ENCONTRÉ MI ONE PIECE (AcexLectora)

11. ¡Lo voy a matar!

Ace se levantó, con una cara notable de disgusto.

-No es lo que piensas... -intentó explicar Yara.

-¿Qué cosa? ¿Que rompiste conmigo para "no sufrir cuando te fueras" cuando en realidad solo querías deshacerte de mi? -respondió enojado- ¿Que hay de Luffy? ¡Nos dejaste solos a ambos! Y resulta ser que siempre estuviste cerca de nosotros, ¡Y no pudiste ir siquiera a saludarnos!

-Ace, no es así. Además ustedes siempre supieron que yo zarparía a los 14, ¡Sólo quieres hacerme sentir mal!

-Te extrañamos tanto, ¡Joder! Y no tuviste el más mínimo interés de vernos o saber como estábamos -dijo con lágrimas en los ojos.

Yara corrió a abrazarle.

-Perdóname Ace, puedo explicarlo -lloró.

Ace, que no correspondió el abrazo, la miró.

-¿El viejo, verdad? -preguntó.

La chica asintió entre lágrimas.

-¿Y desde cuando le obedeces tanto? ¿En qué momento comenzaste a tener devoción por ancianos?

Yara no sabía que decir. Efectivamente, nunca le habían hecho caso a Garp, y se sentía muy culpable por nunca haber ido a visitarlos habiendo estado tan cerca.

Ace besó la frente de la chica y salió de la habitación, sin decir nada.

Se sentó en su cama a llorar, sabía que Ace iba a enojarse por haber mantenido la distancia, pero una parte de ella siguió siempre con la esperanza de que fuera un detalle que el chico dejara pasar.

Salió a buscarlo, pero al ver que ya había anochecido decidió ir a hacerle el chequeo nocturno a su capitán.

Tocó su puerta y entró.

-Vaya, pensé que no vendrías -dijo Barbablanca.

-¿Por qué? -respondió mientras preparaba los implementos.

-Por este chico, creí que estarías ocupada.

-De todas formas debo venir a verte siempre -dijo intentando sonreír.

-¿Qué ha pasado? -dijo el viejo preocupado al notar su aura triste- Hija...

Yara no pudo evitar que un par de lágrimas cayeran. Su capitán estiró sus dos enormes brazos y los juntó alrededor de ella para tomarla en un abrazo. Ella solo ocultó su rostro y lloró.

-Mi niña, ¿Ese patán te ha hecho algo?

Ella negó con su cabeza.

-Entonces pequeña, ¿Qué tienes? -dijo mirándola secando sus lágrimas con sus grandes dedos- No me digas, supo que trabajaste en su misma isla y se enojó.

Yara volvió a sacudir su cabeza, esta vez para asentir.

Ambos eran muy cercanos, tenían mucha confianza entre ellos y se contaban a menudo historias sobre su vida. Ella ya le había contado todo sobre Ace.

-Hija, debes entenderlo -le explicó con dulzura- Es entendible su enojo, el te amaba mucho... Pero eso no es lo importante, el ahora está en este barco y tienes la oportunidad de arreglar las cosas.

-Supongo que puedo intentarlo -respondió Yara.

Luego de eso, comenzó a hacerle su revisión. Cuando estaba ordenando sus cosas oyó un fuerte ronquido, el viejo estaba durmiendo.
Salió de la habitación sin hacer ruido y se fue a la suya.

Al entrar, se tumbó en la cama a pensar. No se percató de cuánto tiempo había pasado, pero fue mucho rato el que estuvo mirando el techo y divagando en sus pensamientos.