Rᴇsᴜʀʀᴇᴄᴄɪᴏ́ɴ | Fᴏʀᴡᴀʀᴅ

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"Es ʜᴏʀᴀ ᴅᴇ ᴇsᴄᴜᴄʜᴀʀ
Es ʜᴏʀᴀ ᴅᴇ ʟᴜᴄʜᴀʀ"









No tuvo que esperar demasiado tiempo. Bastaron diez segundos contados por ella para que Sasuke atendiera.

—Sakura...

«Ahora mantendremos las puertas abiertas por un tiempo. Ahora podemos estar abiertos por un tiempo», pensó Sakura tomando aire.

Distinguió el agotador hálito de Sasuke a través de línea. Sakura estrujó las sabanas con sus dedos convencida de que no era un error haberlo llamado.

—Sasuke —el estremecimiento transformado en un dócil sonido abandonó los labios de su esposo—. ¿Qué tenías que contarme?

—¿Quieres saberlo?

Detectó cierta esperanza en su desgarrada voz.

—Necesito saberlo —antes de centrarse de lleno en la futura explicación de Sasuke echó un vistazo a la cuna de Sarada—. Lo necesitamos —mientras se acomodaba en su cama auscultó un tosco movimiento por parte de Sasuke junto con la resonancia de papeles cayendo y él liberando un leve quejido probablemente luego haberse situado en uno de sus sillones—. Así que adelante.

—Yo... —Sakura jamás sabría del estremecimiento que Sasuke estaba resistiendo al ordenar sus pensamientos con tal de proveer un esclarecimiento digno, la palma de su mano descansó contra su frente y maldijo mentalmente—. Durante todos estos días me repetía que necesitaba que regresaras a dormir a tu lugar favorito, pero si vieras la sala, nuestra habitación es un desorden.

—Sasuke.

—Lo siento, no sé por dónde empezar. Es la primera vez en toda mi vida que no puedo hablar con sensatez. Probablemente no me creerás, pero tenía mucho miedo —al no recibir ninguna respuesta negativa de Sakura abrió sus ojos—. No quiero justificar mis errores, fui un cobarde, no supe manejar esto. Te lastime al no ser capaz de hablar con la verdad.

—Durante estos días, reconocí que siempre intentabas decirme algo. Ahora entiendo que era lo que te impedía hablar —reconoció Sakura. Aquella afirmación le dio fuerzas a Sasuke para iniciar su relato.

—Fue antes de que Sarada naciera —él oprimió su celular—. Sabías que mi negocio con Gaara traería muchos beneficios a nuestra familia, por fin podría pasar más tiempo contigo y con Sarada, por eso los últimos meses me esforcé porque ese negocio saliera perfecto. Cuando fue de esa forma me sentí muy feliz, había logrado que nuestra hija tuviera un futuro asegurado —los sucesos de ese día volvieron a su memoria —. Estaba de tan buen humor que acepté ir a la celebración organizada por el personal del departamento, espero recuerdes que te avise que probablemente llegaría tarde por ese motivo.

—Lo recuerdo —inclusive rememoró las risas que ella manifestó, era la primera vez que su distante esposo aceptaba una invitación de esas características, no obstante, comprendía la felicidad por el éxito del negocio, por ese motivo se echó a dormir plácidamente sabiendo que él regresaría pronto a salvo.

—Tome de más, de verdad, no suelo hacerlo, pero lo hice, incluso Naruto apareció burlándose de mi estado. Quería regresar a casa; nunca me sentí así, recuerdo que Karin estaba allí, me decía que me llevaría a casa porque Naruto debía irse a la suya. Confié que pronto llegaría, después de todo era mi secretaria —sus palabras repentinamente retemblaron, él ocultó su rostro con sus trémulos dedos, recordar ese instante de su vida fue un caos, era revivir la náuseas y el insufrible dolor de cabeza que experimentaba al caminar entre los pasillos de ese departamento desconocido, era como si el mundo se estuviera derrumbando a su alrededor—. Desperté a su lado, no recuerdo bien lo que pasó e intenté hacerlo y créeme que me duele saber que no puedo decir que no pasó nada...yo...de verdad, me duele tener que estar diciendo esto.

ALL NIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora