DESPUÉS DE ÉL

23. Hay finales felices

Querido Erick:

Se siente tan vacío sin ti, es raro despertar y pensar que ya no estás aquí.

Y es tan tremendamente estupido decirte esto ahora, por medio de una carta que no leerás, pero mi terapeuta me ha guiado a esto.

¡Ah! odio y amo a camelia por esto, ella me ha obligado.

Pero bueno ahí vamos...

Solía pensar que mi vida era un guión barato de alguna película sádica sobre narcotraficantes, y luego tu me sacabas de ahí, tus chistes baratos, tu humor, tu horrenda forma de doblar ropa, eras un desastre para las labores domésticas.

Tú eres la única persona a la que me aferraba en medio de toda la miseria y el dolor, no había nada más, solo tu.

Nunca quise que supieras la verdad sobre tu hermano, porque sabía que tu lo amabas.
Tenía miedo de tus reacciones ¿cómo romper la imagen que tenías de tu hermano, era tu única familia?
Por años me debati entre decirte o no, lo hice entre lágrimas y con la cara llena de golpes, la respuesta siempre era no.

Quería protegerte, tu mundo era perfecto, tu futuro lo era, serías un gran economista, fundarías tu propia empresa, serías el hombre perfecto.

Pero cometiste el estupido error de amarme.

Siempre lo supe, pero como te iba a explicar que no podías amarme, que era solo la prostituta de tu hermano.

En que mundo debía contarte que cuando tenía tan sólo quince años tu hermano me arrebato mi inocencia, hizo pedazos mi mundo y se llevó a mis padres porque yo no puede quedarme callada.

Por años trate de encontrar la manera de explicarte porque no quería estar con nadie, nunca pude, ¿porque era tan difícil?

Ni siquiera supe que iba a ser madre a tiempo, cuando me entere ese bebé ya había muerto, y fue lo mejor, ¿como lo iba a cuidar de su propio padre?

Aún hay cosas que nadie sabe, ni siquiera Charles que parece saber más de mi que yo misma, tu hermano me obligó a matar hombres.

Mi belleza decía, los aturdia, y aparte de usarme como una vil carnada, me ponía la pistola en las manos y me pedía que jalara del gatillo, me decía que era como el, que tenía que ser como él.

Y luego tu estabas ahí en esa burbuja de constante felicidad, con esa sonrisa que valía millones.

Hablando de millones... ¿Que debo hacer con el dinero que me dejaste?

Es irónico y se que tu hermano esta retorciendose en su tumba por esto, su dinero, sus millones pasaron a mis manos en el momento en el que ambos murieron...

Se oye tan espantoso.

Fue un circo, que si el narcotraficante Ruso fue asesinado por su propio hermano, que su hermano también había muerto, Charles se encargo que mi nombre no saliera en ningún medio.

Hoy se leyó tu testamento, todo cuanto podrías poseer de la herencia de tu hermano era para mi.

Ni siquiera sabía que tenías un testamento, menos aún que yo era tu única heredera.