capítulo 2

5.9K 217 13
                                    

LOS SECRETOS DE LOLA.
 
Mi virginidad.
 
 Capítulo 2.
 

 Deslizándolo suavemente arriba y abajo.
 
 —¡Agh! —Gimo—, No seas malo mira como estoy de mojada,  quiero sentirte, hmm.  
 
—Que impaciente eres, las reglas las pongo yo.
 
 Siguió deslizándolo, empieza a hundirse poco a poco, pero se detiene.    
 
—¿Por qué te detienes?  —Inquirí con la respiración agitada.  
 
 —¿Los condones? 
 
  —¡Qué! —Susurré.  
 
 
—¡Sí, los condones! ¿Recuerdas? mujer prevenida vale por dos, lo dijiste tú.  
 
 —Sí, sé lo que dije,  pero es mi primera vez. Quiero sentirte piel a piel, así es más rico, ¿no?  
 
 —Es más rico, pero….  
 
 —¡¡Shhh!!  —lo interrumpí—. Pero mañana me tomo la pastilla del día siguiente,  solucionado, relájate, sin compromiso ok. Solo quiero ser mujer en tus brazos, porque me encanta tu cuerpo y todo de ti.
 
 Me pegué a sus labios, él sonrió.  
 
 
—Tus deseos son órdenes.  
 
 
 Sin apartar sus ojos de los míos, se hunde en mí a un ritmo deliciosamente lento, solo lleva la mitad de su miembro erecto y duele mucho, cierro los ojos disfrutando de la plenitud. Se mueve lentamente, hasta que entra todo. Un pequeño grito se escapa de mis labios, él lo ahoga con sus labios. Se mueve lentamente dentro de mí, me aferró a  las sabanas y trato de ahogar mis gemidos. Algo se rompe dentro de mí, clavé mis uñas en su espalda, él se detiene, esperando que mi cuerpo se acostumbre a su tamaño y el dolor pase. Sale lentamente y me llena otra vez, ya no duele tanto, un pequeño gemido se me escapa. Sale de mí, su sexo está manchado de sangre, su respiración es agitada.  
 
 —Ahora todo será más fácil — susurró —¡Más rico!  
 
Entra nuevamente en mí, instintivamente levanto mi pelvis para encontrarlo, me llena nuevamente gimiendo en voz alta. Mis dedos encuentran camino en su cabello sedoso. Se mueve lentamente, aumentando sus embestidas y su ritmo.
 
—Más rápido Manuel, más rápido, ¡por favor!  
 
 —¡Oh sí!  —gruñó.  
 
Como si escucharlo gemir no fuera lo suficientemente excitante, me mira fijamente con triunfo y me besa con fuerza. Entonces realmente empieza a moverse, ¡oh por Dios! Establece un ritmo constante, mis piernas se tensan, está dentro de mí, fuerte y rápido, ¡Oh si!  Gruñe mientras choca contra mí, es realmente delicioso. Me transporta a otro mundo, siento su desespero, pero no quiero que termine aún, lo alejo de mí. Con su respiración vuelta nada me mira desconcertado, lo tumbo en la cama poniéndome ahorcajadas sobre él.    
 
 
 —Ahora yo tendré el control.
 
 
 Asintió. Me guía y dudosa me deslizo sobre él. Cierra sus ojos y flexiona sus caderas para encontrarme, llenándome, extendiéndose. Su boca forma una perfecta O cuando exhala, pongo mis manos en su pecho para sostener mi equilibrio. Empiezo a moverme, subo y bajo, a un ritmo constante, ¡oh, esto se siente tan bien! Poseyéndolo, poseyéndome, toma mis manos para ayudarme a estabilizar. Subía y bajaba con más facilidad, mientras él jugaba con mis pechos, dejando escapar gruñidos excitantes.
 
 Me pego a su boca, apretando con mis dientes su labio inferior sin lastimarlo, suelta un delicioso gruñido. Bajo por su cuello dejando besos succionantes. Paso mi lengua por cada línea marcada de su abdomen, tomé su gran longitud en mi mano apretando suavemente. Siento como tensa su pelvis, como aprieta sus dientes para ahogar sus gemidos, lo llevo a mi boca presionando mis labios. Los juntos lo más apretado que puedo pasando mis dientes y succionando fuertemente,—Agh, sisea, que sexy sonido, así que lo hago de nuevo, empujando su longitud más profundamente girando mi lengua alrededor, hasta el fin. Hmm, esto es el paraíso. Veo como su cuerpo se tensa y susurra entre dientes.  
 
 
—¡Lola es suficiente! —Lo hago otra vez, me encanta como ruega para que me detenga, gruñe a través  de sus dientes —,no quiero venirme en tu boca.
 
 
 Lo hago una vez más, se inclina, me agarra de los hombros poniéndome de pie. Lo llevo hasta el mueble y lo empujo. Ahora tengo más seguridad y sé cómo volverlo loco. Me pongo ahorcajadas sobre él, me deslizó  apoyándome en sus hombros para mantener mi equilibrio. Empiezo a subir y bajar a un ritmo constante, siento su desesperación, me besa con fuerza. Sostiene mis caderas con sus manos guiando mis movimientos. Gruñe a través de sus dientes con la voz entrecortada.
 
  —Pa-pa… Para, ¡Ya no aguanto más! Lola… Para… 
 
 —Repite mi nombre, ¡me encantas! Solo relájate y disfruta.  
 
 
Aunque él trataba de quitarme no pudo, o no quiso. Me cargó en sus brazos sin salirse de mí, dándome embestidas fuertes y salvajes. Entraba y salía a un ritmo continuo. Sus ojos ardían, abre los labios mientras toma respiraciones rápidas. ¡Oh nena!  Suspira y me besa detrás de mi oreja. Me lleva con fuerza hasta la pared. Entra y sale de mí rápidamente, siento mi cuerpo colapsar. Un pequeño gruñido se escapa de mis labios cuando siento un embriagador orgasmo que me deja sin fuerzas. Hunde su cabeza en mi cuello mientras gime a través de sus dientes terminando los dos al tiempo. Nos dejamos caer al suelo, exhaustos y juro que es lo mejor que he sentido en mi vida. Estoy más que satisfecha.    
 
 —¡Qué ardiente me saliste!  — susurró aún con la respiración agitada.
 
   —Ves, lo que te querías perder ¿Qué tal estuve? ¿Aprobé tu clase?  
 
 
—¡Exquisito!  Te ganaste un 100 — Suspiró—, Que rica sensación, de niña a mujer— sonrió.  
 
—¡Gracias al mejor maestro!  
 
—¿Ahora qué hacemos? ¡No podemos quedarnos así! Estamos empapados.  
 
 —¿Nos duchamos? —Murmuré.  
 
 
 Así lo hicimos, me dolía todo el cuerpo,  pero como dicen por ahí,  si te duele, es porque el trabajo quedó bien hecho. Al parecer a Manuel le excitaba ver correr el agua por mi cuerpo. No lo decía él, lo  delataba su erección tan firme como antes.  ¡Oww! Que deleite era tener ese hombre desnudo en mi baño. Me acerqué a él con una mirada malvada. Por un momento sus ojos se encontraron con  los míos, acarició mi cabello  y me besó tan dulcemente. Bajé mi mano tomé su erección cada vez más firme y tirante.
 
 
  —¿Esto qué fue? Que rico ¿Eso provoco en ti?  
 
—Como no, todo buen caballero se para, para que una dama se siente — ahí estaba esa sonrisa que me derrite, me guiñó un ojo—,más teniendo una panorámica hermosa —me tomo de la cintura pegándome a él—. Una niña con un cuerpo espectacular a la que hice mujer.
 
 
 Comenzó a besarme con una dulzura que confunde a cualquiera, pero nada de ilusionarme es solo sexo, luego se irá y  seguirá con su novia.  
 
—Tú no te quedas atrás, tienes un cuerpo perfecto. Estás hecho un bombón, tus ojos,  tu boca, todo tú,  —me calló  con un  beso apasionado y salvaje.  
 
 —Cuidado como hablas —soltó en mis labios—, no olvides la diferencia de edad que te llevo. Además somos primos y yo tengo…  
 
 Lo interrumpí con otro beso.  
 
 
—¡shhh! No digas nada, solo disfrutemos esto.  
 
 Me besó,  recorriendo  cada parte de mí con sus manos y sus labios. Me besó hasta la sombra por así decirlo. Me hizo suya una vez más. Me enseñó nuevas  posiciones y cosas nuevas para mí, hasta que terminó dentro de mí. ¡Que rica sensación!
 
  Terminamos de ducharnos , nos acostamos  en mi cama en silencio. Nuestras miradas se encontraron durante algunos segundo, no sé porqué nadie hablaba. Recosté mi cabeza en su pecho, dejó un beso cálido en mi frente, me  abrazó,  luego me dormí.
 
 
  A la mañana siguiente cuando desperté, él ya no estaba. Seguro se regresó al cuarto después  de que me dormí. Me quedé un momento pensando en todo. Fue mejor de lo que imaginé que sería mi primera  vez. Tenía una sensación algo extraña que no entendía. 
 
 Bajé a desayunar,  Manuel estaba en la sala con mi papá y mi tío. No hay duda que los ojos hablan cuando las palabras sobran. No podía sostener la mirada,  me delataría. Saludé, le sonreí,  él respondió y sonrió malvadamente. Desayuné, salí al jardín.  
 
 
 — ¿Cómo amaneció la bella durmiente? —preguntó Felipe.
 
  —Tan chistoso — Sonreí—, Súper, dormí delicioso, ¿y tú?  
 
 
—También, veo que amaneciste súper, porque estás radiante. Tienes un brillo en tus ojos que antes no tenías, mucho más guapa.
 
  —Felipe, son ideas tuyas,  solo  soñé bonito.
 
 Me  quedé unos minutos  platicando con él entre risas. Manuel pasó enfrente de nosotros, nos miró  algo extraño.  
 
 
 —¿Ahora qué, ese qué? —Inquirió Felipe.  
 
 
—¿Por qué? —bajé la mirada.  
 
—Viste como nos miró, ¿fue a ti, o a mí?  
 
—¡Ni idea!  —me encogí de hombros—, son ideas tuyas.  
 
—No, ese amargado,  seguro está así por la novia.  
 
 —¿Cómo es ella? — tenía curiosidad.  
 
 —Se llama Alana, es alta,  plana — sonrió—,tiene buen trasero  pero nada de pecho, cabello rojo,  algo guapa, pero no como tú.  
 
 —Se ve que es guapa ¿ Qué tal se llevan?  
 
—Llevan un año,  creo que todo va bien,  Manuel es muy reservado con sus cosas,  ¿Por qué tu interés por Manuel? 
 
  —No, para nada, solo  curiosidad.  
 
 Hablamos de todo un poco,  no podía alejar la mirada del  frente, ahí estaba Manuel,  que a veces  nos observaba.
  
 
—Iré  con papá  y mi tío  a ver jugar ¿Vamos?  
 
 —No gracias, ve tú.
 
 
Me dio un beso en la mejilla y se fue. Solo quedaron en casa mi tía y mamá, aunque ellas estaban en lo suyo, chismeando, por supuesto Manuel y yo,  él no quiso acompañarlos.
 
 
—¿Por qué  tan solo?  —Me acerqué.
 
—Normal, escuchando música.
 
Es mi imaginación o estaba tan seco conmigo.
 
—¿Me dejas escuchar contigo?  — me senté a su lado.
 
—¿Por qué no le dices a Felipe? — lo dijo con sarcasmo—, estaban muy sonrientes.
 
—¿Qué? ¿Estás celoso?, Tú eres mi favorito.
 
—No digas bobadas —sonrió, ahí  estaba otra vez, esa mirada.
 
 —¿Pasa algo? —Pregunté.
 
—¿Por qué? —Respondió con otra pregunta.
 
 —Es que te quedas viéndome así.
 
 —¿Cómo?           
 
—No juegues conmigo, tú sabes como.
 
—¿Por qué no? A ti te gusta jugar —sigue hablando sin apartar los ojos de los míos.
 
—Estás siendo muy sarcástico conmigo — desvío la mirada, se quedó en silencio.
 
Imagino  está así porque como dijo, solo pasaría eso y borrón cada quien con su vida. No sé porque carajos sentía esa sensación. Él siguió ignorándome,  me puse de pie, pero él me tomó de la mano pegándome a él, besando mis labios con una fuerza salvaje que me quitó el aliento. No dije  nada,  quedé en shock, solo correspondí a su beso, este juego es peligroso.
 
    —¿Eso qué fue? —inquirí.
 
  —Nada, solo me quiero llevar un beso tuyo, no ves que ahora nos vamos, quién sabe cuándo volveremos.
 
No vivimos en la misma ciudad,  ellos viven a dos horas.
 
 
—¿Solo eso te quieres llevar? — mordí mi labio inferior.
 
 
—Me llevó algo muy valioso  y rico,  tu virtud —Sonrió con orgullo.
 
—Yo quiero quedarme con algo más.
 
 
 Lo tomé  de la mano y lo llevé tras los arbustos, ahí es muy cerrado y nadie nos verá.
 
—¿Qué haces?        
 
—Ya te dije, quiero quedarme con algo tuyo, quiero sentirte una vez más.
 
Nuestros labios se encontraron en un beso profundo y salvaje, mis manos acariciando su hermoso cuerpo, igual que él acariciaba el mío. Me puso de espaldas contra un gran tronco, entrando en mí con una fuerza salvaje que me enloquece, luego me puse ahorcadas sintiendo fuerte y profundo, solté un gemido.
 
 
—¡Shhh! —Murmuró sin aliento.
 
  Era una sensación de placer y dolor excitante, clavé mis uñas  en su espalda,  dejé marcas en su cuerpo,  eso le gustó, lo sé por su expresión.  Terminamos a la misma vez,  fue maravilloso. Me encanta estar en sus brazos, nos tendimos en el pasto unos minutos. Luego cada quien a su cuarto, nos duchamos y salimos.
 
 
—¡Lola! —habló.    
 
—Sí, dime.
 
  —Te invito  un helado, ¿vamos?
 
 —Ok, vamos.
 
 
 Salimos, minutos después estábamos comiendo un helado de chispitas mi favorito, a él también le gusta ese.
 
 
—Fue lindo lo que pasó, me llevo momentos únicos contigo.
 
  —¡Fue maravilloso! — mis ojos  brillaron tanto que él me miró confuso.
 
 
—Eso será un  momento único e inolvidable, nada más, recuerda, el que se enamora pierde —, A estás alturas no sé porqué lo dijo.
 
 
—Vale, ya sé,  tú eres mayor que yo, tienes novia, la amas,  llevan mucho —puse los ojos en blanco—, Ya sé todo ese cuento ok.  Soy una niña, tranquilo, si eso es lo que te tiene así, relájate, no voy a salirte con cuentos de amor ni nada de eso.  Puedes quedarte tranquilo, yo sé mi lugar.
 
 
En ese momento ni sabía porque tenía tanta rabia, tenía una confusión que ni yo entendía.
 
 
—Tampoco es para que te pongas así, solo teníamos que dejarlo claro, cálmate. 
 
—Ya, vale, no te preocupes, si nacieron mariposas las mato y ya.
 
Me levanté y salí de la heladería, él tras de mí.
 
—Lola, espérame —Exclamó—.Ves estás comportándote como una niñita— gruñó con impotencia.
 
 —¡Me vale! — me encogí de hombros —. Vete para donde tu gran señora Alana, esa si se comporta como una mujer.
 
 Seguí mi camino hasta la farmacia, compré la pastilla y me la tomé.
 
—Ahora sí puedes estar tranquilo,  no seré un problema para ti.
 
—¡Para,  ya! — me levantó la voz —, ¿qué tiene que ver Alana? ¿Cómo sabes su nombre?
 
Seguí caminando, la verdad tenía muchos sentimientos encontrados  que no entendía.  Lo ignoré, llegué a mi casa, subí al cuarto me puse a llorar,  ¿Por qué?  No lo sé, ni yo lo sabía, tenía una sensación en el pecho, ganas de llorar, sentí que tocaron mi puerta, pero no respondí.
 
 —Sé que estás ahí, entraré así no quieras.
 
 
 Así lo hizo, me cubrí con la cobija, no quería que me viera llorar, sentí que se acercaba,  me quedé inmóvil.
 
—Sé que estás despierta —se sentó a mi lado—,no quiero irme así, ¡hablemos!
 
—Vete,  no pasa nada, estoy cansada.
 
 Hala la cobija  y se da  cuenta que estaba llorando, acarició mi rostro limpiando  mis lágrimas, no sé porque carajos me solté, me puse a llorar como una niña, me abrazó tan fuerte contra su pecho que podía sentir los latidos de su corazón.      
 
—¿Qué pasa, mi niña? Perdón si fui grosero contigo, no quise hacerte daño.
 
 
—No pasa nada  —tenía un nudo en la garganta que no me dejaba hablar —. Soy solo una niña berrinchuda, olvídalo.
 
 
—No, no digas eso, yo sé que no eres una niña, anoche me demostraste que eres una mujer completa, no llores y menos por mí.
 
—No seas convencido, no es por ti, me duele la cabeza.
 
—Ahora juegas a que no te importa ok, solo sé que me llevo lo mejor de ti, pero esto se debe arrancar de raíz por el bien de todos —no sé a que se refería con eso, salió del cuarto.
 
Luego más tarde, llego la hora de decirles adiós, nos reunimos todos para despedir la visita, el último fue Manuel, sus ojos se cristalizaron, él no pudo hablar menos yo, dejó un beso en mi frente y se fueron. Me quedé con una confusión horrible, no sabía ni que me pasaba. Tenía una mezcla de emociones, pero no puedo dejar que mi corazón me gane, la vida sigue. Ahora que ya sé los placeres de la vida seguiré mi camino.
 
Continuará…
 

  Continuará…  

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
LOS SECRETOS DE LOLA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora