablas de ellos
Su pregunta me deja helada y sin idea de que responder. A nadie en su sano juicio le gustaría conocer a mi familia y a mi, no me emociona hablar de ellos mucho menos presentarlo con personas que son importantes para mi.
—No es tan sencillo—respondo a falta de un explicación razonable y que evita que Stephen salga corriendo—Hace mucho que no veo a mi familia, ellos no viven aquí y para ser honesta solo hablo con Valentino, mi hermano mayor—sonrío a medias—¿Te gustaría conocerlo? Sé que no es lo mismo pero es la persona más importante y la única que quiero que tú conozcas —
—Como tu quieras amor, esta noche solo quiero disfrutar la compañía— susurra tomando la copa de vino chocando con la mía.
La cena fue perfecta, la comida fue un viaje a mi infancia y Stephen es un hombre con el que ninguna mujer la pasa mal. Sin embargo, desde que llegamos un hombre no dejaba de mirarme sospechosamente de arriba hacia abajo como si me conociera de alguna parte pero yo jamás lo he visto y con la reputación de mi familia este tipo de cosas me ponen alerta.
El hombre se acerca a nuestra mesa de forma amenazadora pero Stephen no lo nota hasta que se dirige hacia mi.
—Ti conosco, la somiglianza con lui è innegabile (Yo te conozco, el parecido con él es innegable)—me señala con una sonrisa de complicidad
—Lo siento señor, no le entiendo—finjo no saber italiano pero sus palabras me inquietan
—Per favore, una donna italiana non rinnega mai le sue radici (Por favor, una italiana nunca niega sus raíces)—hace el típico gesto con su mano—Eres Chiara Bonatti, la hija de Stefano Bonatti—
