Después de ver el cuerpo inerte de tu abuelita, en el frío suelo de aquel despacho, permaneces junto a ella recostado sobre su pecho, sabes que ya no volverá a abrir sus ojos de nuevo pero no eres capaz de entender eso, eres sólo un niño, una criatura colmada de inocencia, que nunca llegó a pensar que su querida abuela, un día, se marcharía para siempre de tu lado. La muerte le ha ofrecido un camino sin retorno.
Ya no la oirás nunca más.
Ya no volverás a verla sonreír.
Ya no llenara tu vida de alegría.
La abrazas con toda la intensidad que puedes, entierras tu cabeza en su pecho y derramas lágrimas sin consuelo alguno. ¿por qué te hizo esto?, ¿Por qué se marchó sabiendo lo importante que era para ti? Ella también fue cruel por marcharse, por dejarte.
Le pides e incluso le ruegas que vuelva en sí, que no te abandone como planea, que vuelva a la vida para que tu existir cobre sentido, pero no te escucha, no te oye, aquello te desespera por ello gritas con todas tus fuerzas, con esas mismas fuerzas con la que ahora la abrazas, pero nada parece funcionar y el calor, que antes rodeaba su cuerpo, comienza a espumarse.
Ella ya sea ha ido pero te niegas a aceptarlo.
A partir de ese momento, todo comienza a suceder demasiado rápido, que apenas y eres capaz de procesar todo, pero sin embargo tu dolor sigue ahí, en tu pecho y este comienza a doler más y más a tal punto que las lágrimas ya no son suficiente para calmar tu pesar; en ese maldito momento aparece tu adorado abuelo, el mismo que se olvida que estás ahí y sólo mira el cuerpo quieto de su amada con terror. Él está en el mismo estado que tú, se niega a aceptar que ella se ha marchado. Se arrodilló junto a ella, le tomó apresuradamente el pulso, sólo entonces la realidad lo golpea, y descubre que tu abuela se ha ido de este mundo para no regresar pero como era de esperarse se niega a creer aquella verdad tan cruel y va en busca de ayuda, sale corriendo del despacho a los gritos pero ya es demasiado tarde para todo, poco después de ese instante en aquella grande casona se oyen gritos, llanto, el sonido de la maldita ambulancia, que sin saberlo ha llegado tarde.
El despacho se llena de personas desconocidas para ti (entre ellas tu padre, quien llora en el hombro de tu progenitora), esas personas intentan separarte de aquella persona que tanto amas, pero como era evidente les diste pelea a cada uno de ellos para que no pudieran alejarte, pero al ser sólo un niño no les costó mucho alejarte de aquel frío cuerpo, ¿cuánto tiempo llevabas abrazado a ella? Demasiado tiempo seguramente, pero aquello es lo que menos te importa, quieres quitar a esas personas de tu camino para estar junto a tu abuela pero sin notarlo, en medio del forcejeo, uno de los médicos te ha inyectado algo que desconoces y a causa de aquello haz quedado profundamente dormido. No podían hacer menos que eso después de que haz tenido una alarmante crisis nerviosa.
Al despertar, descubres que te encuestas recostado sobre tu cama, te sientes levemente mareado, pero no te puedes darte el lujo de permanecer un segundo más allí, después de que recuerdas todo lo acontecido en la mañana, nuevamente infinitas lágrimas azotan tu angelical rostro y ese profundo dolor se vuelve a posar en tu pecho, solo entonces te percatas de que posees un traje negro, ¿quién te ha cambiado?, y lo más importante ¿cuántas horas llevas durmiendo? Sin detenerte a pensar un segundo más, sales como alma que lleva el diablo de la habitación, y tras caminar un largo pasillo, llegas hasta las escaleras, que te llevan a la planta baja de la casa y sin perder velocidad bajas rápidamente, para ver a muchos desconocidos, todos vestidos de negro y todos ellos posan su mirada al centro del salón, y sin pensarlo miras a dónde miran ellos y descubres el cuerpo inerte de tu abuelita en aquel ataúd, con el corazón palpitando a mil, te acercas a este y tu llanto aumenta considerablemente, ¿acaso fuiste tan ingenuo al pensar que todo aquello fue sólo una pesadilla? Ya ves que no es así, esta es tu maldita y enferma realidad pero tu verdad al fin de cuentas y no puedes evitar aborrecerla con todas tus fuerzas.
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Perverso |Tyrus|
FanfictionSu vida era normal, hasta que por circunstancias de la vida, tuvo que hacerse cargo de ese niño que sin proponérselo ira corrompiendo su mente con su inocencia ¡Jodido niño! Nunca pensó sentir placer por el dolor ajeno, pero sin embargo el dolor del...