Capítulo I: Rostros Nuevos

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Insomnio.
Lo padecía desde que tenía 12 años, ni con medicamentos podía librarse de aquella tortura que no le permitía descansar tranquilamente.
Louis se movía de un lado a otro de la cama, sin poder conciliar bien el sueño. Empezó a sonar el despertador de las 7, avisándole de que hoy era el primer día de universidad. Rápidamente lo paró y bostezó mientras se levantaba de la cama. Se dirigió al baño para darse una ducha rápida, ya que eso le despejaría durante el día.

- Cállate.- dijo en seco mientras equilibraba la temperatura del agua.

- ¿De nuevo hablando solo?- le respondió su compañero de residencia que siempre tenía la mania de entrar en el baño sin llamar.

- No estoy hablando sol... ¡Vete!- Louis reaccionó mal en cuanto vio que Wes empezaba a mear en el váter sin más.

- Lo siento tío, ya sabes que empiezo a trabajar a las 7:30 y tengo que espabilarme.

- Pues haberte levantado antes, a mi que me explicas.- rodó los ojos molesto y empezó a caer agua fría por su piel.- De nuevo esto parece el Polo Norte.

- ¿Aun sigue sin haber agua caliente? Joder, y mira que le pagué la semana pasada al capullo ese.

- Tal vez sea por mi culpa.- soltó Louis mientras soportaba el agua helada que recorría su cuerpo.

- Deberías dejar de pagarle con sexo, ¿o piensas seguir siendo su putita? Tendré una charla con ese enfermo.

- No, por favor. Ya hablaré yo con él.- comenzó a lavarse con la esponja.

- Espero que sea así. Limpia el baño cuando acabes.- ordenó Wesley ajustando su corbata y seguidamente se fue a trabajar.

Louis se quedó solo de nuevo.
Más o menos.

- A veces eres insoportable.- dijo él mientras salía de la ducha y se secaba el cuerpo.

- Pero a veces te soy útil, ¿verdad?

- No te lo niego.

Louis se dirigió a su habitación agarrando la primera camisa que había apilada encima de la silla de escritorio y se puso la mochila dispuesto a dirigirse al tren.

~~~

Caos era la palabra exacta para definir aquel lugar.
Un grande cúmulo de gente paseaba por la universidad. Algunos iban en skate, patinete, bicicleta o simplemente andando.

Louis estaba totalmente desorientado, sin saber a donde dirigirse. El ruido y la gente le ponían demasiado nervioso, incluso a veces se llegaba a marear por ello.
De repente visualizó un rostro familiar, el cual se acercaba a toda pastilla hacia él. Cuando llegó a su destino, Louis recibió un grande achuchón de aquella persona la cual era totalmente femenina, pelo largo con mechas californianas y un vestido de lunares.

- ¡Madre mía, no me lo puedo creer! ¡Eres tú!- exclamó la joven con entusiasmo mientras no se soltaba de Louis.

- ¿...Alicia...?

- ¡La misma! ¿¡Cuánto tiempo ha pasado ya!? ¿Tres años?

- Cuatro.

- ¡Cierto! Qué despistada soy.- rió feliz y finalmente se soltó del achuchón.- ¿Vienes a estudiar aquí?

- Sí.

- ¡Genial! ¿A qué grado vas?

- Al de psicología.

- Oh, yo voy al de enfermería. De todos modos, podremos vernos a la hora del descanso, ¿no? Por cierto, te veo algo desorientado, ¿quieres que te situe la oficina de inscripción?

In[tocable]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora