Regalo P2

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Warning!!! Lemon..... OjjO



Badd dejó de respirar, era tanta su sorpresa que ni se podía mover. La mano fría de Garou no titubeó y fue directamente a tomar su miembro. Un suspiro involuntario salió de su boca, pero fue silenciado inmediatamente por su propia mano. Apenas creía lo que estaba pasando, Garou, en su más sano juicio, estaba intentando masturbarlo. Badd entendía que ya tenían más de tres meses invertidos en una relación. Una donde compartieron cosas que no le habían dicho nadie más. Donde dejaron en claro cuáles eran los sentimientos que tenían por el otro. Pero aquello era como subir las escaleras saltando escalones. Sentía pánico, pánico por entrar en una nueva experiencia de la nada. Y aun cuando su cabeza era un embrollo, se preguntaba porqué no podía apartar la mano del otro.

Garou, al ver que Badd no se resistía, prosiguió con su labor con movimientos suaves y continuos, subiendo y bajando su mano por la erección. Pronto los suspiros del héroe se convirtieron en jadeos, con las pocas fuerzas que tenía, sólo trataba de callarlos con su mano. Zenko estaba a dos habitaciones de distancia y lo último que deseaba era que escuchara algo. Su respiración estaba subiendo al igual que su temperatura y, con el aliento de Garou en su cuello, la habitación se tornó sofocante. Sin necesidad de verse en un espejo sabía que su cara, una vez más, estaba roja y el sudor hacía que mechones de su cabello se pegaran en su frente. Garou no se detenía y los sonidos producidos por Badd eran más claros y breves. Sin poder evitarlo, se estaba excitando también, pero ahora no se trataba de él, ignorando lo que sus deseos le gritaban, sólo se concentró en Badd.

Badd estaba perdiéndose en el momento, sintiéndose completamente dominado por aquel sujeto de ojos dorados. Tendría que pensar que Garou sacaba ventaja, todo a su alrededor se lo advertía. Pero la única motivación de Garou era hacerlo sentir bien. La máxima prueba de ello eran los besos, suaves y llenos de cariño, que recibía en su cuello. Fue cuestión de tiempo para notar un bulto atrapado entre la ropa interior y el muslo de Garou, a Badd le sorprendió que con el simple hecho de tocarlo y oírlo le provocara tal reacción. ¿Debería también devolver el favor? Al igual que su primer beso, la inexperiencia guio a duras penas su mano; llegando al abdomen marcado de su depredador. Los músculos de la zona se contrajeron por la caricia que bajaba para escabullirse entre su ropa y rozar con su objetivo.


No tienes que hacerlo dijo el ex-cazador, sin aliento.

―Lo sé contestó, pero quiero hacerlo.


Garou no esperaba reciprocidad, pero no podía hacer nada contra la decisión de su compañero. Badd, sin más y al igual que él, expectante por lo que encontraría, tomó su miembro que pedía atención desde hacía rato. Sin saber si lo hacía bien, empezó un ritmo suave. Años atrás, jamás se le hubiera cruzado por la cabeza estar en una situación así. Sin embargo, en las últimas semanas, lo impensable llego a ser una posibilidad. En especial cuando Garou, al salir de la regadera, entró a su habitación con sólo una toalla alrededor de su cintura. A Badd le entro la remota pregunta de qué habría debajo de eso, de sobra sabía qué había, pero una cosa es imaginarlo y otra verlo. Su respuesta llegó de la manera más inesperada posible.

Sin experiencia en dar placer a alguien más que no sea a sí mismo; Badd podía creer que lo hacía bien, ya que Garou estaba comenzando a jadear y esconder la cara en su cuello.

El ritmo de ambos empezó a emparejarse, los suspiros se combinaban y el mundo se desvanecía. La oscuridad era opacada por el sonido de los grillos, distante a sus acciones. Después de unos momentos más, el orgasmo los invadió haciéndolos terminar en la mano del contrario. Badd apretó los dientes para ahogar su voz, pero Garou, quien tenía al alcance el hombro de Badd, repartió una mordida sin demasiada fuerza, para no hacerle marca, pero lo suficiente para que la espalda de su novio de arqueara.

Eras tu... (Batarou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora