last time

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Las horas pasaban y los nervios por volver a verlo aumentaban cada vez que la hora de nuestro encuentro se acercaba

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Las horas pasaban y los nervios por volver a verlo aumentaban cada vez que la hora de nuestro encuentro se acercaba.
Estaba sola en mi casa esperándolo a él, mi novio había salido la noche anterior para concentrar ya que por la tarde jugaba uno de sus primeros partidos y yo lo vería desde casa ya que llovía fuerte afuera y no era muy conveniente que vaya.

Cuando escucho el timbre sonar mi corazón se acelera y el pequeño golden ladró provocándome aún mas nervios.

Me acerco a la puerta y cuando giro el picaporte me encuentro con la figura de Lautaro. La misma de siempre, sólo que ahora con esa expresión de nerviosismo que tanto conocía.
Sí lo conocía mucho, habíamos pasado tanto tiempo juntos que hasta podía descifrar sus expresiones.

—Hey... hola —digo acercándome para besar su mejilla y cuando ingresa en la casa, me abraza despacio provocándome un escalofríos. —¿Querés tomar algo? —pregunto mirándolo y el niega. Le indico que se siente en el sillón y cuando termina de acomodarse siento que es el momento de hablar. Finalmente.

—¿Y este? —pregunta sonriendo cuando Lolo salta subiéndose en sus piernas por lo que sonrío.

—Mi perro... lo adoptamos apenas llegamos acá, se llama Lolo —cuento acariciando la cabeza del cachorro. —¿Cómo estás? Felicitaciones...

Por más que me doliera, se iba a casar y no iba a ser resentida ni hipócrita, quería lo mejor para el aún teniéndolo lejos de mí.

—Gracias —dice mostrandome una sonrisa de lado. —Yo estoy bien, creo, ¿y vos?

¿Yo como estaba? Hubieron muchos cambios este ultimo tiempo y el volver a verlo me revolucionaba todo, estaba feliz, pero algo dentro de mí todavía no terminaba de sentirse conforme del todo con la situación.

—Bien... —contesto en un susurro jugando con mis manos.

—Perdoname Brune —me dice de repente tomandome por sorpresa y lo miro detenidamente. —Yo no quise que todo esto pasara. —habla tranquilo. —Pero pasó todo tan rápido, yo te amo, todavía te amo.

Sus palabras son como un puñal en el corazón, todo con él había sido tan lindo y terminó tan de repente que me obligaba a querer soltar algunas lágrimas.

—¿Sos feliz con ella? —pregunto con cierto temor y el se encoje de hombros.

—¿Vos sos feliz con Juan?

Asiento y sé que eso no era lo que el quería escuchar pero es la verdad.
Lautaro acaricia despacio mi pierna y y yo tomo su mano.

Las palabras sobran cuando su cuerpo se acerca al mío y captura mis labios en un beso tranquilo que después aumenta poniéndose más caliente e intenso.

Y sé que a pesar de que este mal, de sentirme culpable por Juan, me entregué una vez más él, por última vez.

Su cuerpo desnudo era una de las maravillas que jamás me cansaría de ver y sus movimientos me hacían sentir en lo más alto, como siempre hizo.

Nuestra última vez juntos, cerrando una etapa importante de cada uno.




el prox es el epílogo

culpables | lautaro martínez. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora