Please, don't take my sunshine away

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Iruka estaba sentado en la mesa del comedor, tomando un té, ahora solo, cuando sonó su teléfono. Lo dejó sonar un rato. Últimamente nadie llamaba para nada bueno, estaba cansado de malas noticias. El teléfono dejó de sonar pero pronto entró otra llamada. Suspiró y descolgó. ¿Cómo no? Naruto. Problemas. Otra vez.

Resultó ser la madre del niño al que pegaron. La mujer le dijo que Naruto estaba allí y pedía que viniera a buscarlo ya mismo o llamaría a la policía. Iruka salió corriendo a por él.

Al llegar Naruto estaba sentado en el bordillo de la calle, enfadado y triste, con pinta de haber recibido una paliza. Iruka sin decir mucho le ordenó que subiera al coche y este lo hizo sin rechistar, Iruka por su parte tocó a la casa y tras hablar con la madre regresó al coche.

Naruto le vio volver por el retrovisor; no sabía interpretar su expresión.

Iruka entró al coche, pero no llegó a encender el motor. Apoyó las manos y la frente en el volante y tras unos segundos se recompuso.

—Has ido muy lejos. ¿Qué pretendían demostrar yendo a casa de ese niño a pegarle?

A Naruto le dolió saber que su padre ya no le defendía más. Esa mujer le había contado su versión e Iruka se la había creído sin más.

—Ha empezado él.

—¿Qué?

—¡Que ha empezado él!

—Ya, ¿y qué hacías ahí para empezar?

—Fui a disculparme. ¿Vale? A pedirle perdón por lo que había pasado y el imbécil me pegó un puñetazo en la cara. Así que ni perdón ni nada.

—Es normal que reaccionara así.

—Ya lo sé, de todas formas da igual, ya nunca hago nada bien. Nada sirve...

—¿Por qué dices eso?

—Porque creí que había entendido lo que me dijiste, pero viendo cómo se lo ha tomado ese chico... pues ya no lo sé.

Iruka abrió los ojos sorprendido. ¿Era por aquella conversación?

—¿Qué crees que era lo que me molestó?

—Pues... Que no tengo que pegarle al chico gay de mi clase porque tú también lo seas. No lo hago porque no hay motivo para hacerlo. No le odio de ninguna manera. Bueno, ahora sí porque me ha pegado pero... antes no y... Creo que es porque para mí es igual que el resto. Yo no lo ví diferente hasta que me quisieron convencer de que lo era. Sasuke y los demás creen que lo defiendo porque también lo soy, pero no es así. Yo no soy gay y tampoco tiene que ver que tú lo seas. Supongo que lo que pasa es que todos somos iguales al final y no hay que pegar a nadie. No sé si me estoy explicando, papá. Es como cuando en primer curso insultaban a aquel chico pelirrojo. Tú no eres pelirrojo ni yo lo soy y me da igual quien lo sea, el punto es que no había motivo para hacerlo porque nacemos de una manera y ya está.

Iruka se emocionó al ori eso, al final sí había algo bueno dentro de Naruto. Pero no era mérito de él como padre. Esa bondad estaba dentro de Naruto mucho antes de nacer.

—No sé si eso lo que querías enseñarme, pero es lo que pienso.

—Sí... —murmuró—. Era exactamente eso.

Miró a Naruto pero este seguía con la vista puesta en el retrovisor. Veía todo lo que había hecho y dicho y estaba avergonzado.

—Siento mucho todo esto. Cómo te he tratado... —movió la vista y la llevó hasta Iruka—, papá.

SUPER PAPÁ 4x4 KAKAIRUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora