—Levántalo.
Sin decir más, te dispones a leer el periódico.
Todavía no desayunaras, al menos no lo harás hasta que ese niño baje a tomar su desayuno junto a ti, aunque todavía sea muy temprano, eso no te interesa. No es que te interesara compartir tiempo con ese mocoso pero tampoco te gustaba la idea de desayunar solo cuando él bien podría hacerte compañía.
Al bajar el periódico, notas que la mujer de cabellera negra, no ha hecho lo que le haz ordenado, como muestra de desaprobación frunces el ceño, ¿quién carajo se creía esa criada para no obedecerte como es debido? Para eso le pagas, pero al percibir tu disgusto, te dice que es muy temprano para levantar al chiquillo, que ahora duerme plácidamente, mientras que lo estás esperando para poder tomar de una buena vez el desayuno, como era de esperarse, tu expresión poco amigable le advierte, que si pierde un segundo más en mirarte en vez de ir a despertar a quien pediste, quedará automáticamente despedida pero antes de que vuelvas a dirigirle la palabra, te dice, que siendo apenas las 7:30 am, no le parecía oportuno despertar al niño que está bajo tu responsabilidad, al oír sus palabra, te contienes a pesar de las ganas que tienes de soltar una gran carcajada en su cara, ¿y a ti que mierda te importa lo que le parece o no oportuno a alguien tan insignificante como ella? No tardas en dejárselo en claro. Esa muchacha estaba para servirte no para hacerte oír sus estúpidas opiniones sobre tus actos.
Tratando de olvidar el disgusto recién vivido. Vuelves a leer el periódico. Pero sin embargo nada logra llamar tu atención, porque sin ser consciente, esperas a ver si ese niño bajara o no, bien podría negarse ya que en realidad si era muy temprano, pero esperas por su bien que no se atreve a desobedecer. Para ti, educar a ese mocoso será todo un desafío y hasta un dolor de cabeza pero no por aquello permitirás, que el menor, haga con su vida lo que mejor se le venga en gana. Debe aprender a ser obediente, responsable, educado y cientos de cosas más, si es que desea que lo dejes de en paz, o de lo contrario serás peor que un dolor de cabeza para su persona.
Te has perdido por completo en tus pensamientos, y no haz notado que la persona que deseabas ver, ya se encontraba sentada junto a ti, percibes su presencia en cuestión de segundos y eso te llena de satisfacción. Poco a poco estás logrando doblegarlo, por algo se debe de empezar, ¿no? Y obligarlo a tomar el desayuno contigo (a esas horas), era una buena forma de empezar a formarlo a tu manera. Sin perder tu sonrisa triunfante, lo observas, lleva puesto un pijama blanco, mientras que no se ha molestado en peinarse, ya que su cabello desarreglado así te lo da a entender, pero ignoras ese detalle, ya que al menos no puso objeción, (y para tu suerte no te ha reclamado por despertarlo a tan temprana hora), sabes que debes valorar el esfuerzo que está haciendo para no hacer uno de sus típicos berrinches.
Una vez, que la criada, le ha servido el desayuno, empieza a comer, y tú haces lo mismo.
Odias admitirlo, pero está más callado de lo normal, supones que debe de estar realmente triste para no abrir su “bendita” boca, de lo contrario estaría reclamando hasta por la más mínima cosa, ¿tan jodidamente roto podía estar un niño de su edad? Ese detalle te provoca una satisfacción y felicidad poco digna de una persona sana, pero tú sabes que eres todo menos eso, eres todo menos una persona sana, pero claro, ese es un secreto del que sólo tú gozas, bien sabes que mientras más dolido y vulnerable esté, más te gustará tenerlo cerca.
Odias a los niños.
Odias sus sonrisas.
Odias sus gritos.
No comprendes cómo puede haber personas que logren soportarlos, como es que hay pareja que hasta desean ser padres, para ti, lo que algunos llaman “bendición de Dios”, no son más que grandes estorbos. Por ese motivo quieres que el menor de los Goodman, sea alguien sumiso, triste e incluso sea alguien roto, porque sólo de esa forma deja de ser un “estorbo”, para convertirse en una perfecta y bonita marioneta, sólo de esa forma podrías aceptarlo en tu vida, no te interesa conocer al niño que es él sino la bonita marioneta que promete ser.
Porque no hay nada más bonito que una marioneta sin vida, ¿verdad? Para ti, sería perfecto si cumpliera los requisitos para ser un único e inolvidable juguete.
Una vez, que logras volver a tu realidad, le informas que dentro de poco comenzará a ir al colegio nuevamente, también sientes deseos de advertirle que tiene terminantemente prohibidos hacer amigos, pero prefieres dejar esa advertencia para otro momento, ya lo has torturado bastante para el poco tiempo que lleva contigo. Pero tampoco puedes permitirte que él consiga algún tipo de amistad con alguien más, eso le daría esperanza, sabría que no está tan solo como cree, y eso a ti no conviene porque la marioneta perfecta sólo debe tenerte a ti, sólo a ti, o de lo contrario no sería tan única al no estar tan rota como deseas.
Debes evitar a toda costa que se atreva a tener a alguien más aparte de ti.
Su mundo debe de girar en torno a ti.
Su única preocupación debe ser complacerte a ti.
Su aire debe ser el mismo que tú respiras.
Sin que te hayas dado cuenta tu día se ha ido perdiendo mientras que haz estado perdido en tus desquiciados delirios, en cómo será la vida de ese niño junto a la tuya.
Darte cuenta de que haz pensado en él todo un maldito día te sorprende ya que eso no podía ser posible.
Después de un día poco común, entras a tu hogar y sin pensarlo te encaminas a tu recamara ¿cómo mierda es posible que estés tan agotado si no haz hecho más que pensar y pensar en ese niño? Sin dejar de sentir un completo cansancio caer sobre ti sin compasión, observas como ese intruso está sobre tu cama llorando desconsoladamente, ¿tan loco estabas como para ya estar fantaseando con él en ese completo estado de tristeza de su parte? Es evidente que su dolor te parece excitante, pero esa situación se siente tan real, además de que no está desnudo como debería, después de todo es tu enferma fantasía verlo así…al menos de que todo aquello no sea un delirio, como ilusamente crees.
¡Mierda!
Es la palabra, que repites una y otra vez en tu cabeza, esa situación no era una fantasía y su maldito llanto así te lo hace ver.
—Voy a morir…
Suelta entre lágrimas y sollozos.
Si aquello no era un delirio debería ser el maldito paraíso ante tus pies, un maldito y excitante paraíso para tu desgracia.
— ¿De qué mierda hablas?
Con sorpresa descubres como señala su parte más íntima, sin parar de llorar, y es que la no muy potente erección que tiene en sus partes bajas le provoca dolor al no ser tratada.
¡Está viviendo su primera erección frente a ti! Y no es de sorprender teniendo en cuenta que ya cuenta con sus 13 años de edad.
Su cuerpo se ha comenzado a portar acorde a su edad.
Sentiste, una enferma necesidad, de pedirle que se quite la pijama y que te deje ver su sexo preso de la excitación, con esa magnífica imagen sobre tu mente, seguramente, te masturbarías por días.
Su dolor es tan excitante para un ser tan demente como lo eres tú.
Pero con todo pesar, guardas silencio, aunque lo odies debes ser paciente si deseas tenerlo de todas las formas posibles. Primer debes tener su tonto corazón para poder tenerlo de las formas que quieres, será realmente jodidamente placentero joderlo un poco más.
—Deja de decir estupideces, no vas a morir—sin pretenderlo, tu voz ha sonado ronca, malditamente ronca por la excitación que te azota, ante tan perfecta imagen.
Él deja de llorar.
—Ahh… ¿y eso qué significa?
«Que ya estás perfectamente listo para ser follado»
Le respondes mentalmente, mientras que contienes los deseos de arrojarte sobre él.
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Perverso |Tyrus|
FanficSu vida era normal, hasta que por circunstancias de la vida, tuvo que hacerse cargo de ese niño que sin proponérselo ira corrompiendo su mente con su inocencia ¡Jodido niño! Nunca pensó sentir placer por el dolor ajeno, pero sin embargo el dolor del...