Esᴘᴇʀᴀɴᴢᴀ | Fʀᴇᴇᴅᴏᴍ

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"sᴇɢᴜɪʀᴇ́ ᴄᴏʀʀɪᴇɴᴅᴏ
ᴘᴏʀϙᴜᴇ ᴜɴᴀ ɢᴀɴᴀᴅᴏʀᴀ ɴᴏ ᴅᴇsɪsᴛᴇ ᴅᴇ sɪ́ ᴍɪsᴍᴀ"









Al ver su rostro reflejado en el espejo percibió una extraña suavidad en su piel, con sus dedos toqueteó sus mejillas, entonces una pequeña sonrisa se trazó en su rostro.

Abrazó a Sarada al bajar las escaleras recibiendo el fresco aire del inicio de la primavera en la aldea de Konoha. El canturreo de su madre la acogió provocando que instantáneamente evocará aquellos bellos recuerdos de su remota infancia.

—Buenos días, cariño —Mebuki giró su rostro levemente y su expresión se tornó resplandeciente—. Te ves muy bien.

La pelirrosa se acomodó en la mesa y colocó el babero de su hija con mucho cuidado, en cuanto finalizó con aquella tarea se próximo a la mesa y comenzó a alistar una taza de café.

—Buenos días, mamá.

Mebuki regresó a su labor con una indescriptible satisfacción circulando en su pecho, sus manos se hundieron en la masa y un suspiro abandonó su ser.

—La cicatriz sana en forma de una sonrisa —murmuró Mebuki entusiasmada.

Aquel pacifico día lo disfrutaron como debió ser, Mebuki guardaba en su corazón la sonrisa de Sakura y agradeció silenciosamente que su hija al fin esté lista para iniciar nuevamente su caminata en la vida.

Alrededor de las cuatro de la tarde Mebuki comenzó a preparase y Sakura sabiendo a donde se dirigía la acompaño aspirando disfrutar aquella tarde. Su madre le narró que su tía Tsunade frecuentaba hacer reuniones cada mes, en las cuales con muchos voluntarios iniciaban con una charla antes de ejecutar las practicas.

—Tu tía Tsunade curó su corazón ayudando a muchos muchachos de aquí a intentar hacer algo más. Aunque no sean nombrados legalmente, muchos aprendieron lo básico para ayudar en cualquier problema de salud.

Sakura permaneció recapacitando durante el camino, estuvo por mucho tiempo ensimismada en ella que nunca le dio la relevancia necesaria a las carencias de su aldea. En la aldea de Konoha difícilmente se obtenía una profesión, Tsunade había logrado armar una pequeña clínica de atención, sin embargo, aún se demostraba lo olvidada que se encontraba la aldea por parte de los grandes poderes de Konoha.

En cuanto llegaron a la plaza principal se toparon con numerosos jóvenes, era una reunión bastante esperada y se apreciaba en cada palabra expectante pronunciada por los habitantes de Konoha.

—¡Es la familia de Tsunade! —exclamaron en coro un grupo de muchachas situadas en la entrada.

—¡Pero que bellas están todas! —prorrumpió Mebuki embelesada —. Tenten me enteré que esta semana fuiste muy eficiente tratando a ese señor con su accidente de quemadura. Gracias a ti lograron evitar que pasará a mayores.

La muchacha sonrió cohibida por el cumplido de la señora Haruno, con un leve movimiento de su cabeza manifestó su agradecimiento y su atención se centró en Sakura, de repente sus ojos centellearon.

ALL NIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora