"ᴇʟ ᴀᴍᴏʀ ᴠᴇʀᴅᴀᴅᴇʀᴏ ɴᴜɴᴄᴀ ᴛɪᴇɴᴇ ϙᴜᴇ ᴏᴄᴜʟᴛᴀʀsᴇ"
Colmó sus pulmones con el aire fresco del atardecer mientras contemplaba las flores mecerse con la ventisca, enlazó sus dedos percibiendo la suavidad de su piel, observó con serenidad los tonos rosados y violetas que se agrupaban emitiendo formas que en su mente tomarían sentido.
Realmente estar sentada sobre uno de los escalones de madera pertenecientes a la entrada de su hogar desataba una conocida sensación de bálsamo, el sonido de los grillos y el aroma le permitieron recordarse a sí misma que cada lágrima que derramo la condujo a su anhelada redención, fueron su remedio.
Las palabras de Tsunade se repitieron en su cabeza, era un maravilloso recordatorio de la valentía que fue traspasada desde su bisabuela y ahora estaba tallada en su alma, en el futuro estas palabras brillaran en alguien más.
Sakura elevó su mirada y distinguió aquella conocida figura acercándose, se reincorporó permitiéndose experimentar el sobresalto de sus sentimientos, sus labios se distanciaron intentando pronunciar unas palabras que murieron en su garganta, su reacción inmediatamente la transportó a la primera vez que se citaron esperanzados con haber hallado al amor de sus vidas.
Sasuke interrumpió su caminata y oprimió el tirante de su mochila, no se atrevía a dar un paso más, su corazón brincó despavorido al vislumbrar a Sakura acercarse a él. Apreciarla luego de tantos meses represento un instante de alegría, sin embargo, la tenía frente a él callada, tal vez dispuesta a ponerle punto final a la incertidumbre.
Sus ojos se cruzaron en una coalición perfecta. Ella distinguió en su oscura mirada la sentencia, él esperaba por su castigo. Sakura dio un paso y esbozó una sonrisa, su corazón no se gozaba en tomar el rol de verdugo, porque Sakura presentía que para Sasuke las lágrimas también lo guiaron a la redención.
Extendió su mano y permitió que Sasuke vislumbrará su mirada resplandeciente de auténtico amor. Los grillos corearon como los testigos de la sanación mientras él combatía por no derrumbarse de emoción.
—Vamos a empezar de nuevo. Vamos a sanar —intimó Sakura con su voz cargada de una agradable agitación—. Todo diamante tiene sus imperfecciones.
En cuanto sus dedos se entrelazaron discernieron que el tormento estaba llegando a su fin.
«He visto tus cicatrices y besado tus crímenes»
Sasuke la abrazó con afán, ansiaba que ella continuará sabiendo todo de él, que conociera incluso que podía llorar de felicidad, su amada esposa pacíficamente secó las lágrimas que mojaban su pálida piel.
Ambos ingresaron a la casa tomados de la mano rememorando cada instante valioso del pasado, las primeras palabras, miradas, el primer beso, la caótica propuesta de Sasuke al pedirle matrimonio, todos esos momentos que sus memorias guardaban con afecto.
«Estar juntos. Lo recuerdo»
La noche cayó sobre la aldea de Konoha propiciando el amor que obraría entre caricias y besos.
Sasuke envolvió a Sarada entre sus brazos emitiendo bellas palabras de cariño y su hija sonreía encantada con la presencia de su padre, verla crecer lo llevó al grandioso día en el que se enteró que sería papá, nada podía reemplazar el amor que sentía al ver a su hija cerrar sus ojos para dormir plácidamente.
A mitad de la noche Sakura platicó del futuro, habló por primera vez con él de su camino, ella había escogido ser completamente feliz. Él la observó maravillado, no solo agradecía la confianza que ella volvía a depositar en él, sino que aquella vivaz fuerza en su esposa brotaba en cada palabra a la par de sus hermosos ojos jades destellantes.
—Dicen que el amor verdadero es la mejor arma para ganar la guerra causada por el dolor —comentó él apreciando el dulce aroma de Sakura. Ella asintió fascinada y abrazó a Sasuke agradecida ya que comprendía que su misión estaba en la aldea de Konoha.
Ambos rodearon la cuna de Sarada y la contemplaron dormida, sus manos se unieron sobre el pecho de su hija y se asomaron con sus corazones latiendo vigorosos de fervor.
—Te extrañe tanto, amor mío —murmuró Sasuke antes de acariciar los labios de su esposa con los suyos.
Sasuke y Sakura durante esa noche compartieron la calidez de sus cuerpos susurrando promesas de amor, si bien a partir de ese momento estarían lejos físicamente sus lazos los unirían eternamente a pesar de la distancia.
Porque el amor verdadero siempre los llevaría a la salvación.
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ALL NIGHT
FanfictionSakura Uchiha hizo de él un hogar. La promesa de amor eterno es consumida por el vacío de una posible traición. "Tuve mis altos y bajos, pero siempre encuentro mi fuerza interior para tranquilizarme. Me dieron limones e hice limonada"