Capítulo 2

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La taza de café

—Oficial Hopps ¿Cuál es su opinión sobre el caso Tigerwild?

—Oficial Wilde ¿Cómo se siente por apresar al homicida Michael Tigerwild?

—Oficial Hopps ¿Justifica las reacciones del homicida?

—Oficial Wide ¿Cuál es su postura ante la reforma la ley marital?

—Oficial Hopps ¿Se considera usted homofóbica?

—Oficial Wilde ¿Apoyaría usted a la familia Tigerwild?

Oficial, oficial, oficial, oficial…

Las preguntas, las luces, las fotografías, los diferentes animales sosteniendo los micrófonos y cámaras alrededor de ellos… todo era un mar de confusión en donde Nick y Judy apenas pudieron articular media palabra. Afortunadamente dicha marea periodística fue desplazada por otros oficiales que los escoltaron lejos de los reporteros, aunque las cámaras y las constantes preguntas los fueron siguiendo.

Nick dio vuelta en el estacionamiento de la estación policial y se perdió entre las patrullas, Judy siguió caminando y se perdió entre la multitud de la avenida rumbo a su apartamento. Por más que hubiera querido hablar con Nick sobre la extraña conversación que tuvieron, debían separarse si querían perder de vista a los periodistas y sus molestas interrogaciones. Con un enorme suspiro Judy cambió de parecer y se encaminó a su restaurante favorito, pensando que los reporteros seguramente estarían en la calle donde vivía esperándola. Le esperaban largos días, pues no la dejarían en paz ni a ella ni a Nick hasta que respondieran algo para los medios.

Por su parte, Nick aprovechó esa distracción para alejarse lo más posible del centro de la ciudad y de cualquier encuentro casual con algún conocido. Sabía que no podía huir para siempre, pero necesitaba con urgencia unas horas para pensar, para estar solo, para entender por qué demonios había dicho con tanta soltura palabras que lo estaban acorralando.

Realmente no había mentido. En los tres años que llevaba conociendo a Judy Hopps, llevaba aproximadamente seis meses consciente de su enamoramiento y, por ende, en una constante conspiración para ocultarlo ¿Cómo se enamoró de ella? Era una pregunta que no tenía respuesta clara. Pensaba en eso varias veces durante varios días, pero llegando siempre al mismo callejón sin salida.

Recordaba bien cuándo y cómo conoció a Judy, en ese tiempo él era un zorro estafador que huía de la ley y ella le encarnación de la policía perfecta, aquella que sólo sirve por y para cumplir las reglas. Pareja más dispareja era impensable. No obstante, mientras los dos obligadamente trabajaron juntos en el caso que puso tras las rejas a Bellwether, construyeron una amistad profunda y estable.

Durante muchos años Nick no confió ni en su propia sombra, pero le resultó relativamente sencillo confiar en Judy. Era el animal más transparente y sincero que jamás conoció, ella era incapaz de engañar, ni siquiera sabía mentir, así que confiar en ella fue casi inevitable. Antes de percatarse, la tierna conejita terminó siendo su mejor amiga, por no decir su única amiga.

Entre el apoyo que ella le daba y la sensación de seguridad que irradiaba sus sentimientos se fueron haciendo más intensos. No es que él hubiera deseado enamorarse de ella, pero tampoco se arrepentía. Si alguien en toda Zootopia merecía el eterno y enorme cariño de ese zorro desconfiado era Judy, la única que lo comprendía y en quien entregaría su propia vida si fuera necesario. Admiraba con todo su ser a esa conejita que luchó contra todo por sus sueños y que en el proceso cambió su vida llevándolo a un camino mejor, del cual pudiera estar orgulloso.

Sí, estaba enamorado de Judy Hopps, no se dio cuenta sino seis meses antes, cuando la pequeña conejita tuvo una cita con un elegante conejo citadino. Hirvió de rabia sin ninguna razón y se alegró demasiado cuando la relación no funcionó, no se necesitaba ser un experto para reconocer los celos, ni tampoco muy inteligente como para relacionar los celos con el amor. Desde ese momento había tratado de comportarse con la misma naturalidad de siempre, pretendiendo que no sentía nada más allá del compañerismo que siempre demostraron.

Someone To Leane OnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora