"ᴇʟʟᴀ ʏᴀ ʜɪᴢᴏ ʟᴏ sᴜғɪᴄɪᴇɴᴛᴇ ᴘᴇʀᴏ ɴᴜɴᴄᴀ sᴇ ᴍᴀʀᴄʜᴀʀá"
Era una noche helada, caminaba con los ojos consolidados en el camino que años atrás recorría con frecuencia, pisó un pequeño charco de agua sin detenerse a exclamar alguna maldición, percibía la frialdad del agua atravesando la tela de sus zapatillas, jóvenes arreglados desfilaban a su lado riendo imaginativos de las situaciones que les destinaba esa noche que apenas empezaba, ninguno volteó a mirarla a pesar que su atuendo desentonaba con la diversión de la noche. La luz roja de una tienda de licores bañaba parte de la acera, Sakura se detuvo reconociendo aquella zona, inmediatamente el sonido de unos tacones de seis pulgadas sobre la vereda avasallaron el ruido de la ciudad, tan firmes y enérgicos.
A su lado como un espejismo del pasado caminaba ella misma, con siente años menos de edad, era aquella Sakura de veintitrés años que transitaba sin miedo y disfrutaba ser bañada por la luz roja de esa tienda, aquella Sakura la miró fugazmente y sonrió con jovialidad perpetuando su camino con los ojos consolidados en su objetivo, así era ella. Se siguió a sí misma, sus caderas se ceñían bien definidas por ese vestido negro que recordaba muy bien, su cabello largo y suave se balanceaba acompañando su grácil silueta.
La siguió como si ahora ella fuera un fantasma, y lo era, aquella alegre Sakura ingresó al club y muchos ojos reposaron en ella, alzaba sus manos saludando y sonriendo como si de una celebridad se tratase, muchos clientes recurrentes la trataban de esa forma guiados por la admiración al estar al tanto que aquella Sakura se ganaba todo con el sudor de su frente.
—Esa Sakura poseía estrellas en sus ojos—musitó Sakura recordando su trabajo, era una mujer con un inicio prometedor en la medicina—ella lucha por el poder, manteniendo el tiempo. Se muele día y noche. Se muele de lunes a viernes. Funciona de viernes a domingo—le consolaba sutilmente no ser vista por esa Sakura, que hubiera pensando al saber que sus horas de estudio y trabajo culminaban en una Sakura derrotada con un empleo abandonado en nombre del amor. Traicionada y traidora a ella misma.
Era su noche al igual que todas las noches de miércoles y sábados, sin embargo, aquella desgastada Sakura conocía perfectamente que noche era. Acomodó su larga cabellera y retocó su labial carmín, a su lado Naruto sonreía bebiendo un ron en compañía de una mujer que fue su relación antes de su esposa Hinata.
—Como siempre estas hermosa, Sakura—su compañía frunció el ceño y él lo paso de largo—no te enojes, soy muy honesto.
—Naruto, como siempre tan galante—habló paulatinamente Sakura, se aproximó a él y besó su pómulo dejando rastros de su labial. El rubio carcajeó con las mejillas enrojecidas y le invitó una copa.
De repente todo se detuvo para aquella Sakura, las puertas del club se abrieron y sus ojos se posaron sobre esa figura como nunca lo hizo, Sakura también lo miró y profesó lo mismo que esa Sakura. La música seguía inundando el lugar y su cuerpo transitaba entre toda esa gente con natural elegancia.
—Él es Sasuke—escuchó a Naruto, su amigo fue el testigo de aquellas penetrantes miradas, observó los ojos oscuros de Sasuke sobre Sakura y la sonrisa agraciada que ella le regaló—y...no deja de mirarte...—susurró estupefacto.
En goce de su juventud, Sakura bailó toda la noche, sin negar que Sasuke inició una especie de flama en su pecho, Naruto le había dicho que él era muy reservado y era muy factible que ni bailara, y fue así. Por eso luego de cada grácil movimiento miraba a Sasuke y él le restituía el gesto. Naruto atónito disfrutaba de ese acontecimiento irrepetible.
Sakura los veía con ojos fatigosos, extrañando aquellas sensaciones que esa Sakura estaba experimentando frente a ella. El olor a alcohol mezclado con su perfume y el cabello levemente desarreglado por sus movimientos, esa Sakura vivía plenamente su lucha y saboreaba de los pequeños frutos de su esfuerzo, esa Sakura era de vigorosa mirada, esa Sakura peleaba y sudaba esas noches sin dormir en sus guardias. Pero a ella no le importaba, le encantaba disfrutar de esa rutina.
Sasuke se estaba por marchar con el mismo rostro inalterable ignorando a las demás mujeres que rogaban por su atención, justo en ese momento la Sakura de aquel tiempo y la de su presente estaban caminando juntas, una al lado de otra sin que su pasado advirtiera su presente.
«Muchacho, te haré sentir. Siempre volverás a mi»
Recordó aquella frase vieja y tan nueva para aquella vivaz Sakura. Sus caminos se cruzaron, su memoria lo representó en cámara lenta, ambos se miraron con ímpetu, Sasuke nunca conoció una mujer avanzando como si el fuego bailara en torno a ella. Le sonrió tenuemente, para que ella fuera capaz de ver exclusivamente su gesto. Aquella Sakura observó a Sasuke marcharse con el corazón latiendo arrebatadamente por la promesa de un reencuentro.
Sakura viró con un nudo en la garganta, por última vez advirtió a esa Sakura ruborizada y embelesada por el naciente amor esfumarse de la escena y junto con ella esos vivaces sentimientos la abandonaron. Pisó rudamente y apresuró sus pasos visualizando la figura de Sasuke dejando el club, extendió su brazo y ambicionó alcanzarlo.
—Vuelve...—rogó con voz temblorosa—vuelve, vuelve, vuelve...
Aquel Sasuke no la escuchó y se esfumó junto con toda esa recreación malévola de su mente. Cerró sus ojos ardientes y cayó al suelo de rodillas, sus lágrimas comenzaron a caer induciendo el desconcertado murmullo de los jóvenes que la rodeaban en ese club donde ocurrió su primer encuentro.
—Vuelve, vuelve...—murmuró entre su sollozo, antes que su voz rota le impidiera continuar volvió a suplicar ansiando apaciguar el vacío en su pecho—vuelve...
ESTÁS LEYENDO
ALL NIGHT
FanfictionSakura Uchiha hizo de él un hogar. La promesa de amor eterno es consumida por el vacío de una posible traición. "Tuve mis altos y bajos, pero siempre encuentro mi fuerza interior para tranquilizarme. Me dieron limones e hice limonada"