Mis pulmones se llenaron de oxigeno inflando mi pecho para expulsarlo por mi boca en un suspiro de frustración, me removí en la desarreglada cama, provocando que las finas sábanas blancas de algodón que cubrían mi cuerpo cayesen al suelo.
Por muy raro lo único que podía relajarme ante mi confusión, era el sonido de extraña procedencia, que se repetía constantemente sin detenerse. No podía comprender que significaba o que lo provocaba, simplemente estaba retumbando por toda la recamara.
Me acosté de lado, quedando frente a la inmensa ventana por la que se colaba una cegadora luz que no me permitía observar lo que había del otro lado.
No tenía noción del tiempo, no sabía desde hace cuánto estaba encerrada, donde estaba, ni porqué estaba ahí, tampoco quién me había privado de libertad...En realidad tenia pequeñas lagunas sobre lo que había experimentado en el mundo de afuera, siendo mi nombre y la sensación de aburrimiento, lo único de lo que tenía certeza.
Volví a suspirar—Ah~ estoy aburrida.
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Atrapada en un otome
RandomUna habitación completamente blanca. Lagunas de recuerdos. Y un celular con una única aplicación. ¿No podía tener una existencia más aburrida y confusa?