-9-

5 3 0
                                    

-No vuelvas a tomar de mi gaseosa-amenazó mientras limpiaba el pitillo.

Doblé mis ojos y el me sacó la lengua, como ama hacer eso.

-Deja de sacarme la lengua-mordí lo que faltaba de mi pizza.

-Deja de doblarme los ojos-doblé los ojos.

- ¿Ves? -dijo riendo de mi- tienes un grave problema con eso-exclamó señalándome.

-Ya cierra la boca-hice un puchero y tomé la otra pizza.

-Ya vengo voy al baño-le resté importancia a su comentario ya que estaba enojada.

De repente a mi linda mente se le paso que morder una de sus alitas y tomar un poco de su gaseosa sería algo genial.

-Mierda, mierda-esa cosa si que estaba picante, ¿Cómo él no se quejaba?

- ¿Por qué estás llorando? -yo traté de hablar, pero no podía, al parecer soy alérgica al picante.

-No-dije tratando de respirar- Puedo respirar-el abrió sus ojos y se quedo ahí como un imbécil.

-Ahora mismo pareces una Kardashian- dijo tomándome de la mano para llevarme a su auto.

Toqué mis labios y si que los sentí gigantes.

Llegamos al hospital y después de eso no recuerdo nada.

Me desperté con un horrible dolor y mis familiares rodeándome.

- ¿Qué me pasó? – pregunté levantando la mitad de mi cuerpo.

Mi madre me abrazó-Por fin despiertas, pensé que te ibas a morir—siempre tan exagerada.

-Por Satán-dijo Anny abrazándome-Estas viva, que alivio, ya iba a matar a Otto-Sigo sin entender que pasó, solo fue una alergia.

-Solo fue una reacción alérgica, cálmense-dije doblando los ojos.

- ¿Solo una reacción alérgica? – preguntó mi madre algo alterada por mi comentario-casi mueres-dijo mi madre ya un poco calmada.

Mi hermana me abrazó y empezó a llorar, ¿Por qué?, No sé.

-Tu padre ya viene en camino-asentí.

-Otto está afuera esperando su turno, vámonos- tomó a Brisa y a Anny- Luego venimos pequeña.

-Hola-dijo Otto tímidamente-Me alegra que estés mejor, pensé que ibas a morir en mis brazos Bianca-se sentó en la camilla.

-Todo fue mi culpa, yo mordí una de tus alias y luego-el me interrumpió.

-No pasa nada, lo bueno es que estás bien-un sonido de ternura hizo que separáramos nuestras miradas, era mi madre espiándonos.

- ¡MAMÁ! -grité apenada mientras que Otto reía.

-Lo siento, los dejo tortolitos-yo fruncí mi ceño y Otto tomó mis cachetes.

-Eso sí, me debes una bandeja de alitas-reí y asentí.

-Solo recuérdame que soy alérgica a ellas-Otto soltó mis cachetes y luego de unos minutos se fue con la promesa de que mañana vendría a visitarme.

El doctor, mis padres, mi hermana y Anny estaban ahora mismo rodeándome.

El doctor dijo que lo que me dio fue algo llamado Anafilaxia.

𝐸𝑟𝑒𝑠 𝑙𝑜 𝑝𝑜𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑜 𝑖𝑚𝑝𝑜𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒Where stories live. Discover now