Al fin...

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Jack Frost.

La chica estaba loca. Yo no necesitaba un trato para conseguir lo que ya era mio... ok, tanto como mio no, pero ahora mío. Supongo que igual no me queda otra opción que escucharla.

-Mañana, iluminarán el cielo y subirán el volumen de la música; lo que quiero es ir.

-¿Te refieres a lo que hacen por la princesa?

Así que la chica, además era una ignorante. Necesito salir de aquí.

-Lo que te estoy pidiendo, es que me lleves allá, conocer el lugar, y luego me traes devuelta sana y salva. Ese es el trato.

Era interesante pensar que ella no tenía ningún conocimiento de la vida de afuera, lo que podría usar a mi favor, podría divertirme un rato, pero, que yo, Jack Frost, un increíble pero muy buscado ladrón, la llevara a conocer la celebración de nacimiento de una princesa que desapareció hace casi 18 años, era muy improbable.

-Lo siento, linda, pero no soy el favorito del reino. Ups. Mejor dame el bolso, déjame ir, y verás la celebración cuando sea el momento-, dije, pero, esa respuesta no le gustó, porque se empezó a acercar a mi con un aire amenazador. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de mi, se acercó a mi oído y susurró:

-Puedes destruir esta torre ladrillo a ladrillo, pero sin mi ayuda, jamás encontrarás ese bolso, y menos su contenido.

Debía reconocerle que sabía cómo jugar. Y cómo decirle entonces que no. Además, me preocupaba que supiera lo que estaba dentro... al final, accedí.

Salí por la ventana de la misma forma en la que había entrado, pero ella se veía un poco más insegura. Si tendría que lidiar con ataques de bipolaridad, esto iba a ser muy largo. Desde abajo, pude ver como asomaba su cabeza por la ventana y miraba abajo con algo de terror.

-¿Vienes, linda?

Al final, una larga soga cayó por la ventana y terminó tocando el césped, para que luego, ella hiciera lo mismo. Bajaba como si fuera un tubo, y parecía que fuera la primera vez que era libre. Pero, se detuvo con fuerza en el final, porque estaba a 2 centímetros del pasto. Sus piernas estaban flexionadas y lentamente, bajó el pie derecho e hizo contacto con el suelo. Luego el izquierdo hizo lo mismo, y se emocionó.

Corrió por alrededor de la torre, tocó el césped y saltó de la emoción. Por algún motivo, no tocó el lago... Yo la miraba, sólo eso. La forma en la que disfrutaba tocar algo tan común como el césped, un árbol, una flor... era lindo verla así, pero yo tenía que recuperar algo. Finalmente, sonrió y corrió a la salida de la pequeña parte escondida del bosque, por entre las hojas que yo había usado, y una vez afuera, estaba alegre otra vez.

Al fin era libre, porque parece que antes no lo era.

Al fin saltaba...

Al fin, el juego daría inicio.

La chica, cuyo nombre no había dicho... ¿o si?

Bueno, ella, veía a todos lados y me di cuenta que se acercaba lo que temía. Luego de la emoción, llegó el pánico. No paraba de repetir que su madre se molestaría, para luego decir que no se enteraría, pero luego se daba cuenta que en algún momento lo sabría, pero recordaba que el viaje era de 3 días, y luego se sentía mala hija. No quería regresar a la torre, pero quería salir corriendo devuelta. El mejor día de su vida... no, de nuevo dejaba de serlo.

Cuando me decidí a hablarle de lo que estaba viendo en ella, un copo de nieve, cayó en mi cabeza. No le di importancia. Me acerqué a ella, que estaba sentada con la cabeza entre las manos, como si estuviera llorando, pero sin emitir ningún sonido.

-Oye, no dejo de notar que estás sufriendo unos interesantes ataques...

-¿Qué?

-Supongo que sólo puedo deducir... no debías salir, pero lo hiciste. Te preocupa tu madre, pero quieres hacerlo. Son muchas dudas, linda.

-Si, creo que si... y me llamo Elsa.

-Claro... pero déjame ayudarte. Esto, es normal. Incluso saludable. Algo de rebeldía, diversión... es natural. ¿Que tu madre se lo merece? Probablemente no. ¿Que rompes su corazón y estrujas su alma? ¡Claro! Pero debes hacerlo-, dije. BOOM. Querra regresar a la torre.

-¿Romper su corazón? ¿Estrujar su alma? Tienes razón, la lastimaría mucho.

Ahora, yo le tenía compasión, con carita de perro regañado.

-Oh, Dios.. es verdad... ¿Sabes qué? Te libero del trato. Regresemos, recuperas la relación con tu madre, yo mi bolso, y todos felices.

-¡No! -, contestó ella, estaba muy decidida a hacer el viaje.

No hubo forma de que cambiara de opinión. Mi plan había fracasado...

Al fin... al fin tendría su viaje.

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Espero les esté gustando. Jeje, les mando mucho amor, les recuerdo loa votos y comentarios. Pasen por mis otros "proyectos" y voten y sonrían, siempre es lindo ver a alguien sonreír. Aunque no pueda verlos.
Besooos.

Can be the same love story?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora