II
No había mucho que decir o preparar, no tenía un puesto de trabajo al que acudir y era libre de marcharse a España de inmediato, la curiosidad por comenzar a desvelar los misterios que encerraba la mujer de la fotografía hormigueaba en sus dedos, provocaba que su estómago se contrajera de impaciencia, necesitaba marcharse cuanto antes y empezar esa nueva historia por lo que se despidió de sus familiares, explicando por encima que se marchaba un tiempo por trabajo y cogió el primer avión que le llevaría a Madrid.
El viaje fue largo y pesado, el más largo que había hecho nunca mas los nervios y la ansiedad mezclados con la alegría que sentía al aprovechar sus habilidades para desentrañar una historia humana y verídica, hicieron que este fuese apacible y sin mayor sobresalto.
Una vez en barajas, comprobó los cheques recibidos para su estancia, la señora Green no había escatimado en gastos por lo que podía alojarse en un buen sitio y no en un motel de mala muerte, interiormente lo agradeció pues no sabía cuánto estaría en Madrid y cuánto soportaría su espalda un colchón lleno de muelles sueltos.
En cuanto se registró en su hotel, con vistas a la Gran Vía, entró en la habitación sintiendo el peso del cansancio y el jet lag atacando con fuerza, la cama la llamaba a gritos por lo que decidió descansar, el archivo con los nombres de todos los ciudadanos de esa provincia no iba a largarse a ninguna parte. Sonriendo por sus pensamientos absurdos, rápidamente cayó dormida.
Al cabo de unas horas, despertó desorientada y preguntándose dónde se hallaba, hasta que recordó su viaje y su recién estrenado trabajo como investigadora para un particular. Miró el reloj y supo que aun tenía tiempo, quedaban algunas horas para que cerrara el archivo, por lo que se levantó, acicalándose sus cabellos frente al espejo, estos caían como una cascada color café, indomables como ella, sus ojos castaños brillaban expectantes al igual que su sonrisa.
Sin más cogió su pequeña bolsa donde llevaba todo lo imprescindible, libreta y bolígrafo para recoger los detalles de la historia, la fotografía de Irene con su nombre completo detrás, una cámara de fotos que llevaba a todas partes y su identificador de prensa, no sabía si lo tendría que usar ya que trabajaba para un particular y no para una cadena.
El edificio que albergaba el archivo histórico nacional, consiguió deslumbrarla unos instantes, el viejo continente estaba cargado de sorpresas y entre ellas esas maravillas arquitectónicas que mezclaban lo clásico con lo contemporáneo en una fusión única y enigmática.
Entró sin anunciarse, preguntando por los censos de 1934, sabía que ese tipo de documentos eran públicos y podía revisarlos sin necesidad de un permiso especial, su objetivo era encontrar a la familia Espinoza y descubrir si quedaba algún miembro con vida, alguien que pudiese hablar directamente con ella sobre Irene.
Las horas fueron pasando, en 1934 más de diez familias llevaban el apellido Espinoza y no sabía cuál de ellas era la que necesitaba. Descartando aquellas que no vivieron en Madrid se quedó solo con cuatro y esas fue las que investigó con ahínco, buscando durante cerca de una hora la genealogía de cada una de ellas, intentando toparse con el nombre de Irene en alguna parte, hasta que, ya sin paciencia y sabiendo que pronto cerrarían, la encontró sin más.
Irene Espinoza, nacida en Madrid, en 1916, hija menor de Augusto Espinoza, sin fecha de muerte conocida, desaparecida en 1934. En ese documento aparecían dos nombres más, las hermanas de Irene, Noelia y Gara, quizás ahí ya tenía por dónde empezar a buscar. Anotó todos los datos en su libreta y devolvió los archivos, marchándose ya que estaban cerrando el lugar.
Sin ganas de descansar, paró a comer algo mientras usaba el internet del restaurante buscando los datos de Noelia y Gara Espinoza, Noelia había fallecido hacía ya varios años pero Gara seguía viva y no solo eso, su dirección aparecía en la guía.
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¿Quién soy?
FanfictionUna periodista caída en desgracia recibe un misterioso encargo, investigar la vida de Irene, una joven muchacha que, en el año 1934, desapareció misteriosamente de su casa antes de casarse con un hombre al que no amaba.