capítulo 12

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Los secretos de Lola.

Capítulo 12.

La despedida… 

Viernes… 

Juanse me llevó al colegio, pero no podía recogerme, ya que tenía un trabajo en la universidad. Salía de clases con Ilse, me llevé una gran sorpresa, me quedé en shock. Jamás lo hubiese imaginado ese auto lo conozco, era Manuel, pero qué hacía aquí. Reconozco que me alegró verlo, me lo decía los latidos de mi corazón.

—Hola ¿Lola podemos hablar? no te quito mucho tiempo —Se acercó.  

—Hola —sólo eso pude decir.

—Antes que digas no, solo es un momento, ¡por favor! 
 
—Está bien, dime.

—Sube, vamos por un helado.

Tenía tanta curiosidad de saber que hacía aquí. Con miedo de caer en tentación, acepté acompañarlo. Me subí a su coche, que recuerdos tan lindos llegaron a mí. Me llevó al centro comercial, pedimos un helado.

—Gracias por acompañarme, me imagino que ya sabes lo que pasó con Alana.

—Mamá me contó.

—También sabes que me voy, pero antes quería despedirme de ti — Sentí una presión en el pecho—,  No quería irme sin antes verte, no quiero que pienses que voy a presionarte o que esto lo hago para generarte confusiones. Es lo que menos quiero. Soy un tonto eso lo sé , hace mucho debí terminar con Alana y luchar por lo que sentía por ti, pero me dejé llevar por el miedo, cobardía o como se le llame.

 Traté de hablar, pero él no me dejó, tomó mi mano, sentí una corriente por todo el cuerpo.

»¡Shhh! No digas nada, solo escúchame, después me dices. Desde la primera vez que estuve contigo sentí una conexión especial, me dió miedo ese sentimiento lo reconozco. Pensé que solo era confusión, pero al pasar de los días de nuestros encuentros, me dí cuenta que no solo era pasión, me enamoré de ti — guardó silencio unos segundos, sus ojos se cristalizaron—,  Actué como un cobarde, no sabía como enfrentar ese sentimiento. Pensé que lo mejor era alejarme de ti, al poner distancia podría olvidarte, pero no fue así. Cuando supe que estabas con alguien más, sentí algo que me quemaba por dentro. Eran celos de verte feliz con otro, ahí  supe que te había perdido, ya era tarde para luchar por ti. Como me arrepiento de no enfrentar este sentimiento, luchar por ti, por tu amor,  pero bueno ya no se puede llorar sobre mojado. Solo quería sacar esto antes de irme, quería ver por última vez tus ojos verdes que un día fueron míos.

Se puso de pie, se dirigió al baño, tal vez no quería que viera sus ojos tristes. Yo tenía un nudo en la garganta, me dolía escucharlo, porque yo lo amo, me moría lentamente, regresó a mi lado.

— Por eso quería despedirme de ti, llevarme grabado tu hermoso rostro. Te amo como nunca imaginé amar a alguien, solo me quedan los momentos que pasé a tu lado. Me llevo conmigo el recuerdo que en mis brazos te hice mujer, esos momentos serán míos por siempre. Te llevo tatuada en el alma, perdóname por ser el hombre más estúpido del mundo, no haberme dado cuenta antes de lo valiosa que eras para mí. Ese será mi castigo, por comportarme como un estúpido, te deseo lo mejor del mundo, ojalá que seas muy feliz, porque te lo mereces —una lágrima se escapó de sus ojos bellos.

—No, no, ¿Por qué te vas?  —mis ojos se cristalizaron.

—Lo mejor para olvidar es poner km de distancia. Así no tendré tentación de buscarte. Sé que estás con un gran hombre, aunque seamos rivales de amores, las cosas hay que reconocerlas, se ve que te adora — una lágrima rodó por su mejilla. 

LOS SECRETOS DE LOLA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora