Epílogo

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Y a pocos centímetros de rozarme los labios se detuvo y prefirió empujarme, dejándome caer al suelo con él encima. No podía explicarlo, pese al golpe, había sido mínimo el dolor que sentía por el impacto.

En cambio, mis sentidos se enfocaron en el ser que se estaba recostando sobre mi cuerpo, utilizando mis senos como almohada mientras se aferraba a mí con sus brazos.

En completo silencio le dejé estar cómodo, mientras comenzaba a acariciar su cabeza con suma sutileza. Sin prisa, con cuidado y sin palabras sentía mi interior regocijarse en calidez, finalmente mi alma podía experimentar la sensación de paz, tras largos años de sufrimiento.

—Tú ganas—murmuro.

Inmutable continúe acariciándole—¿Por qué no me besaste? —indague el motivo de su arrepentimiento. —Era perfecto para firmar el pacto. Creí que finalmente liberarías el alma de esos chicos, de mi gato y me dejarías quedarme.

Él se separó de mí, apoyándose con las palmas de sus manos sobre el suelo, con una de sus piernas a mi lado y la otra entre las mías, su largo cabello caía alrededor de mi rostro.

—Y lo haré es simplemente que tengo una mejor idea para firmar nuestro acuerdo y cumplir con tus deseos—sonrió ladinamente—¿Te parece bien o tienes miedo?

Le toqué los labios con la yema de mis dedos ante su mirada expectante mientras pacientemente esperaba por mi respuesta, no pude evitar reír internamente en medio de mi nerviosismo.

—Adelante.



...Fin.

Atrapada en un otomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora