La boda de Rei
Bip, bip, bip…
—¿Bueno?—respondió Nick al teléfono, poniéndolo en altavoz.
—¿Nick? ¿Me escuchas?—era Judy.
—Sí—el zorro estaba doblando unas camisas y metiéndolas en una maleta mediana—¿Todo bien, zanahorias?
—No del todo. Nick ¿Dejé en tu apartamento mi blusa celeste?
—¿Cuál?
—La única celeste que tengo—casi pudo ver su expresión de fastidio.
—Espera un momento.
Nick guardó una camisa más y caminó al ropero, abriendo un cajón donde Judy dejaba ropa de vez en cuando. Rebuscó y una tela color celeste se asomó entre las diferentes prendas.
—Sí.—respondió al teléfono—Aquí la tengo.
—¿Podrías empacarla? La ocuparé allá.
—Claro, si empacas los pantalones de mezclilla oscura que dejé en su apartamento hace una semana.
—Ya los tengo en mi maleta.
—Coneja astuta.
—Torpe zorro—los dos rieron.
—Bien ¿Algo más?
—No, eso era todo. Te veo en dos horas.
—Bien.
Colgaron y Nick dobló la blusa celeste guardándola en la maleta.
Una vez que se aseguró de que no le faltaba nada más, cerró la maleta y fue al cuarto de baño para darse una buena ducha antes de empezar el viaje. Él y Judy irían a Foxville por la boda de su hermana, estaban lo mismo nerviosos y emocionados, con un poco de dificultad para definir qué debían sentir.
Por su parte, Nick extrañaba a su hermana y sentía mucha curiosidad por quién sería el zorro que la desposaría. Conocía a Rei lo suficiente como para saber que no escogería a cualquiera como pareja de vida y le tenía confianza, ella era una chica lista con buen juicio. Pero también sabía que debía interpretar con la mayor naturalidad posible el papel de hermano protector, principalmente por dos razones: le encantaba fastidiar a Rei y quería que su prometido tuviera muy presente que ella no estaba sola.
Conocía muy bien a los zorros machos, él era uno después de todos. Eran una especie endemoniadamente fiel cuando estaban enamorados, pero cuando no, podían ser ruines y mezquinos como pocos machos en la naturaleza. Afortunadamente era sencillo reconocer el enamoramiento en los machos, zorro o no, y parte de su misión era descubrir si el prometido en cuestión estaba o no enamorado de su hermana.
Independientemente de los problemas que hubieran tenido en su juventud, Nick amaba mucho a su hermana y le deseaba lo mejor. Aunque ahora eran más unidos, esa brecha que los había distanciado años atrás seguía sin poder desaparecer del todo. Quizá era porque los dos habían construido vidas muy distintas, o quizá porque eran muy diferentes uno del otro. Las muchas razones por las cuales no se llevaban del todo bien sin importar cuantas excusas dieran podían resumirse en una sola: orgullo. Para bien o para mal los dos eran extremadamente orgullosos y estaban renuentes, a pesar de los años, a aceptar sus equivocaciones.
ESTÁS LEYENDO
Someone To Leane On
AlteleTras resolver un caso de homocidio, Nick y Judy se ven inmiscuidos en un intenso debate político que pone en riesgo su amistad y los obliga a revelar sentimientos escondidos durante mucho tiempo... Yo no tengo nada que ver ,me gustó y decidí subirla...