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Después de que Ainhoa apareciera tomamos el desayuno y nos fuimos a la facultad.

-Bianca-la voz de Otto me paralizó ¿Por qué Otto sabe mi nombre? Eso es genial, es genial, por fin me nota, o eso creo.

Pero a mi mente llegó el suceso de la tarde anterior y con mala cara volteé a verle.

-Así me llamo-Otto me miró extrañado, es como que muy rutinario de él hacer eso cuando me ve ¿O son ideas mías?

-Ayer cuando te fuiste Dina no pudo despedirse de ti y ahora está enojada conmigo, de verdad le caíste bien-sin pensarlo se me formó una pequeña sonrisa-Entonces te agradecería que hoy pases por allá, ya sabes, para que no siga enojada.

Claro, búscame por favores, aún así me encantas, pero ya saben, quiero estar enojada.

-Mmm-dudé en ir ya que me tenía que hacer la desinteresada, ¿No?-Te avisaré en la tarde-el me agradeció y se fue.

Entré a la clase del señor Héctor, amo a ese viejo.

-Bibi, pásame la tres-la voz de Elena hizo que despegara mi vista de aquel taller sorpresa-Es la última que me falta, por favor-rogó y yo se la pasé.

-Señorita Petrovich-la voz de Héctor me hizo voltear la cabeza hacía él- ¿Está usted haciendo trampa?- mamita dame sabiduría para no cagar la situación.

-No-mi voz salió temblorosa- Es que me vino el periodo y le estaba pidiendo una toalla, ya sabe tampoco voy a dejar sangre en la silla, sería horrible y vergonzoso y mejor me callo- Héctor soltó una risita y dijo que podía seguir el taller.

No sabes mentir sin ponerte en ridiculo, excelente.

Conciencia cómo te amo, gracias por el apoyo, eres la mejor-nótese el sarcasmo-

Terminé el taller y salí a la cancha en busca de Brisa, esa mujer pasa ahí metida.

Para mi excelente suerte, el torpe de Depp se encontraba ahí, con ella, dos tontos juntos.

-Brisa- la susodicha volteó- Me iré a casa, tomarás el bus- ella hizo cara de confusión.

- ¿El bus? - Yo asentí- Pero si tu auto no va lleno, me puedo ir en el fácilmente.

-Pero no, hoy irás en bus y punto- ella hizo una cara de niña chiquita.

-Vaya, la lenta de Bianca ha crecido- habló Depp y a la vez me analizaba.

Es un idiota, ¿Cómo le puede gustar a media facultad?, me da asco.

No dije nada, no vale la pena pelear con él.

-Entonces-la voz de Otto me sobresaltó- ¿Irás hoy al local? - asentí.

-Bueno, te iré a buscar a tu casa- al escuchar eso mi cara se deformó de la impresión.

- ¿A qué? - dije sin creérmelo.

-A buscar a tu casa-repitió- ¿Me das tu dirección? - preguntó a la vez que sacaba su teléfono.

No me sé la dirección de mi casa, ¿Cómo le digo eso?, pensará que soy una boba, Debí aprenderla cuando mamá me dijo, mierda.

𝐸𝑟𝑒𝑠 𝑙𝑜 𝑝𝑜𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑜 𝑖𝑚𝑝𝑜𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒Where stories live. Discover now