3. Hospital

267 21 0
                                    

Después de que Maggie se fuera a trabajar decidí irme a acostar, estaba agitada, tanto mental como físicamente, me sentía comí una intrusa en la casa de Maggie, así que me dedique a guardar mi ropa y limpiar mi cuarto, luego llame a Len, hable solo un poco con ella.

Ella me contó que habían asesinado a mi... A ese hombre que creí mi padre, que habían incendiado la casa con ese hombre y sus amantes dentro.
A pesar de que no debería, me alegre de que haya dejado este mundo, por otra parte me contó que ni mi madre, ni Altair se encontraban en casa.

Me alegre por mi madre, una vez que supe que ella había sido una victima no pude evitar sentir pena por ella.

Por Altair, no pude dejar de sentir un poco de lástima, se que me Jodio la vida, lo sé, pero también se que su padre fue quien lo volvió así, ojalá que Altair retome su vida muy lejos de mi.

Así que caí rendida sobre la almohada.

No se la hora que era cuando escuche los fuertes toques en la puerta y el teléfono sonar, me desperté desorientada, no sabiendo donde estaba.

—Marie abre la puerta. Esa voz era la del chico de al lado.

Me levante y corrí hacia la puerta, su voz estaba alterada.

Cuando llegue a la puerta y abrí, el tenía los ojos rojos, conteniendo las lágrimas.

—Erick— susurre, el se abrió paso y como desesperado cruzó la sala, cerré la puerta. —Maggie tuvo un accidente.

Lo seguí sorprendida, la chica que vivía conmigo, la que me había dejado un espacio en su casa...

—Esta en el hospital— Erick hablaba pero no sabía si me lo decía a mi o el mismo. —me llamaron porque fui su última llamada.

Lo seguí hasta la puerta de Maggie.
Entonces note que se estaba contenido para no llorar.

Por impulso lo tome de la mano y lo volteo para que me mire.

—Tranquilo— sin verlo venir, el me abraza, es la primera vez en años que siento algo moverse en mi interior por un chico. —Todo va estar bien.
Es lo único que logró decir.

Lo que empiezo a sentir por tenerlo cerca, su olor y la tibieza de su cuerpo me aturde.

—Maggie es lo único que tengo. Dice su voz afectada y me doy cuenta de que esta llorando. —Si algo le pasa yo...

Lo separó de mi cuerpo. —Maggie va estar bien.

—esto debe parecerte demáciado, apenas nos conocemos... Maggie es mi única amiga.

Asiento. —Vamos al Hospital.

El se limpia las lágrimas con el dorso de la mano, no las oculta, muestra su dolor y preocupación, no intenta hacerse el fuerte.

Y no soy consciente de lo mucho que me gusta eso.

—Puedes poner la ropa de Maggie en una maleta pequeña— me pide y yo asiento. —también cosas de hacer personal, lo haría yo, pero ella odiara que toque sus cosas.

—Ya mismo lo hago. Le respondo, el abre la puerta y entro a la habitación de Maggie.

—Voy a llamar a mi hermano.

Me avisa y sale de la habitación, no tengo tiempo para mirar con atención su habitación, ubicó el ropero, y lo abro, no hay tanta ropa, toda esta perfectamente ordenada por colores, tomo una maleta pequeña y la pongo sobre su cama, meto unos pans que encuentro en una gaveta, unas bragas y sostenes, voy a su baño y enciendo la luz, tomo sus cepillo para cabello y sus dientes, la pasta dental, su shampoo y su toalla.

Meto todo en la maleta y en ese momento entra Erick.

—¿Listo?

—si.

El lleva unos vaqueros y una chamarra de mezclilla y bajo esta veo un sueter azul.

—ve a dormir.

—Yo también voy— le digo. —Solo deja me visto. Digo señalando mi pijama.

No soy tiempo a su respuesta corro hacia mi habitación y me pongo unos vaqueros sobre los pantalones de mi pijama y me pongo una chaqueta, tomo un fajo de billetes y salgo.

******************

Una hora más tarde estoy sentada con Erick en la sala de espera, nadie nos ha dicho nada de Maggie.

Erick camina de un lado al otro, su rostro preocupado.

—por favor para— le digo siento que me mareo. —me estas mariando.

—Perdón Marie. Erick se detiene.
—No se que voy a hacer si algo malo le pasa.

Lo miro, y no puedo evitar sentir ternura por el.
Si estuviera en su lugar, estaría en ese momento estaría igual.

—deja de preocuparte.

—¡Es que no nos avisan nada! Grita y las enfermeras lo miran mal.

—Señor estamos en un hospital, guarde silencio. Lo reprende una mayor.

El esta apunto de replicar cuando un hombre de bata blanca aparece.

—¿Familiares de Marjory Weaver?

Erick se levanta como resorte.

—Soy su novio. Dice, yo lo miro raro. —y su compañera de piso.

El hombre de unos cuarenta años nos mura con cierta curiosidad.

—La señorita esta fuera de peligro.

Ambos suspiramos de alivio.

—Gracias dios.

—¿Como se encuentra? Cuestiono yo.

—Estable, el impacto fue fuerte, pero no paso a mayores gracias a que utilizaba el casco, aún así tiene dos costillas rotas, y una fractura en la pierna izquierda.

El médico nos explica con calma.

—Mañana despertará, ahora está sedada— nos dice. —es mejor que vayan a descansar.

—Quiero pasar a verla.
Erick dice.

—Solo unos minutos.

—Marie...

—Esta bien ve con ella, yo iré a ver los gastos en la administración— le digo y tomo la maleta. —Ten.

Erick la toma y me agradece con un gesto y amo ese gesto.

—por aquí. Le indica el doctor.

Yo de un momento al otro me quedo sola en la sala de espera, miro a los lados y los recuerdos de la última vez que estuve en un hospital.

... Tu hijo es un bastarda, una basura con sangre musulmana...

Toco mi vientre vacío ya, mis ojos me escuecen.

Camino rápido hacia la administración del hospital.

—Buenas noches señorita— la enfermera rubia me voltea a ver. —vengo a ver la cuenta de la señorita Marjory Weaver, la ingresaron hace unas horas.

La chica sonrie amablemente.
—si la chica del accidente en la moto.

Asiento y ella busca en su computadora.

—sus gastos hasta el momento son de trece mil dólares, pero crecerán por cada día aquí...

—vaya entiendo... Digo pensativa.

—Si no tiene los recursos hay programas para apoyarlos.
Empieza la enfermera a explicar no la dejo terminar.

—pagaré ya mismo la cuenta.

Hola mis amores, un capítulo más.

Y empezamos con las enredos.

Nos leemos el jueves

DESPUÉS DE ÉL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora