Capítulo 4

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Con la barriga llena y el corazón contento, emprendí mi maravilloso segundo día en la mansión repleta de tipos raros y yo

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Con la barriga llena y el corazón contento, emprendí mi maravilloso segundo día en la mansión repleta de tipos raros y yo. Desde hace muchos siglos que debí ignorar buscar cualquier rastro de lógica en un mundo sin pies ni cabezas.

Mi siguiente nueva parada de todas las opciones a elegir, fue ir al jardín, total no tenía alguna pista así que no me tomo mucho tiempo tomar una decisión. Camine a paso decidida, aunque con nulas posibilidades de encontrar algún dato importante que me fuese útil para escapar.

De par en par abrí las puertas, podía sentir el intercambio de aires entre el interior y el exterior, juraría que mi boca se abrió ante la cantidad de especies de plantas cuyos nombres desconozco por mi ignorancia...Ni siquiera podía llegar al rango de novata, y aun así, comprendía el amor y tiempo que le habían puesto al jardín.

Y entre tantos colores yacía él, en cuclillas tocando una rosa con la yema de sus manos, con su concentración a máximo esplendor, sin ser consciente de lo ajeno a su entorno.

Avance acercándomele— ¡¡Es sorprendente Lucy!!

El tono emocionado de mi voz le hizo sobresaltarse, me miro detenidamente por segundos con sus ojos miel, para regresar su atención a la rosa.

—¡Eres admirable y muy dedicado! —le tome por los hombros mientras le agitaba.

—Gracias.

Me paralice ante su gruesa voz—¡¿Sabes hablar?!

El moreno asintió.

Le solté anonadada, pues como nunca le escuché hablar creí que era mudo—Lo siento, yo...

—No hay problema—hablo pausadamente.

Ya que no podía enmendar mi error por medio de vacías palabras, no había mejor solución que prestar mis servicios, me acuclille junto a él—Lucy, ¿crees que te pueda ayudar con este tema de la jardinería?

Él se giro a verme, y pude ver que sus ojos brillaban. Sonreí genuinamente—no tengo experiencia, así que confió en que me guiaras bien.

El moreno de colosal tamaño se puso en pie y camino a paso rápido hacia un lugar del invernadero mientras yo me senté con las piernas cruzadas esperando pacientemente por su regreso.

"Ahora que lo pienso, como Michael no es un objetivo no cuenta, Azazel y Lucy son los únicos que no han sido un dolor en el culo para mí", medite en mi cabeza cada una de las escenas que protagonice con las tres molestias.

Los pasos de mi acompañante al acercarse me sacaron de mis pensamientos, al divisarlo con herramientas, me levanté y me sacudí la ropa.

Lucy me puso un delantal negro, unos guantes rosas y un pañuelo blanco sobre mi cabello, "¿Por qué tiene utensilios a mi medida?, calma, calma...¡Esperen! Si apenas ayer llegamos cuando active la maldición ¿por qué este jardín esta tan hermoso?"

Atrapada en un otomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora