2. Yara

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Ace y Yara eran una pareja muy peculiar. Para empezar, ambos tenían recompensas altísimas por sus cabezas y servían a uno de los emperadores del mar, Barbablanca. Uno como su comandante de la segunda división y la otra, como la enfermera personal y vice-capitana.
El haber llegado a esos puestos no es algo accidental, ambos demostraron que merecían aquellos puestos pero ¿Cómo llegaron con Barbablanca?

Reino de Goa, hace 4 años.

Yara tenía 14 años y ya era una doctora muy talentosa, a su corta edad había demostrado sus habilidades y su vocación al servicio de otros. Desde muy pequeña había estado estudiando medicina y aprendiendo diversos métodos para llevarla a cabo de la mejor forma posible.

Estaba trabajando en un hospital del Reino de Goa, en el East Blue. Pero en sus ratos libres, iba a una posada cerca de la bahía, donde solían llegar piratas heridos y enfermos, que no eran aceptados en los hospitales convencionales, para ser tratados por ella y otros doctores que no estaban de acuerdo con esta exclusión.

-Bien, ahora ya podrás irte. Tu herida está completamente sana. -le dijo a un pirata con una sonrisa.

-Gracias señorita Yara, no tengo como pagarle -le respondió éste, apenado.

-No recuerdo haberte cobrado. Tranquilo, ve con cuidado ¿Si?

-Si, ¡muchísimas gracias! -salió conteniendo sus lágrimas.

-¡Yara! -un grito la interrumpió- me duele demasiado aquí -le dijo un pirata que estaba en una camilla, señalándole un lugar cercano al estómago.

-No quiero escuchar quejas, Joak. Te he dicho miles de veces que debes dejar el alcohol y no me obedeces -dijo poniéndose seria.

-Solo me tomé una copa de sake ¿Qué tan mal podía hacerme? -respondió el hombre, llamado Joak.

-Pues ya ves que te hizo bastante mal. -se dirigió a una caja de medicamentos, sacó una aguja con un líquido y se acercó para luego inyectárselo en el brazo- Con esto el dolor debería parar, ¡Ni una gota más de sake! ¿Entendido?

-¡Si doctora! -respondió firmemente, aunque Yara sabía muy bien que tarde o temprano caería nuevamente en la tentación.

-¡Yara! -entró un hombre desesperado- necesitamos ayuda.

A decir verdad, era bastante común la bulla y los gritos en el lugar.

-Tranquilo, ¿Que ocurre? -respondió ella intentando transmitir calma.

-Hay un hombre muy herido, creo que ha naufragado. -explicó.

-Bien, tráiganlo lo antes posible -ordenó y el hombre fue a su busca con uno de sus compañeros.

A los pocos minutos llegaron con el hombre herido, estaba inconsciente. Como primer diagnóstico, estaba en un terrible riesgo vital.
Yara procedió a hacerle las curaciones correspondientes, operó las fracturas que traía e inyectó medicamentos.

Ordenó a algunos de sus compañeros que lo monitorearan, de todas formas ella calculó que no despertaría hasta el día siguiente por la anestesia.

Ella debía irse en ese momento a cumplir su turno al hospital principal del Reino Goa.
No le gustaba trabajar ahí, a pesar de estar enfermos, los pacientes seguían siendo pesados y desagradables. Siempre mirando en menos a otra gente, discriminando a todo aquel que no tuviese su mismo estatus social o cantidad de dinero, con una soberbia y aires de superioridad que caracterizaban al habitante promedio del reino.

La única razón por la que trabajaba allí, era para poder obtener insumos y medicamentos para la posada que atendía cerca del puerto. Para peor, ella no tenía un título de medicina, por lo que ahí trabajaba por una simple razón:

ENCONTRÉ MI ONE PIECE (AcexLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora